El barquito de papel se hundió, le cayó una pelota de fútbol, Gabriella al voltear confundida buscó el propietario de aquella pelota.
A lo lejos vio a un niño casi de su edad, se acercó indignada y le dijo:
"Te me haces conocido... ¡Ah! ¡Tú eres Iván! El niño que mi mamá mencionó, ¿tu familia acaba de mudarse, ¿verdad? ¿Los famosos De la Cruz?".
"Sí, esos somos", respondió Iván. "Y tú eres...?".
"Soy Gabriella, y bueno, como verás, mi barquito fue violentado fuertemente por tu pelota.
Ja, puedo hacerte otro, soy increíble haciendo de todo", dijo sacudiendo su pelota.
"Ayyy, perfecto. Primero arruinas mi barquito y ahora me mojas. ¡Si que eres bueno haciendo de todo, Iván!".
"Ya, ya, tranquila... ¿Isabella, verdad?". "¡Cuál Isabella! ¡Yo soy Gabriella, con doble ele! ¡Soy única!", exclamó haciendo una mueca y sacudiendo su cabello lacio y largo hasta las rodillas.
"Ah, sí, sí, pero mientras tú te haces la diva, tu pobre barquito ya es historia, está desintegrado", dijo Iván señalando a la fuente de agua de un héroe local.
Gabriella solo pudo esconder sus labios, intentando no llorar, pues es muy sensible y le costó mucho ponerle brillantina a ese barquito rosado. Iván notó eso y e inmediatamente dijo:
"Oye, ¿estás llorando?"."
No, que va. No es como que algo que me tomó todo el día se haya desintegrado por completo", respondió Gabriella con un sarcasmo tremendo, dirigiéndose a la pileta con los ojos mojados como aquel barquito, que ya era historia.
"Oye... Isabella...".
"¡Gabriella, tonto!".
"Eh, sí, Gabriella, lo siento mucho. No sabía que ese dichoso barquito era muy importante para ti...".
"No te preocupes, haré otro...".
"No! lo haré por ti. Iré a comprar hojas de colores. ¡Espera aquí!".
Fue ahí donde vi corriendo hacia mi a un dulce niñito, lleno de pecas que se notaban a pesar de ser moreno como la canela. Es un recuerdo que nunca olvidaré.
"Ay, no puedo creer que compraras ese color tan... jajaja", Gabriella estalló en risa al ver el rosado chicle de las hojas.
"Creí que te gustaría...".
"No, me encantó. Solo que me sorprende ver a un chico con cara de malo sostener una hoja tan... Barbie. Jajajajajaja".
"Ja ja ja, chistosa, haremos tu barquito o no", dijo sarcásticamente.
"Si si, hagámoslo".
Llegaron las 6, empezaba a hacer frío, la pequeña Gabriella conversó a más no poder con Iván, pues ella habla hasta por los codos.
El tierno Iván se detuvo de hacer lo que sea que hacia al ver que Gabriella, muy juguetona, empezó a hacer figuritas con su dedo en el agua.
"En serio que eres hermosa...".
"¿Cómo dices?"
"¿Qué...? Eh-.. ¡Me gusta el color rosa!"
"Jajajajaja, estás hablando en serio? Sí, oí lo que dijiste, jajaja".
"Ahhh, en serio que eres fastidiosa, pero eres soportable, niña rosa."
"Jajaja. Basta de decir cosas así que no puedo ver!"
"¿Qué dices?..."
"Es que cuando me río se me achinan los ojos por mis cachetes y no puedo ver, Jajajaja".
Ahí Iván comprendió que su belleza va más allá de su humor, ella tenía una cara realmente linda.

YOU ARE READING
Quédate
RomanceIván, un pequeño travieso y Gabriella, tan delicada y sensible. ¿Quién dice que el amor infantil no dura? Que tire la primera piedra y de un paso adelante. Siempre te vas, y cuando vuelves no dura nada. Quédate conmigo y demosle justicia a este mund...