Danmachi: Viendo la historia de argonaut

Capítulo 5: La princesa y el payaso (Parte 2)

Antes de empezar, hice unos cuantos cambios a la estructura de los capítulos. Ahora ya no habrá eso de [Dentro y fuera de la ventana dimensional]. Ahora serán separados los diálogos de los personajes del presente y los del pasado con la negrita y la cursiva. Es más cómodo de escribir así.

Ahora sin más relleno, que disfruten el capítulo.

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Pov Narrador

Varios estaban expectantes sobre lo que pasaría, ¿argonauta podría esconder a Aria de los guardias? O ¿Serian atrapados por estos? Entre ellos estaban Bell, Haruhime y Tiona. Los tres, aunque conocían la historia del libro, querían saber si hubo cambios al respecto al libro.

Ninguno quería perderse de lo que pasaría a continuación.

Aiz miraba incomoda y con cierto grado de molestia a la Aria de la ventana dimensional. Verla le recordaba a sí misma, pero por el nombre a su madre. A su lado estaba Riveria asegurándose de que se mantuviera calmada.

Todos querían seguir disfrutando de la historia que veían.

Después de librarse de los aspirantes a héroes humanos, argonauta y aria se escabulleron por los callejones hasta llegar al centro de la ciudad de Lakrios.

Argonauta, quien lideraba el camino miro a su nueva amiga. "Exploremos juntos la ciudad, ¿vale?".

Guiándola, él la llevo hasta una plaza. En la cual había un poco de vegetación como pasto y árboles. También contando con una fuente de agua simple pero hermosa.

Caminando en medio de la plaza, aria se detuvo. "¡E-Espera! ¿Por qué quieres pasear por la ciudad...?".

Deteniéndose para verla. "¡Esa cara triste no te pega, Preciosa! ¡Quiero hacerte sonreír!". Dijo sinceramente. "Y no te preocupes. No estuve corriendo por nada. Tengo un mapa de la capital memorizado en mi cerebro".

"¡Ah...!". Aria parecía sorprendida por lo dicho por Argonauta.

"Los soldados están en el norte y los candidatos a héroes en el este. En el oeste no hay nadie más que nosotros". Argonauta le explico con una sonrisa.

"Tu...".

"Por favor, no me preguntes por qué. No debería necesitar una razón para ayudar a una chica que lo necesita".

"Yo... no te entiendo". Aria bajo un poco su mirada. "La forma en que me miras... ¿por qué tus ojos son tan gentiles y amables? No lo entiendo...".

"Pues bien, ¡Podremos aprender el uno del otro hasta que me entiendas perfectamente! Sin duda, ¡Descubrirás muchas cosas cautivadoras!". Dijo para tratar de animarla. ¡Ahora, tengamos una cita!". Exclamo con emoción.

"¡¿Que?!".

Fue el grito combinado de varias personas que retumbo por toda el área. Era una mezcla de gritos de algunos hombres y mujeres combinados. Algunos de sorpresa por la audaz declaración de Argonauta, otros de molestia por su actuar -Además del parecido que esos dos tenían Bell y Aiz-, otros de sorpresa por la repentina declaración de Argonauta. Todos esos gritos sonaron como uno.

Bell se avergonzó, como de costumbre. No podía evitar interpretar que era el diciéndoselo a Aiz. Llego a imaginarse una escena similar, solo que era sobre las murallas donde entrenaban bajo la luz del atardecer. Rápidamente sacudió su cabeza y olvido dichos pensamientos.