Capítulo 0

17 1 0
                                    

Itaewon, Seúl, Corea del Sur
Mayo del 2017

Los angostos pasillos de las calles de Itaewon lucían tétricos en una noche de martes tan oscura y sospechosamente tranquila como lo era esa. Solo las calles más concurridas tenían unos cuántos restaurantes y bares abiertos, sin embargo él no estaba ahí por gusto, su jefa lo había enviado por algo muy importante a las recién abandonadas oficinas de la empresa en aquella zona.

Red Ribbon, una empresa dedicada a la moda y los cosméticos ha logrado expandirse con éxito, se mudaron al distrito de Gangnam con un edificio más grande y lujoso gracias a todo lo que la marca ha ganado en los últimos años. Un importante empresario invirtió en la marca y eso les permitió crecer aún más.

Renjun, quién trabajaba para el departamento de diseño, estaba ganando más reconocimiento por parte de la jefa y ese tipo de tareas, aunque muy fuera de sus deberes, le ayudarían a llegar más lejos en esa empresa. Estaba enfadado y cansado pero aún así aceptó.

Dio vuelta a la derecha, encaminándose a una zona más tranquila y a unas cuántas cuadras más de la avenida principal, vislumbró una luz encendida en el viejo edificio y una vez que estuvo ahí pudo darse cuenta que se debía al guardia.

–Hey, muchacho. –saludó el guardia. –¿Qué haces por acá?

–Vengo por unos documentos de la jefa. –el guardia lo miró extrañado.

–No me avisaron nada. –respondió rascándose la nuca. Chasqueó la lengua. –Bueno, tu pasa mientras verifico.

–Claro. –le dijo cuando el hombre abrió por completo la puerta la cuál había estado solo entreabierta. Renjun miró a su alrededor, estaba todo casi vacío a excepción por algunos muebles que aún seguían ahí.

–Oh, ya veo. –habló el hombre leyendo algo en su celular. –Me dejó un mensaje hace unas horas pero entenderás que esté viejo no sabe de esas cosas, como sea, ya conoces el camino.

Renjun hizo una reverencia y se encaminó a las escaleras, aquél edificio era de solo cuatro plantas, no tenía elevador así que le tocó caminar hasta la última planta donde estaba la oficina de su jefa. Ese piso a diferencia de los otros, no estaba tan vacío aún, en su camino a la oficina de pronto una luz se encendió. Seguro el guardia lo había hecho por él.

Tomó la perilla de la puerta y la abrió lentamente como si fuera a molestar a alguien aunque sabía que estaba solo en ese piso, solo había un hombre de unos cincuenta años en la entrada del edificio.

–Lo que hago por el estúpido aumento. –bufó. –Debería estar casa cenando y no aquí.

Se quitó el saco blanco que llevaba, desabotonó la camisa beige de manga larga que traía puesta y la acomodó estilo de tres cuartos, llevó sus manos a la cintura justo por encima del pantalón ceñido de color negro que había escogido aquella mañana. Suspiró pesado y se puso manos a la obra.

Su jefa le pidió que fuera y buscara una copia muy importante de un cheque a nombre de una de sus amigas. Ese asunto no era de su incumbencia de cualquier manera, después de todo solo era un joven que necesitaba dinero extra para pasar el mes. Revisó primero en el escritorio pero solo encontró hojas recicladas, plumas, clips, ligas y cinta.

Solo quedaba buscar en el librero detrás del escritorio que tenía un montón de libros empolvados, los cuáles solo habían sido limpiados por encima. Renjun tomó uno y lo hojeó para ver si el papel se encontraba ahí, repitió lo mismo con unos cuántos libros más pero de pronto la luz comenzó a parpadear antes de que se apagara por completo.

–Lo que me faltaba. –se quejó. Dejó el libro encima del escritorio y tomó su celular para alumbrar el camino hacía la puerta, cuando la abrió estaba todo a oscuras. –¡Señor Yu!

No hubo respuesta alguna.

–¡Señor Yu! –gritó una vez más acercándose a las escaleras las cuáles eran en forma de caracol y en medio de ellas podías divisar el primer piso. Un fuerte estruendo resonó abajo. –¿Está bien?

De nuevo, no hubo respuesta alguna.

Bajó las escaleras y se detuvo en el segundo piso cuando una de las puertas al final del pasillo se cerró de golpe.

–¿Es usted, señor Yu? –preguntó en voz alta pero nadie respondió. Comenzó a caminar lentamente hacía esa oficina y cuando estaba a punto de entrar alguien que no pudo ver apareció detrás y cubrió su boca con un trapo mojado de algo que ni siquiera pudo detectar porque perdió la consciencia.

madness; renhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora