𝟬𝟭

156 21 10
                                        

Cuando se habla de lo que una madre quiere para sus hijos, normalmente se trata de su felicidad, de que no les falte nada y logren sus metas. Pero la madre de Nami no es igual a esas madres normales.

La madre de Nami solo quiere que su hija se case con un hombre rico.

La mujer, Baccarat, había criado a su hija para que sea perfecta. La inscribió a clases de danza clasica, clases de piano, clases de matematica avanzada, clases de cocina, clases de maquillaje. En general, todo lo que la ayudara a ser perfecta, Nami lo había hecho.

Además, Nami es una belleza de mujer con 22 años. Su madre se ocupó de que tuviera el peso ideal, de que su apariencia tambien fuera perfecta. Nami es totalmente la mujer ideal para cualquier hombre rico.

Y el plan de Baccarat está iniciando.

Mientras Nami estudia administración de empresas, llegó a sus oídos que un CEO importante está en busqueda de una asistente. Varias de sus compañeras han hablado de eso la última semana, por lo que Nami se lo comentó. Su madre, obviamente, se encargó de buscar más información al respecto.

Ahora está allí, sentada en la sala de espera del edificio, esperando su turno para ser entrevistada.

Nami mira a sus costados de forma disimulada. Piensa en como ser más perfecta que aquellas otras aspirantes. Su madre se lo dijo claramente;

Tienes que obtener este empleo sí o sí para encontrar al hombre indicado.

Casi sale un suspiro de ella cuando la mujer que la recibió antes aparece diciendo su nombre. Nami se levanta y camina directamente a ella, la mujer mostrandole el camino hacia la oficina.

—La señorita Robin será la que la entreviste, ella es bastante exigente, solo le importa la perfeccion.

La mujer parece intentar hacer que Nami se sienta intimidada. Mas no lo hace. Ella piensa en las palabras "solo le importa la perfeccion" y sabe desde ya que es la indicada. Nami fue criada para ser perfecta, este trabajo es suyo.

Cuando llegan a la puerta correcta, la cual dice "N. Robin" Yoko finalmente toma un respiro y entra, dejando atrás cualquier mal pensamiento o nervios, ella se repite que esto ya le pertenece.

Cuando abre la puerta y está dentro, la recibe una mujer sentada en su silla con varios papeles sobre su escritorio. Robin, se dice Nami a sí misma.

—Buenas tardes.

La mujer aún lo ha mirado en su dirección, parece concetrada en buscar algo. Nami camina hasta llegar a ella, es entonces que R dice:

—No encuentro su... Mh, ¿como es su nombre?

— Nami.

Robin levanta la vista. Sus ojos azules puestos en Nami, en su rostro pero luego, sin disimulo alguno, en su cuerpo. Nico la estudia de arriba a abajo en silencio. Parece perdida en ella por un momento.

Y Nami, bueno, ella de verdad lo está.

Hay algo en Robin que ha causado que sus pensamientos sean un caos. Es una mujer tan hermosa, tan cautivadora, que ha hecho un lío en Nami. Robin no dice ninguna palabra mas Nami se siente desnuda ante ella. Piensa en esos ojos que parecen conocer cada secreto de su alma. Nico Robin la ha deshecho por completo.

—Nami —la mujer se aclara la garganta, Nami sale de su trance—. Deme un segundo, debe estar por aquí.

Sigue buscando por tres segundos hasta que sus ojos se topan con el folio que necesitaba. En este toda la información de Nami que debía saber.

—Tome asiento, señorita.

Nami de repente no comprende qué sucede con ella. Los nervios invadiendola.

Robin lee los papeles por un momento, asintiendo una vez termina. —Aún no tiene su titulo, Nami—parece un reproche según su tono.

—Este es mi último año y si lee un poco más, verá que tengo notas perfectas en todo.

La mujer pelinegra regresa sus ojos al folio, encontrando allí lo que Nami dice. —De todas las estudiantes que han venido hoy, usted tiene todo más que perfecto—la menor quiere sonreír por esa frase—. Yo siempre estoy buscando la perfeccion.

—Entonces soy la indicada para este trabajo.

Robin sonríe al escucharla. Deja el folio sobre el escritorio y se acomoda mejor en su silla. Sus ojos encontrando nuevamente los de Nami, encontrando nuevamente esa mirada que le resulta encantadora.

—Tiene confianza—observa la CEO.

—Por supuesto, en esta vida hay que tenerla.

—Todo en ti es... perfecto—Robin deja que sus ojos vuelvan a recorrer a Nami, hay algo en su tono que causa escalofríos en la pelirroja—. Normalmente no elegiría estudiantes para este puesto a pesar de que la mayoría que vino aquí lo es. Dime, Nami, ¿crees ser capaz de continuar con notas perfectas y seguir igual de perfecta trabajando?

—Por supuesto que sí. Se trata de un reto que estoy segura de que puedo vencer.

Nico levanta una ceja. —Sería muy tonto de mi parte el seguir buscando despues de encontrarte.

Nami sonríe. Algo que causa sensaciones en la CEO, quien asiente y termina por entregarle unos papeles a Nami.

—Aunque me interesa mucho la experiencia en este tipo de casos, quiero ver qué tan eficiente eres, Nami. Puedes leerlo con tiempo, se trata de todo lo que necesitas saber antes de empezar a trabajar. Una vez que lo traigas firmado podemos empezar.

●●●

Sinceramente, tuve dificultades para ver a quien poner como madre a Nami, pero Bellemere no quedaba del todo con el personaje original, según yo, no sé.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 24, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝗿𝗶𝗰𝗵 𝗺𝗮𝗻 • 𝗿𝗼𝗻𝗮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora