Taylor se encontraba recostada en uno de los enormes sillones de su penthouse, rodeada por la vista panorámica de la ciudad que apenas notaba. Su mirada estaba fija en el techo, pero su mente se perdía en los eventos del día. No podía dejar de pensar en Jack, en su actitud calmada y en cómo había conseguido, contra todo pronóstico, hacerla aceptar su propuesta. Había algo en él que la había desconcertado desde el primer momento. A pesar de su irritación, no podía negar que lo que más la molestaba era su incapacidad para intimidarlo, para controlarlo como había hecho con tantos otros.
Recordó cómo se despidieron en la disquera. Jack había mantenido su compostura hasta el final, ofreciéndole una despedida educada pero firme, sin darle espacio para imponerse una vez más. Ese productor no iba a salirse con la suya, se dijo a sí misma. Haría todo lo posible por ponerle obstáculos, para demostrarle que no sería fácil trabajar con ella. No podía permitir que él tuviera la última palabra.
Justo en ese momento, su teléfono sonó, sacándola de sus pensamientos. Al ver el nombre de Abigail en la pantalla, una de sus mejores amigas, suspiró antes de contestar.
"¡Abby!" exclamó, tratando de sonar más animada de lo que realmente se sentía. "No sabes el día que he tenido."
"Cuéntamelo todo," respondió Abigail con una risa ligera. "Siento que viene una historia interesante."
Taylor no necesitó más invitación. Se sentó un poco más erguida en el sillón y comenzó a relatar, casi enojada, todo lo que había pasado en la disquera. Desde la reunión con Mark, hasta el momento en que Jack había entrado en la sala. Describió con detalle cómo había tratado de imponer su voluntad y cómo, para su sorpresa, Jack no se había amedrentado en lo más mínimo.
Abigail la escuchaba atentamente, asintiendo con empatía mientras Taylor descargaba su frustración. "Te entiendo completamente, Tay," dijo finalmente cuando su amiga hizo una pausa para tomar aire. "Es tu música, y nadie debería imponerte nada. Pero, ¿no crees que tal vez deberías dejar que las cosas fluyan un poco? Quizás Jack no sea tan malo como parece."
Taylor bufó, no del todo convencida. "Lo dudo mucho, Abby. Ese tipo es... simplemente molesto. Tiene algo que me... no sé, me irrita."
Abigail, siempre con su sentido del humor agudo, decidió aligerar el ambiente. "Pero dime, ¿al menos es lindo? ¿O ni eso?"
La pregunta tomó a Taylor por sorpresa. Quiso responder de inmediato, pero por alguna razón, las palabras no salieron tan rápido como esperaba. Su mente retrocedió al momento en que lo había visto por primera vez: las gafas de marco negro, su cabello oscuro ligeramente rizado, y esa sonrisa... Había algo en él, algo que la había atrapado por un instante, aunque jamás lo admitiría.
Cuando se dio cuenta de que había tardado demasiado en responder, tartamudeó un poco, tratando de recuperar la compostura. "Bueno, él... no está mal, supongo. Pero eso no importa," añadió rápidamente, como si quisiera desviar la conversación. "Es muy molesto, Abby. No puedo soportarlo."
Abigail no pudo evitar reírse ante la evidente incomodidad de su amiga. "Tay, no me mientas. Hay algo en él que te intriga, ¿verdad?"
Taylor frunció el ceño, tratando de negar lo que, en el fondo, sabía que era cierto. "Tal vez. Pero eso no cambia nada. Solo... no sé, me saca de quicio. Es como si supiera exactamente cómo hacer que me enfurezca."
"Bueno, tal vez eso no sea tan malo," respondió Abigail con un tono pícaro. "Quizás necesitas a alguien que te desafíe un poco."
Taylor dejó escapar un suspiro, sabiendo que Abigail podía tener razón. Pero aún no estaba dispuesta a aceptar esa posibilidad. "Puede ser," dijo finalmente, "pero no significa que vaya a dárselo fácil. Si él quiere producir mi álbum, tendrá que ganárselo."
ESTÁS LEYENDO
Irresponsables | Swift & Antonoff
Fanfiction𝘚𝘰𝘮𝘰𝘴 𝘤𝘶𝘭𝘱𝘢𝘣𝘭𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘦𝘴𝘤𝘢𝘯𝘥𝘢𝘭𝘰𝘴𝘰 Taylor necesita encontrar un nuevo productor para el lanzamiento de su próximo álbum, y el que le asignó su disquera no parece caerle muy bien. Dos personalidades totalmente...