Bumblebee: Last Autobot

#8: Libertad

Avanzamos entre sus tropas, cada uno de los disparos vuelan y usamos nuestras formas vehiculares para intentar pasar por ellos aunque eso no evita que recibamos daño. Skids me grita que volvamos a nuestras formas, con un salto regresamos a como estábamos antes

Un aluvión de disparos iban en contra de los compañeros, quienes intentaban llegar hacia Overlord, aunque se le imposibilitaba y en un momento fueron atacados por aquella criatura escuchando sus rugidos. Retrocedan para ese instante queriendo ponerse a cubierta, siendo ayudados por Laserbeak atrayendo la atención del más grande y lo escuchan rugir contra el ave metálica.

—¡Laserbeak! ¡Dispara contra sus ojos!—gritaba su compañero.

Acatando la orden de su amigo, centraba sus disparos en los ópticos de aquel ser tan aberrante escuchándolo como rugía para ser derribado por los cables de Náutica, retrocediendo para ese momento debido que la bestia intentaba acercarse siendo noqueado por el puño de Tarn, emitiendo un grito de batalla comandaba a sus tropas atacando a los seguidores de Overlord. Observa desde la lejanía como sus fuerzas empezaron a ser abrumadas, aunque en ningún momento perdía la calma, ¿por qué debía estar ocurriendo eso? ¿Debía tenerles miedo a los autobots? Para nada ellos siempre habían sido seres inferiores a los decepticons, nunca mostrando nada de piedad hacia estos y los seguidores están dispuestos a morir en su nombre. Un gran líder que pudo liberarlos del yugo de aquella prisión.

—Me sorprende lo sereno que se mantiene—dijo Bumblebee—. Aunque esto tiene que terminar de una vez

Cambiaba hacia su forma vehicular, dirigiéndose a la ubicación de su enemigo evadiendo a cada uno de los soldados que intentaba frenar su paso siendo ayudado por Tarn, se hallaba en su forma de tanque disparando en las múltiples direcciones abriéndole paso al antiguo autobot. Daba un salto por una de las rocas, embistiendo a Overlord lanzaba una serie de puñetazos aunque ninguno parecía afectar y recibe una patada a su estómago. Intentaba reponerse recibiendo un contragolpe en su mejilla derecha, asombrado ante la fuerza del antiguo decepticon quiso usar sus armas para crear una pequeña distracción aunque no había funcionado.

—Diría que golpes muy bien, aunque tienes un estilo muy poco inusual para un autobot explorador, ¿acaso no aprendiste nada con Optimus? Es cierto que tu querido líder dejó tu amistad contigo. Es muy raro que haya sucedido algo como eso, uno de sus soldados más confiables abandonado a su líder

—¿Qué me puedes decir de ti? Únicamente te has dedicado a ser un ente caótico por el mundo, no teniendo nada de reparos en matar a sus compañeros. Por eso Megatron detestaba tu presencia, no eras un psicópata que le importaba más su bienestar que sus tropas—se observan, detenidamente querían reconocer algún movimiento del otro—. En el primer momento que nos cruzamos, sabía que debía haber acabado contigo y no haberte dado un chance de vivir pensando que la justicia se haría cargo de ti

—Siempre tan iluso como Optimus, creyendo que su amada justicia haría todo lo necesario para acabar con nosotros. Estabas muy equivocado, siempre volvemos

Bumblebee hizo el primer movimiento, embistiendo a su enemigo conectando unos rodillazos las gigantescas manos de Overlord, lo toman haciéndolo que de una vuelta y lo estrellaba contra el suelo. Aunque eso no pudo detenerlo de ninguna forma, asestando un codazo en las rodillas y ocasionando una caída suficiente para que el puñetazo de Bumblebee asestara en la mejilla. Cambiaba a su forma de vehicular, emprendiendo una huida seguido de cerca por su adversario escuchando la risa y siempre le había molestado.

—¿Quieres que te ayude?—preguntaba la voz de Laserbeak, sonaba en su radio.

—No sigue atacando a los soldados, necesito que permanezca aislado de esta situación—responde, mientras evitaba unos disparos y apagaba su radio—. Ahora estoy en una situación muy complicada, Overlord es un bot que tiene una chispa. Tiene una fuerza que puede rivalizar contra la de Optimus y Megatron, lo único que tengo a mí favor sería el elemento sorpresa. ¡Diablos!