Two.

8 0 0
                                    

Una habitación cubierta de blanco le dió la bienvenida a sus pensamientos confuso. La luz emanaba de la lámpara colgada en el techo que cegó sus ojos por unos segundos hasta acostumbrarse a la iluminación del nuevo entorno, su mirada barrió todo a su alrededor mientras su mente divagaba acerca de su ubicación, el panorama daba vueltas y se veía ligeramente difuso y por eso le era difícil poner a trabajar a su cerebro. Cuando logró estabilizar su vista se encontró a si mismo recostado en una camilla rodeado de aparatos médicos por doquier, sin ninguna persona a su cerca. De inmediato conectó la poca información dando con la definición del lugar; un hospital. A pesar de dar con aquella conclusión sus dudas no se esclarecieron.

¿Cómo había llegado allí? ¿Qué le había pasado?

Preguntas como esa recorrían su mente. No lograba recordar nada de lo que había sucedido en la tarde, su último recuerdo era la extenuante limpieza en el departamento, todo lo demás perdía calidad en su memoria. Dirigió su mirada a la intravenosa que estaba perforando su brazo derecho con severas intenciones de arrancarla pero el sonido de puerta siendo abierta lo detuvo justo en el proceso, por ella entro una persona bastante conocida para él. Ji Sung se adentro en la habitación podía notar en su rostro y aspecto general lo mal que estaba. Las gruesas ojeras decorando la parte inferior de sus ojos, su ropa totalmente desaliñada y gesto inexpresivo solo gritaban el ahogamiento en el que se sumergía su mente.

La vacía mirada fue a parar hacia su persona pasando de la nada misma a la preocupación en cuestión de segundos. En un abrir y cerrar de ojos tenía a Ji Sung frente a él, evitando que su mano continuara el trabajo de sacar la intravenosa.

— No debes hacer eso. —reprendió, o por lo menos eso pretendía pues su voz salió como un desahuciado lamento.

Cuando tuvo la iniciativa de expresarse no pudo, y como si un maldito infierno se hubiera instalado en su garganta, comenzó a arder debido al esfuerzo que trataba de hacer para soltar alguna palabra. Eso solo logró frustrarlo más.

— No podrás hablar por unas horas. —La cabeza ladeada de Felix le dejo en claro lo confundido que se encontraba, entonces procedió a explicar.— No soportaste la presión que te causo el shock debido a todos los acontecimientos de esta tarde así perdiste la consciencia, estuviste bien por unos minutos pero cuando trataban de subirte a la ambulancia comenzaste a convulsionar y a gritar incoherencias de forma inconsciente.

Ese pequeño resumen le daba un poco de contexto al porqué estaba en un hospital, pero ahora tenía más dudas que no podía resolver por culpa de sus jodidas cuerdas vocales que habían dejado de funcionar en el peor momento. Con lentitud apartó la mano de la intravenosa y mantuvo su cabeza baja tratando de recordar algo de lo sucedido por su cuenta.

— Por ahora, no creo que consigas algo útil dentro de tu cerebro.

La voz promotora de aquellas palabras no había sido la de su amigo. Ji Sung tenía un tono tenue pero con un tinte profundo, no alcanzaba la misma profundidad de la voz de Felix pero tampoco podía ser comparada con la persona infiltrada en la habitación. Aquella voz era como un delicado suspiro elegantemente agraciado, suave, de poca profundidad sin llegar a ser chillona o en extremo femenina, es mas, el porte masculino que se podía apreciar era cautivador y hasta lo juraba conocido. Con parsimonia en su acción posó su mirada sobre el recién llegado llenándose de conmoción hasta perder el aliento.

Aquel hombre de erguida figura sutilmente hipnotizante y bien definida poseía una altura proporcionada a su delgadez, ni siquiera el uniforme de enfermería lograba que los musculosos brazos se escondieran debajo de la tela de manera efectiva. Luego de analizar el buen cuerpo frente a él cambio la ubicación de su mirada hacia el rostro del desconocido, quedando sin aliento nuevamente. Unos pomposos labios cubiertos por una leve capa de brillo captaron su atención por unos segundos, pero lo que dejó su mente totalmente perdida fueron los oscuros pozos que aquel hombre poseía, esos ojos que parecían carecer de vida contrastaban a la perfección con la palida piel y oscuros cabellos cortos rojizos del hombre, pero sobre todo eran tan conocidos parecía tan irreal que el pecoso no había podido apartar su mirada hasta que Ji Sung emitió un carraspeó para traerlo de vuelta.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

❝𝗪𝗛𝗜𝗦𝗣𝗘𝗥𝗦❞ ↵𝗁𝗒𝗎𝗇𝗅𝗂𝗑.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora