El tiempo

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*Capítulo 2: El tiempo*

-¿Cómo has estado? -preguntó él, rompiendo el silencio.

-Bien, ¿y tú? -respondió ella, sonriendo.

La conversación fluyó con naturalidad, como si el tiempo no hubiera pasado. Charlaron sobre sus vidas, sus logros y sus sueños. El sol comenzaba a ocultarse, pintando el cielo de tonos anaranjados y rosados.

-¿Quieres caminar un rato? -sugirió él, ofreciéndole el brazo.

Ella aceptó, y juntos pasearon por el parque, disfrutando del fresco vespertino. La brisa llevaba el aroma de las flores y el canto de los pájaros.

-Recuerdo cuando éramos niños -dijo ella, reclinándose en su brazo-. ¿Te acuerdas de aquel verano en la playa?

-Cómo olvidarlo -respondió él, sonriendo-. Fue mi verano favorito.

Mientras caminaban, compartieron recuerdos y risas. La conexión entre ellos era evidente, como si nunca se hubieran separado.

-¿Qué te trae de vuelta a la ciudad? -preguntó ella.

-Trabajo -respondió él-. Y tú, ¿qué has estado haciendo?

-Estudio y trabajo -dijo ella-. Pero he estado pensando en cambiar de rumbo.

-¿En qué sentido? -preguntó él, interesado.

-Quiero seguir mi pasión -explicó ella-. Siempre quise ser artista, pero la vida me llevó por otro camino.

-Deberías hacerlo -la animó él-. Nunca es tarde para seguir tus sueños.

La noche comenzaba a caer, y ellos se encontraban en un pequeño café, disfrutando de un café y una tarta. La conversación seguía fluyendo, y sus miradas se cruzaban, llenas de significado.

-Me alegra haber vuelto a verte -dijo él, tomándole la mano.

-A mí también -respondió ella, sonriendo.

El momento se suspendió en el tiempo, lleno de emoción y posibilidades. El reencuentro había sido solo el comienzo de una nueva historia, una historia que estaba por escribirse.

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