( capitulo 3 ) Escapada y fiesta. Chaewon

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Joder. Madre mia. Es la primera vez que me pasa esto. Estoy alucinando. No tengo palabras.

Una chica guapísima igual que delgada a entrado está mañana por la puerta del instituto haciendo que me ponga rojo en segundos. No me lo esperaba. Su piel blanca, su pelo castaño miel y sus ojos verdes brillantes me ha dejado embobado. Alucinando. Extasiado. Todo lo que se pueda decir. Por eso he tenido la gran idea de invitarla a una fiesta. Y diréis como se te ha ocurrido, fácil, lo ha dicho en clase. Si los se puedo ser un poco sarcástico y pobre comparado con ella pero nunca he encontrado a alguien tan natural y tan sincera como ella. Lo prometo. Se que no tengo oportunidad ella vivía con su familia en la parte más cara de todo Corea y yo comparto cuarto/apartamento con 4 gilipollas como lo son mis amigos. Se que alomejor soy muy guapo pero en realidad soy pobre de cojones. Mi familia es una basura me ha ignorado toda la vida solo porque quería componer mi propia musica ( cosa difícil aquí en Corea si es que no te haces idol pero todo es probar...) por eso decidí con todo mi pésame marcharme de casa. No aguanto los ambientes tan tóxicos como lo era esa casa.

Llame a Jennie a su teléfono. Llevaba unos 5 minutos ahí a la intemperie  y la verdad no hacía mucho calor. Es verdad que había llegado antes de tiempo y que alomejor Jennie aún no estaba preparada ( sabiendo lo que tardan las chicas en arreglarse sería bastante normal salir media hora tarde ) pero aun así tengo la esperanza en que Jennie conteste rápido y baje igual de guapa que cuando llego al insti.

—Coge la llamada, coge la llamada—decía casi tiritando—cogela que me congelo. Vamos. Porque tardas tanto Lee Jennie—justo en ese momento Jennie cogió la llamada. Parecía que había dicho la palabra mágica o algo parecido.

—Hola que tal ahora bajo. Hace frío ¿No? Quieres que te baje alguna chaqueta pareces congelado. ¿Cuanto llevas ahí esperando? Espera no respondas ahora voy.

Y colgó, se ve que ya llevaba tiempo en la llamada escuchando todo lo que decía sin mediar palabra pero escuchando todo, por eso sabía que me estaba congelando.

De repente vi a una figura a lo lejos con el pelo recogido en una coleta, unos vaqueros largos, un top que definía su figura delgada, una chaqueta más grande que su tallaje normal por encima  y una en sus manos. Iba preciosa, radiante pero no me atreví a decírselo solo dirigí la mirada al suelo y empecé a dar unos cuantos pasos

—Holaaaaa ya estoy.

—Ya te veo, por ahora creo que no eres un fantasma. ¿O si? —dije interrumpiéndola

—Vaya veo que no has dejado el sarcasmo en casa, ¿ No te puedes despegar de el o que ?—me dijo dándome la chaqueta que llevaba entre sus anoréxicos brazos.

—No, no soy capaz de dejarlo forma parte de mi. Por cierto, ¿de dónde has sacado la chaqueta? Es algo peculiar que tú tengas una chaqueta tan grande para lo pequeña que eres—digo mientras caminamos relajadamente.

—Me gusta todo lo ober size, bueno la verdad, aparte de eso, no me gusta presumir de mi delgadez. Es un tema muy complicado y seguramente no te resulte muy divertido ni sarcastico. Pero si quieres saber más  podíamos quedar algún día a tomar algo en alguna cafetería y lo comentamos—dice mientras pone una mueca ( creo que estaba intentando sonreír y disimular todo su dolor ) así que la consuelo dándole unas palmaditas en su espalda. Ella se aguanta las lágrimas y continua—por cierto te tengo que decir algo.

—De acuerdo estoy preparado para la bomba —sonreimos

—Nunca he ido a una fiesta mi familia nunca me lo permitió.

—Enserio. Wow. Nunca me lo habría imaginado. Si dijiste que te gustaban las fiestas. Mentirosa—me toco el corazón aparentando estar dolido.

—No sabia que decir, vale. Estaba nerviosa y quería aparentar ser guay pero al final la he cagado. ¿Verdad?

—No además ya eres guay de que te quejas las que necesitan un empujón de verdad son las 3 pijas esas. No te preocupes—asiente

Nos quedamos cayados. Nadie habla. Sentimos el aire frío correr entre nuestras chaquetas a pesar de ser otoño. Seguimos caminando sin mediar palabra. Solos ella y yo. Hasta llegar a la fiesta. No se lo es esperaba. Abrió ligeramente la boca sorprendida. Le sonreí y le hice un pequeño gesto con la cabeza para indicar que entráramos.  

Un día más contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora