Debilidad | Lamine Yamal

# uno

📍 Barcelona, España

le ha gustado a pedri, pablogavi, colo.barco, paucubarsi y 450 más

apenas mi hermano salió por la gran puerta de los vestidores, me acerqué a grandes pasos para envolverlo en un fuerte abrazo. Papá dejó salir una risa a nuestras espaldas antes de acercarse a felicitarlo

— gracias. —sonrió, dejando su brazo encima de mis hombros

— y los chicos? qué raro que no estan festejando —preguntó en un tono divertido el mayor

— por la noche vamos a comer unas pizzas con los chicos, o vosotros teníais algún plan familiar improvisado? —inclinó levemente su cabeza

— no, para nada. Tenía planes con tu madre y saben que eso es inamovible —negó

— salís? Te quedas sola en casa, Pe? —me preguntó a mi

asentí

— no quieres venir conmigo? Van a ir los chicos, ya os conocéis y les caes bien —me invitó

— bueno, dale —acepté

— me tengo que ir a prepararme, venís conmigo mi amor? —me preguntó papá

— que se quede, ya en un rato vuelvo a casa y la llevo —respondió por mí

después de charlar brevemente, papá se fue despidiendose de ambos y sus amigos no tardaron en acercarse entre risas y gritos

— Marc! Irás a lo de Hector, verdad? —consultó Gavi algo agitado debido al trote que habia dado

— claro, pero tengo que llevar un pequeño paquete

— ostia! pero si es Ana. Cuánto tiempo —se acercó a saludarme con un corto abrazo

— cómo estas, Gav? —le sonreí amablemente

— muy bien, muy bien. Y tú? Hace mucho que este no te trae, ya me estaba preocupando —me empujó suavemente a modo de juego

— la escuela me tiene bastante ocupada —bufé

— menos mal que me hice futbolista —suspiró aliviado y golpee su brazo

aún no me terminaba de acostumbrar a convivir con gente exitosa, y eso que mi hermano llevaba tiempo acá

Pedri no tardó en aparecer, claro estaba que si estaba Gavi, él no debía estar muy lejos. Me saludó divertido y no tardó en meterse en la conversación para nada seria que manteníamos

mientras admiraba al grupo en silencio y acomodaba mi cabello en una especie de rodete desprolijo, sentí unos ojos sobre mí. Al girarme me encontré a un morocho, el cual parecía de mi edad. Me dedicó una pequeña sonrisa y fue inevitable fijarme en su blanca sonrisa adornada por unos brackets

— eh! te estoy hablando —llamó Pedri

lo miré y fruncí mis cejas, intrigada en lo que tenía para decir

— que si te gusta la pizza de piña. —volvió a preguntar— A quién mirabas? —se giró disimuladamente y luego volvió su vista a mi con una sonrisita— Asi que Lamine... —asintió brevemente

— quién?

— Lamine Yamal. Es nuevo, y es bastante bueno. —admitió— Creo que tiene tu misma edad —se cruzó de brazos

— no digas pavadas —chasqueé la lengua

frunció el ceño

— "pavadas"? Uh, la Argentina esta wacho —soltó en un tono argentino exagerado

Marc dejó salir una suave risa nasal

— vamos, antes de que mates a alguien —me sujetó de los hombros llevándome a la salida— Nos vemos a la noche —se despidió

— los esperamos —Gavi agitó su mano

busque por última vez al tal Lamine y lo ví entretenido charlando con Cubarsí, quien al notar mi mirada no tardo en levantar su mano y saludarme animadamente, gesto el cuál devolví ya que era compañero de clases, y mi mejor amigo desde que mi hermano llego prácticamente

nos subimos en su auto y antes de darle arranque me dió su celular para que ponga música desde la playlist que compartíamos

— escucha, te dejo en casa y en un rato te busco, si? —me miró

asentí. Sin embargo mi atención se desvío a las tres notificaciones que recibí en mi celular, provocando que vibre y haga ese característico sonido de campanita

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con amor
L—