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-Renata.- dije con asco en mi boca

-Oh que bien, se conocen.- dijo Sebastián con alegría

-Por supuesto que si.- dijo ella con cierta diversión en su boca

Harry, si me vas a mejorar la escuela, creo que es momento de empezar.

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Se suponía que este día sería el día que todo iba a cambiar, ¿porque no había cambiado nada entonces? Claro que sabía la respuesta, Harry.

Harry era la respuesta a esto, no iba a ayudarme, por supuesto que no, todo esto iba a ser una tortura para mí hasta que me graduara y me pudiera ir a universidad lejos de este pueblo del infierno. 

Miré a Sebastián y luego a Rebeca, se parecían tanto, nariz respingada, ojos de color azul, cabello rubio, altos y de piel blanca, la única diferencia era que Sebastián tenia unos lindos hoyuelos y claro corazón. 

-Vaya, no pierdes el tiempo.- me dijo

-¿A que te refieres?- preguntó confundido Sebastián a su prima

Algunos alumnos se iban acercando a donde estábamos, haciendo un circulo alrededor nuestro, algunos murmuraban mientras nos apuntaban, otros reían diciendo "¿crees que le vuelva a vaciar una malteada?", el número de personas se iba haciendo más grande.

-Le hablo a ella.- me miró desde los pies hasta la cabeza.- No te quiero cerca de mi primo, lo que menos necesitamos en esta familia es sífilis. 

-Entonces, ¿ya no vives con tu familia?- conteste haciendo como si estuviera triste por ella, varios chicos gritaron un "¡OH!" y otro grito "Eso, ya todos saben que eres una puta Rebeca"

Ella me miró sorprendida por mi respuesta, pero rápidamente su rostro cambio a uno de rabia, sabía que la había avergonzado enfrente de todos los alumnos entrometidos que se encontraban a nuestro alrededor y su cara mostró más enojo cuando el chico gritó eso, Sebastián trato de sacar a su prima del circulo diciendo que me dejara en paz. 

-No.- sentí su mano con fuerza en mi mejilla izquierda haciendo que mi cuerpo se desequilibrara y cayera al suelo, se acerco a mi y me tomo con fuerza de mi barbilla jalándola hasta dejarme de pie, y sin soltar de mi barbilla y mirando directo a mis ojos dijo tan despacio que solo yo pudiera oír.- Y no la dejaré en paz hasta el día que me gradué de esta escuela.- soltó mi barbilla con brusquedad y me dio la espalda, vi como Sebastián se acercaba a nosotras, y se veía enojado, sonreí en mi interior, pero la humillación y la furia que tenía no se había ido, Rebeca empezó a caminar, la muchedumbre se empezó a esparcir por el campus dejando solo unos cinco alumnos que recogían sus cosas para entrar a clases

Miré mi mochila en el suelo, todos mis útiles tirados, había sido un día lluvioso ayer por lo que mis cosas estaban empapadas y con lodo, esto no se quedaría así, camine hacia ella dejando mi cosas atrás, recordé lo del batido, lo de mis libros en el escusado la semana pasada, el que empezara el rumor de que portaba enfermedades sexuales, el que pateara mi asiento en clases, cuando me empujo por las gradas dejándome con varios moretones en brazos y piernas el viernes en educación física, recordé todas las cosas que me había hecho desde que había llegado a esta escuela, y no estaba dispuesta a soportarlo ni un minuto más. 

-No, no lo hagas.- dijo Sebastián al mirar mis intenciones, pero era demasiado tarde. 

Tomé su hombro izquierdo con fuerza y la hice que volteara hacia mi, ella abrió sus ojos con sorpresa y miedo, pero se cerraron al sentir mi puño en su rostro, no cayo gracias a que aun mi mano seguía enroscada a su suéter azul cielo, le volví a dar otro golpe en su mejilla y la solté, miré a Sebastián que solo se quedó viendo la escena con miedo.

