CAPITULO 2.5

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**¿Dia de Playa o Coqueteo?**
2.5

(5 Meses Despues)

El amanecer bañaba la playa en tonos cálidos de dorado y rosa. El cielo comenzaba a clarear sobre las olas suaves que lamían la orilla, mientras una brisa ligera traía el aroma salado del océano. Iraski caminaba con calma a lo largo de la costa, sintiendo cómo la arena fina crujía bajo sus pies. A lo lejos, Kaori estaba sentada sobre una roca, observando el mar mientras sujetaba su arco, siempre atenta a cualquier peligro. Hiro y Zuri conversaban, riendo entre ellos, y Ryuu, como de costumbre, observaba con una mirada penetrante que parecía analizar cada detalle.

El sonido de alguien corriendo sobre la arena llamó la atención de Iraski. Volteó y se encontró con la Princesa Elara. Su cabello rubio, suelto y ondeado, brillaba bajo los primeros rayos de sol, y su vestido ligero de lino blanco se movía con la brisa. Siempre impecable, la princesa caminaba con la gracia natural que la caracterizaba, pero en sus ojos había algo más; una chispa juguetona que Iraski no había visto antes.

 Siempre impecable, la princesa caminaba con la gracia natural que la caracterizaba, pero en sus ojos había algo más; una chispa juguetona que Iraski no había visto antes

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“¿Qué haces aquí Iraski tan solitario?”

acercándose lo suficiente para que Iraski sintiera su suave fragancia a jazmín.

“Solo… pensando”,“Es un lugar tranquilo, ideal para reflexionar”.

Elara sonrió, su mirada brillando de manera traviesa mientras lo observaba.

“¿Reflexionar? Siempre tan serio, Iraski. Pensé que tal vez habrías aprendido a relajarte después de todo lo que hemos vivido juntos?

¿O será que no sabes disfrutar de los momentos de calma?”

Iraski se quedó en silencio por un segundo. El tono de la princesa era más cercano, casi coquetón, y eso lo descolocaba. Estaba acostumbrado a la formalidad, al respeto absoluto que debía mostrarle, pero este momento se sentía diferente.

“La calma es engañosa”,

“Nunca sabemos cuándo las cosas pueden cambiar”.

Elara rió suavemente, y su risa parecía mezclarse con el sonido de las olas.

“Siempre tan precavido. Pero dime, ¿nunca has sentido la tentación de bajar la guardia? Al menos por un momento…”

Iraski intentó disimular su incomodidad. Sabía que la princesa estaba jugando con él, pero no era fácil lidiar con esa cercanía. Antes de que pudiera responder,

**Sintió el roce del brazo de Elara**

“Lo que más me gusta de ti”,“es esa .

Pero… ¿no sería interesante ver qué sucede si permites que la vida te sorprenda?”

Iraski se tensó, consciente del ligero temblor en su interior ante el tono de la princesa. Estaba a punto de responder cuando Ryuu se acercó, rompiendo la extraña tensión que se había formado entre ambos.

“El viento ha cambiado”,"con los ojos fijos en el mar. “Algo se siente… diferente.”

Elara se apartó suavemente de Iraski, recuperando su aire regio, mientras todos los elegidos dirigían su atención a Ryuu. Hiro frunció el ceño, su actitud relajada desapareciendo al instante.

“¿Estás seguro?”

preguntó Kaori desde su lugar, ya con el arco en la mano, lista para cualquier señal de peligro.

“Lo estoy”, “No sé qué es, pero no estamos solos”.

Antes de que alguien pudiera hacer algo, una ola gigantesca se alzó frente a ellos. Pero no era una ola común. En su cúspide, una figura comenzó a tomar forma, como si el agua misma estuviera creando una criatura viva.

Los guardias reales se apresuraron a rodear a la princesa, pero Elara levantó una mano, indicándoles que se detuvieran.

La figura, alta y majestuosa, se deslizó desde el mar, su cuerpo compuesto enteramente de agua cristalina. Ojos profundos como los océanos brillaban en su rostro líquido, y cuando habló, su voz resonó como el eco de las profundidades.

“Yo soy el guardián de estas tierras”,“Los elegidos han llegado a mis costas, y ahora deben demostrar su valía.”

Hiro, con las manos ya sobre las empuñaduras de sus dagas, intercambió una mirada rápida con Iraski.

“No podemos descansar ni un día, ¿verdad?”

Kaori tensó su arco, apuntando directamente a la criatura.

“Si este es otro desafío, estamos listos.”

Elara, sin embargo, dio un paso adelante, su porte firme pero sereno.

“No buscamos enfrentamientos, guardián. Solo buscamos un breve descanso en tu dominio.”

La figura de agua inclinó levemente la cabeza, como si evaluara las palabras de la princesa.

“El destino no se detiene para aquellos que desean descanso. Los elegidos no pueden escapar de las pruebas que les han sido impuestas.”

Iraski, con el pulso acelerado, sintió que la tensión en el aire aumentaba. Sus compañeros estaban en guardia, preparados para la lucha, pero algo en el comportamiento del guardián lo hacía dudar.

“El destino no siempre es un camino fijo.”

dijo él, dando un paso adelante junto a Elara.

“Pero si es una prueba lo que necesitas, estamos listos para afrontarla.”

La figura de agua lo miró con atención. “Así será, entonces. Pero solo aquellos con corazones verdaderos y fuertes podrán continuar. No todos sobrevivirán las olas del destino.”

Elara volvió a mirar a Iraski, una sonrisa en sus labios, pero esta vez había algo más en su expresión, algo más profundo. “Tal vez”, dijo en voz baja, solo para que él pudiera oírla, “el destino también está probando a quienes caminan juntos.”

Iraski la miró, sintiendo una mezcla de confusión y atracción. El viento sopló con fuerza, y las olas comenzaron a rugir. La prueba estaba por comenzar. Y entre las olas, Iraski no podía dejar de pensar en lo que la princesa le había insinuado.

Sin importar el resultado de la prueba, algo había cambiado entre ellos.

Vamos

dijo Iraski, desenfundando su espada mientras se preparaba para enfrentar al guardián.

“Esta vez, venceremos juntos. Como siempre lo hemos hecho.”

Los elegidos se alinearon a su lado, listos para el desafío, y aunque las olas se alzaban amenazantes, Iraski sentía que la verdadera tormenta estaba más cerca de su corazón.




El Elegido De Elysia (Spanish)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora