Lo miro con atención, emitiendo sonidos de agradecimiento, diciéndome que tengo un sabor delicioso, que no puede esperar a que cojamos.
Me doy palmaditas en las mejillas y siento como si me ardiese la cara. Estoy mareada, borracha de él, y me inclino hacia delante y lamo los jugos de mango que han bajado desde su pecho hasta su polla. Cuando lo tomo en mi boca, siento su gemido vibrar contra mi clítoris mientras me succiona ahí.
—Jesús, Naz, sí. —Mete un dedo en el culo y grito.
—Te gusta eso —gruñe. No es una pregunta, pero aumento la acción de mi boca en su polla como recompensa y él reacciona al instante, deslizándose fuera de entre mis piernas y arrastrándome hacia abajo sobre la mesa con él. Me da la vuelta sobre mi estómago y puedo sentir mi cuerpo deslizándose en el desastre de fruta y yogur.
Ambos estamos cubiertos de ella, y un oscuro escalofrío me recorre cuando él se recuesta sobre mí, tirando de mi cabello hacia atrás mientras arrastra su boca abierta por mi cuello.
—Desearía poder ver cómo te ves desde debajo de esta mesa —dice—. Tus tetas aplastadas, tus piernas bien abiertas. ¿Tu clítoris está presionando contra el vidrio, Naz?
Sacudo mi cabeza y susurro.
—No lo creo.
Sus dedos resbaladizos se mueven bajo mi estómago y bajan entre mis piernas. Separa mis labios y luego presiona mi trasero hacia abajo con su peso.
—¿Qué tal ahora?
No puedo hablar, así que gimoteo.
—Sí. Sí, así es.
Mantiene la presión en mi trasero, aplastándome contra la mesa.
—Mierda, SeokJin. —gimo, y él también gime.
—¿Es esto lo que imaginabas, Naz? —pregunta, y puedo sentir su polla deslizándose entre las nalgas, en mi culo mientras mece mi clítoris contra la mesa de cristal—. ¿Te quedas en la cama por la noche y te preguntas cómo será follar entre nosotros?
Asiento, casi golpeándome la frente contra el cristal. Voy a correrme tan violentamente en un minuto que esta mesa podría no ser lo suficientemente fuerte como para sostenernos.
—Estás temblando —susurra, y luego abre mis piernas más ampliamente con sus rodillas y empuja su gruesa polla dentro de mí justo cuando empiezo a correrme.
Creo que grité, y esta vez realmente golpeé mi frente repetidamente contra la mesa en puro éxtasis. Me está golpeando como un tren de carga, pesado sobre mí, y me estoy corriendo tan fuerte que no creo que vuelva a querer sexo a menos que involucre el contenido de mi refrigerador, una mesa de cristal y SeokJin, el que me folla como una maldita máquina Kim.
¡Dios, es tan bueno! Es atlético, fuerte y tan increíblemente sexual que me abruma su forma animal de ser. Nunca antes había tenido este tipo de sexo. Ahora sé lo que la gente quiere decir cuando usa la frase alucinante. Siento como si hubiera provocado un cortocircuito en mi cerebro y lo hubiera puesto en modo cavernícola. Quiero que me arrastre por el pelo hasta su guarida y me de sexo hasta que no pueda caminar durante un mes. Creo que de hecho podría haber dicho todas estas cosas en voz alta, porque de repente me penetra con más fuerza y luego su puño golpea el plato de fruta mientras grita, haciendo que la fruta salga volando por los aires mientras se corre rápido y furioso, sus caderas golpeando las mías.
Mañana estaré cubierta de moretones sexuales y no podría estar más feliz.
El cuerpo de SeokJin pesa sobre el mío, pero su boca se mueve más ligera ahora sobre mi cabello. Toma una frambuesa y la empuja entre mis labios.
—Come—, susurra. —Vas a necesitar el azúcar para tener energía. —Dejé que me diera frambuesas y fresas mientras me besaba la nuca.
—Creo que vamos a conseguir ese contrato —murmuré, y lo sentí sonreír contra mi piel.
—Será mejor que los convoques a las reuniones semanales para que podamos pulir los detalles.
Me río suavemente ante su sugerencia.
—Me acordaré de pedir la fruta.
Me da la vuelta y me mira con sus ojos ardientes y excitados.
—Hazlo tú. Pero la próxima vez, asegúrate de que incluyan plátanos.
🍓FIN🍓
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
