Al llegar al lugar la puerta yacía ligeramente abierta, dejándome ver las luces de esta.La abrí un poco más mediante me acerqué y me encontré con un fuerte olor a alcohol, ¿esto estaba bien? ¿cómo podían dejarlo tomar en las instalaciones?
—Hey Jiheon.—Uno de los chicos me sonrió, parecía amigable aunque me daban una vibra rara.
Me adentré más a la habitación dejando que el olor a alcohol inundara completamente mis fosas nasales.Comence a observarla notando que esta era al menos 3 veces más grandes que las demás habitaciones.
—Es así porque sunghoon es del consejo estudiantil, tienen privilegios.—Oí a Heeseung mientras se acercaba, respondiendo a mi duda como si pudiera leerme la mente.
—Ven.—Su mano se posó en mi espalda baja, tomando por sorpresa su toque en la piel expuesta de la zona gracias al short de tiro bajo que llevaba puesto.
—¿En serio los dejan tomar aquí? Si mi madre se enterara de esto ya no estaría tan contenta de haberme abandonado aquí.—Heeseung soltó una carcajada, que me dejó apreciar la bonita sonrisa que tenía.
—En realidad, sunghoon fácilmente puede comprar la escuela si él quiere, es obvio que sus padres sobornaron a los maestros.
—Por cierto, te ves muy sexy hoy.—Mis mejillas se enrojecieron tan rápido como Heeseung soltó esas palabras provocándome soltar un gemido.
Una risa nerviosa salió de mis labios cuando su mirada no se despega de mi, así que la mía se dispuso a observar nuestro al rededor.
Unos fumaban, otros tomaban, otros hacían las dos cosas al mismo tiempo.Habian varias chica en la sala también, envueltas en los brazos de estos chicos tan raros.
—¿Quieres algo de tomar?
—Estoy bien así.—¿En serio? Jamás rechazaría un trago pero me sentía bastante rara ya, el efecto que hacía Heeseung en mi no era normal.
Las horas pasaron y Heeseung y yo solo nos limitábamos a hablar temas que salieran a la luz, sintiendo una tensión crecer cada vez más entre nosotros.
—¿Entonces nunca tuviste novio?—Preguntaba Heeseung mientras su dedo se pasaba por mi pecho, entre mis senos hasta mi ombligo.
—Nunca.—Dije soltando una risita al igual que él.
—Estoy sorprendido.—Nuestras miradas se unieron y de un momento a otro estaba en el pasillo caminando hacia su habitación.
Sus labios se estamparon contra los míos cuando la puerta de su habitación se cerró, tomando mi cintura con sus dos manos y guiando mis caderas hasta su cama.
Me tumbó contra ella, dejándome algo agitada.
Él se subió encima de mi, apoyando todo su peso en su antebrazo mientras volvía a unir nuestros labios, este beso fue más intenso, mordisqueando mis labios, dejándolos maltratados hasta que la sangre comenzó a fluir entre sus dientes.
Su bulto comenzó a restregarse contra mi núcleo aún vestido, sintiendo la pegajosa entre mis pliegues.
Se levantó una vez más de la cama esta vez atrayéndome hacia el hasta la orilla de la cama, colocándose entre mis piernas y pasando sus dedos por mis piernas, mandando una escalofrío a todo mi cuerpo por su toque.
Sus dedos finalmente alcanzaron mi short, antes de que pudiera desabrocharlos hable:
—Aún soy virgen.—Dije algo apenada mientras mordía mi labio inferior.
—¿Y el problema? Confía en mí, muñeca.—Una vez que desabrochó los pantalones cortos lo ayude levantando mis caderas para que pudiera retirarlos sin algún problema, sintiéndome avergonzada por mi tipo de bragas rosadas e infantiles aún.Jamas me había sentido así y no sabía porque esta era la excepción.
—Lindas.—Dijo con una sonrisa mientras pasaba su dedo por mi núcleo ya bastante húmedo, agarrando un poco de mi humedad para llevarla a su boca.
—Dulce.—Soltó para después llevar sus manos hasta desabrochar su pantalón, dejándolo caer hasta su tobillos y saliendo de él para hacerlo a un lado.
No quise que mi gran nerviosismo se notara al darme cuenta del gran tamaño del hombre, provocándome escalofríos.
Volvió a recostarse sobre mi, besándome con necesidad pero esta vez su mano se mantenía acariciando uno de mis senos aún vestidos.Amasandolo como quiso al igual que sus caderas, dando falsas embestidas.
—Por favor.—Supliqué en voz baja cuando no pude resistir más que inmediatamente bajo sus bóxers e hizo a un lado mis bragas, dejando solo un espacio en mi agujero para que pudiera introducirse.
Se alineó en él, creciendo el nerviosismo y a la vez lujuria en mi interior.Era bastante grande, incluso la punta era gorda y rosada.
Sus ojos se encontraron con los míos, como si estuviera preguntando algo con ellos, asentí suavemente comenzando a restregar la punta contra mi entrada, empapándola de mis fluidos.
Para tener una mejor viste me apoyé sobre mis hombros.
Una vez que comenzó a introducirse mi boca se abrió, el ardor comenzó a expandirse y a hacerse más presente, jamás imaginé que sería así.
—Todo estará bien, nena.—Dijo tratando de consolarme mientras volvía a recostarse sobre mi, aún sin meter todo su miembro.
—Eso creo, hee.
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𝒕𝒉𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒊𝒐𝒏 ;; 𝑒𝑛ℎ𝑦𝑝𝑒𝑛
Fanfiction"La perfección" era el apodo que todos le ponían al internado, sus alumnos eran ejemplares, los mejores en calificaciones y conductas, jiheon odiaba escuchar eso cada día, recordándole que sería transferida ahí. -Actualizaciones lentas. -Escenas +18...