En dónde Lee Felix, un estudiante de medicina, es raptado una noche mientras regresaba a su casa, siendo sometido a un peligroso experimento que cambiará su vida para siempre.
》Homo ⚣
》Violencia, Sexo, Malas palabras.
》Mención de M-Preg.
》Gráficos...
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Felix caminaba rápidamente por los pasillos de la universidad, intentando calmarse después de la frustrante visita a la comisaría.
Habían pasado ya tres días desde la desaparición de Jisung, su mejor amigo, y la policía no tenía pistas nuevas.
Cada vez que pensaba en ello, su corazón se encogía y la ansiedad lo atacaba con fuerza. ¿Dónde podía estar Jisung? ¿Por qué nadie sabía nada?
El sol de la mañana apenas empezaba a calentar, pero el ambiente a su alrededor se sentía opresivo, como si una nube oscura lo siguiera a donde fuera.
Había madrugado con la esperanza de obtener alguna noticia sobre su amigo, pero fue en vano.
Con la mente saturada, decidió dirigirse a la universidad. Sabía que no iba a poder concentrarse, pero tenía parciales esa semana y no podía faltar.
Cursaba tercer semestre de medicina, y los exámenes eran cruciales para mantener su beca. Pero el estrés por Jisung le había impedido estudiar.
Se dejó caer en una silla de la biblioteca, un lugar en el que había pasado muchas horas en el pasado, aunque hoy la tranquilidad del lugar no lograba calmarlo.
Abrió su cuaderno de apuntes, pero las palabras se le mezclaban, sus ojos recorrían las líneas de texto sin realmente procesarlas.
"Concéntrate, Felix... solo un rato más" murmuró para sí mismo, frotándose los ojos con cansancio.
El reloj marcaba ya varias horas desde que terminó su último parcial del día. Sentía que había fallado, y lo más seguro es que no le iría bien en los próximos. Suspiró y se estiró, sintiendo que el cuerpo le pesaba. Volvió a centrarse en los apuntes, pero apenas pasó una página cuando su teléfono vibró en la mesa.
Un número desconocido.
Su corazón dio un vuelco, el miedo y la esperanza chocando al mismo tiempo.
¿Podrían ser noticias de Jisung?
"¿Hola?" respondió con rapidez, su voz apenas controlada.
Del otro lado, solo escuchó un ruido extraño, como un zumbido sordo, seguido de un murmullo indescifrable. El pecoso frunció el ceño, acercando el teléfono a su oído con más atención.
"¿Hola?" insistió "¿Quién es?"
Silencio.
Solo el mismo ruido blanco de fondo, como estática en una vieja televisión. Felix sintió un escalofrío recorriéndole la columna. Era extraño, inquietante.
Finalmente, cortó la llamada, dejando el teléfono sobre la mesa.
Miró el teléfono durante unos segundos, con el ceño fruncido. Ese ruido blanco había sido perturbador, pero tal vez solo era una llamada equivocada o una broma de mal gusto.