-Lo siento, estoy harta .- dije alejándome para tomar mis cosas, sentí que algo me tomaba de tobillo

-Tú no te vas tan rápido, maldita.- dijo Rebeca, al momento que sentía como caía mi cuerpo al suelo

Sentí el duro suelo en mi espalda mientras trataba de levantarme, sentí como se me subían, y luego golpes en mi rostro, subí rápidamente mis brazos cubriéndome el rostro, y trate de bajarla moviéndome, Sebastián se acerco rápidamente tratando de separar a su prima, pero al momento de acercase Rebeca le proporciono un codazo en su nariz, se alejo aturdido de la escena y pude por fin quitarla de encima mío, la muchedumbre se volvió a hacer presente, y después se escucho un "pelea de chicas", Rebeca volteo a ver al chico que lo gritó y aproveche para ahora ser yo la que estaba encima golpeando el rostro de su oponente.

-No eres más que una maldita esquelética que busca atención y autoestima lastimando a los demás con tus bromas pesadas y palabras hirientes.- le grite mientras le daba golpes en sus brazos, ya que con estos cubría su rostro, golpe a un lado de ellos, en su oreja, sentí como su cuerpo se relajaba y sus brazos dejaban de cubrir su rostro dejando ver que estaba desmayada, débil, estaba apunto de dar otro golpe pero sentí que alguien trataba de separarme de Rebeca.-  Aléjate Sebastián, tu no entiendes lo mucho que he soportado.

-Si lo hago, por favor déjala.-  oí la voz ronca de Harry, voltee a verlo enojada.- Por favor, déjala.

Las lágrimas empezaban a salir de mis ojos, pero no era tristeza, ni compasión, ni mucho menos de alegría, eran de furia, enojo, rencor, ¿porque podía defender a su novia faja-todo mundo pero no a su propia hermana?

-Debes estar bromeando.- le escupí con la voz rota

-No, déjala, o tendré que llamar al director para que te expulse por pelear.- 

Me levanté lentamente del cuerpo de Rebeca, paté su costado al estar de pie y me acerque a Harry aún con lágrimas en mi rostro.- ¿Vas a llamarlo? - el asintió .- Bien, que valga la pena.-

Me miró confundido por el comentario, levanté el brazo y golpe su nariz con mi codo, el soló me miró sorprendido, su nariz tenía un pequeño color rosado, pero no había sangre ni desorientación como Sebastián, volví a hacer lo mismo y golpe una de sus rodillas, esta vez si cayo al suelo y subí como lo había hecho con Rebeca, golpe otra vez su nariz, y su boca, rápidamente de su labio inferior salió un poco de sangre, me tomó las muñecas deteniendo mis golpes y me quitó de encima suyo.

-¿Que ven todos? Aquí no hay nada que ver, fuera.- gritó molesto

Se dispersaron rápidamente, solo quedamos Sebastián, Rebeca inconsciente, Harry y yo solos en el estacionamiento. 

-¿Podrías llevártela a su casa?- dijo Harry a Sebastián 

-Por supuesto.- la tomó en sus brazos, Harry tomó las cosas de Rebeca del suelo y se las dio a el primo de esta, Sebastián camino a su auto, donde acomodo a su prima en el asiento trasero y a continuación el entró como conductor. Harry no pronunció ninguna palabra hasta que vio que el auto había salido.

-¿En que estabas pensando?- me regaño

-¿Que te ocurre a ti?- le grité.- Estoy harta, harta de sus maltratos, de sus burlas, de ti, de todo en este pueblo. 

-Bueno, lo lamento, esta bien, pero yo no fui el que le pidió a papá que te tuviera con otra.- 

-Mi familia fue antes que la tuya, tu madre fue quien arruino la mía.- 

-No, no lo hicimos, Gemma es mayor que Sean.- 

-Sean es tres años mayor que Gemma, inútil.- grité furiosa con un nudo en la garganta 

El momento se rodeó en un silencio incomodó y abrumador, Harry cerró con fuerza sus ojos y se mordió el labio inferior.- Eso no es cierto. 

-Lo es.- mi voz quebró.- Y lo lamento, jure no decírtelo, ¿que caso tenía? Pero lo es, tu familia era la segunda, no nosotros.- una lágrima cayo por mi mejilla 



Encuentrame. (PAUSADA) no terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora