La planeación de la boda

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_Capítulo 8: La planeación de la boda_

Después de su romántico día en la playa, decidieron enfocarse en la planeación de su boda. Querían que fuera un día inolvidable para ellos y sus seres queridos.

—Quiero que nuestra boda sea en un jardín —dijo ella, mientras hojeaban revistas de bodas.

Él sonrió.

—Me encanta la idea —respondió él.

Visitaron varios lugares y finalmente encontraron el jardín perfecto. Era un lugar tranquilo y elegante, rodeado de flores y árboles.

—Este es el lugar —dijo ella, emocionada.

Él asintió.

—Sí, es perfecto —respondió él.

Después de elegir el lugar, se enfocaron en la decoración. Querían una combinación de elegancia y rusticidad.

—Quiero flores blancas y verduras —dijo ella.

Él sonrió.

—Y yo quiero luces de hadas —respondió él.

La decoración sería perfecta, con una mezcla de elementos naturales y detalles románticos.

A continuación, se ocuparon de la comida y la bebida. Querían una comida deliciosa y variada para sus invitados.

—Quiero un buffet de comida internacional —dijo ella.

Él asintió.

—Y yo quiero un bar con cócteles personalizados —respondió él.

La comida y la bebida serían un éxito, con opciones para todos los gustos.

Después de semanas de planeación, todo estaba listo. La invitación, el vestido de novia, el traje de novio, la música, todo.

—Estoy nerviosa —dijo ella, la noche antes de la boda.

Él la abrazó.

—No te preocupes, todo saldrá perfecto —respondió él.

La noche antes de la boda, se reunieron con sus familiares y amigos para una cena de ensayo.

—Mañana será un día inolvidable —dijo él, brindando por su futuro juntos.

Ella sonrió.

—Lo será —respondió ella.

La noche fue llena de risas y emociones. Estaban listos para comenzar su nueva vida juntos.

Al final de la cena, él se puso de pie y habló sobre su amor por ella.

—Eres la razón de mi felicidad —dijo él.

Ella se conmovió.

—Tú eres mi todo —respondió ella.

La noche terminó con abrazos y besos. Estaban listos para enfrentar su futuro juntos.

A la mañana siguiente, ella se despertó temprano, emocionada por su gran día.

—Hoy es el día —dijo ella, sonriendo.

Él la besó.

—Sí, es nuestro día —respondió él.

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