El cielo guarda un secreto que nadie se iba a imaginar que pudiera existir, únicamente Azrael y Dios sabían de ese secreto ya que era un misión que debía cumplir para que todo hubiera un orden. El secreto que tanto había guardado por millones de año...
La vida de los humanos guardan secretos unos los utilizan para el bien como para el mal sacando ventaja de ello y así como ellos guardan secretos en el cielo también los hay para mantener todo equilibrado.
Azrael el Ángel de la Muerte, un peculiar Ángel diferente con alas negras, su figura delgada y alto con una mirada fría y manipuladora es el encargo de llevar las almas de los que van muriendo unas al cielo y otras al infierno conociendo bien el historial de cada alma. Con su carácter prepotente, divertido e irónico y alejado del cielo le encantaba pero como algunas almas querían subir al cielo pero con el historial que tenían se divertía con ellos mandándolos a donde correspondía al infierno y observaba un poco de cada alma como paraba sintiendo divertido lo que hacía.
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Para lo que él era divertido para los demás si se enteraban lo que hacía lo mirarían como un sádico pero a él no le importaría lo que los demás pensaran...
Justo antes que Lucifer él más cercano a Dios incluso era el favorito tenía sueños y creía en el libre albedrío pero el cielo no estaba de acuerdo de sus actos. Dios sabía que sí seguía así su castigo sería desterrarlo al infierno para que aprendiera la lección de que consecuencias tendría si seguía pensando en qué cada quién debía tomar sus decisiones y ser libres por eso justo antes de que sucediera lo peor habló a solas con Azrael para lo que se aproximaba...
-Hijo mío podemos hablar en privado- susurró cuando una reunión de Arcángeles había terminado, todos extrañados observaban el porqué debían hablar con él a solas pero no podían preguntar ya que su padre no lo diría delante de todos así que esperarían hasta que hablaran con Azrael para interrogarlo
Al llegar a la oficina de su padre Azrael se quedó parada extrañado incluso para él porqué lo citó en privado -sucede algo padre?-
Sentándose y observándolo de manera seria suelta un suspiro -sí, es sobre tu hermano Luzbel-
Frunciendo el ceño lo ve -qué sucede con él?
-Sabes perfectamente que las ideas que tiene Luzbel no son las correctas, creyendo el libre albedrío-
Caminando en la habitación suelta una risa irónica -lo sé padre esto no lo llevará a nada bueno, lo castigaras por eso?-
Se queda callado por un momento -sí, pero su castigo será muy grande y es por eso que necesito de tu ayuda-
Desconcertado de lo que escuchó se voltea para verlo -qué harás con él?-
Se levanta y camina hacia él -algo grave está por venir y por más que intente prevenirlo no hará caso, su orgullo no lo dejará cambiar de opinión es muy terco y por ende será desterrado del cielo-
Sorprendido ante sus palabras se queda callado
-Será mandado al infierno y aquí es cuando entrarás tú en ello- le toca su hombro
Alzando una ceja se aleja un poco de él -no me mandarás con él verdad?-
-Por supuesto que no lo haré, la ayuda que necesito tuya es que dividas la alma de él en dos cuando sea desterrado junto con la persona que irá con él- camina hacia la ventana
-No irá solo entonces?- suspira -tan grave será lo que haga?-
Soltando un suspiro sin voltearlo a ver -lo es y tú trabajo será ser el Ángel de la Muerte llevando toda aquella alma que no obedezca al infierno pero para ello se crearán dos infiernos y las almas que no podrán subir al cielo serán condenadas al infierno pero debes dividir sus almas hijo para que ambos infiernos estén equilibrados- se voltea a verlo -es una misión muy complicada para tí pero sé que podrás hacerlo, confío en tí-
Acercándose a su padre observa de igual manera a la ventana -de acuerdo padre será como tu órdenes- su mirada reflejaba un poco de tristeza sabiendo que uno de sus hermanos no estará más en él cielo, camina hacia la puerta para retirase hasta que escucha a su padre de nuevo hablar
-No debes de decirle a nadie qué es lo que haré, qué habrán dos infiernos. Lo único que pueden saber es cuál será tu trabajo de guiar a las almas o al cielo o al infierno, es un secreto que sólo tú y yo sabremos-
Asiente y sin decir nada se retira de la oficina caminando por los pasillos del palacio hasta que sienten que lo jalan y observa que todos sus hermanos están allí -qué les sucede?-
-Eso queremos saber, de qué hablaron con nuestro padre?- susurra despacio para que no lo escuchen
Rueda sus ojos y se cruza de brazos -Gabriel deja de ser curioso y no solo para tí sino para todos los demás- los observa serio
-Por favor dinos algo no seas así- susurra Miguel
Alzando una ceja suelta un suspiro -bien, me dejo encargado de guiar a las almas cuando fallezcan. Tendré ese trabajo, suficiente?-
Todos se observan entre sí hasta que escucha un pequeño ángel hablar -pero no todos se vendrán al cielo?-
Al ver quién dijo esas palabras una melancolía atacó sobre él sabiendo lo qué pronto pasaría pero mostrando una sonrisa le acaricia la cabeza -así es pero a pesar de eso debe alguien guiarlos- sin decir nada más se voltea y camina dejando a todos allí con el corazón partido
Pocos días después pasó lo temible Luzbel había cometido un error desatando la maldad sin darse cuenta todo por no obedecer a su padre y enamorarse perdidamente de una humana que era la primera esposa de Adam la cuál ella no quería obedecerlo. Fueron juzgados ambos y los iban a desterrar hacia el infierno, desde lejos miró Azrael lo que estaba sucediendo y con una gran tristeza se preparó con su guadaña que cargaba cuando vio que caían desterrados la levantó y la dejó caer hacia ellos haciendo que ambas almas tanto de Luzbel como de Lilith se dividieran cayendo en ambos infiernos -lo siento hermano pero debía hacerlo- susurró con tristeza y observó ambos infiernos como reaccionarian.
En uno con tristeza abrazaba a Lilith del sufrimiento que les hicieron sintiendo que los habían traicionado y cerrados las puertas del cielo mientras en el otro infierno observaba como un Luzbel con furia golpeaba la tierra maldiciendo lo que sucedía
-Malditos todos los del cielo, pagarán muy caro lo que hicieron- orgulloso y cegado del enojo maldecía
Lilith alzando su ceja y de manera divertida observa todo -mira el lado bueno querido ahora gobernaremos aquí y seremos los reyes encargados del infierno, demuéstrales que serás un buen gobernante incluso mejor que tu padre- observa como el cielo es rojo si fuera sangre y ver todo desolado
Sonríe de manera cínica y se levanta -tienes razón Lilith ellos se arrepentirán de lo que hicieron y al ver que habrá un orden aquí suplicaran cuando todos estén bajo mis pies- la abraza y le da un beso apasionado -ya no seré el ingenuo Luzbel que todos me hacían llamar ahora mi nombre será Lucifer- gruñe
Sorprendido Azrael se da cuenta la maldad y la forma tan horrible que se expresaba la otra parte que tenía su hermano y de Lilith si lo creía pero de su pequeño hermano que una vez reflejaba amor ahora en el infierno refleja odio y venganza...
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Espero que les guste como inicia la historia y sean bienvenidos a esta nueva lectura que es totalmente diferente a la primera que escribí...
