Marinette Una Mutante.

Capitulo 7

Paso del tiempo y una compañía necesaria.

Mi señora, por favor despierte. - dijo una sirvienta con toga griega a una mujer dormida en sabanas blancas de seda de muy alta calidad, la mujer murmuro en ese momento molesta de ser despertada y levantarse mostrando su desnudez sin pudor alguno.

¿Qué horas es? - pregunto la hermosa mujer en ese momento mirando a la sirvienta quien comenzaba a moverse para bañarla, aunque la hermosa mujer también se dio cuenta de la mirada envidiosa de las sirvientas pero las ignoro por ahora.

Tomando una toga griega limpia dejada a su lado y ponersela, cosa no muy difícil siendo un vestido simple blanco largo, la mujer se puso de pie mientras peinaba su cabello con sus manos intentando acomodar dichos cabellos de manera que pueda estar tranquila hasta que pueda peinarse decentemente.

MAMÁ. - grito una pequeña voz que sacó a la mujer de sus pensamientos viendo con una suave y amorosa sonrisa como un niño entraba corriendo en ese momento, la mujer sonrio con un cariño brillante desapareciendo la mujer amargada y molesta de antes, el dulce brillo de una madre que siempre amaría a su propio hijo.

HOLA MI PEQUEÑO AQUILES. ¿Quién es el principe de mamá? - pregunto la hermosa mujer haciendo que el niño se riera con emoción, la mujer acaricio la cabeza de su hijo con un cariño después de todo para ella este fue su mejor regalo.

Aquiles, saluda a tu madre. - dijo un hombre entrando en la habitación, el clasico hombre griego joven con barba, ojos negros que brillaban con alegría de verlos a ellos juntos, aunque era un poco raro en esta epoca este hombre apreciaba a su esposa como un tesoro algo que a los hombres de esta epoca no entenderían pero para él esta mujer fue su regalo de los Dioses.

Madre, Aquiles su hijo la saluda. - dijo Aquiles al separarse rápidamente de su madre para presentar su saludo educado de un principe mientras intentaba parecer un gran guerrero fallando a los ojos de la madre quien lo miro con ternura.

Muy bien hecho Aquiles, pero sino me equivoco tienes que reunirte con Quiron... - dijo la mujer con una sonrisa en ese momento aunque ella sentía un poco de tristeza, algo obvio después de todo no le gustaba la idea de que su hijo aprendiera a pelear para la guerra pero sabía era necesario, en esta epoca donde no existía gobiernos altamente desarrollados y las personas solo podía sobrevivir con su propia capacidad de lucha.

Aquiles asintió emocionado antes de irse en ese momento, mientras Peleo noto la mirada de su esposa y compartía su opinión después de todo entendía que los niños deberían ser felices, pero también sabía que eso causaría que ellos den todo por sentado en su momento y además de que Aquiles era único en todo sentido.

Muchas veces que lo veía entrenando con el gran Quiron recibiendo grandes heridas, pero esas heridas siempre desaparecían, muestra de que había heredado la capacidad regenerativa de su madre, ya siendo capaz de regenerarse de una apuñalada sin hablar de la fuerza sobrehumana y agilidad que dejaba a todos sus hombres indefensos ante el ataque de dicho niño, el poder que su hijo ahora tenía era inmenso ahora.

Aquiles heredo tu regeneración, tu inmortalidad. Marinette, ¿estás segura de que no hiciste algún hechizo para darle tu don? - dijo Peleo mirando a su esposa haciendo que esta se detenga, ella suspiro antes de mirar al cielo por la ventana con pesar después de todo sabía lo que significaba.

Parece que con solo ser mi hijo heredo todo de mí, de tí solo saco la apariencia... Pero no Peleo, Medea investigo una manera de transferir mi regeneración a ella, nunca completo la investigación y no me interesa darle esta maldición a nadie, además de que mate a Medea antes de que encontrará y logrará su cometido. - dijo la mujer que revelo como Marinette, los años con su cuerpo en constante evolución volviendose cada vez más difícil de matar demostraba muchos cambios notorios que le dieron un belleza sobrenatural, su piel blanca ahora es la encargada de usar el oxigeno como fuente de alimento pero no necesita respirar aunque su olfato ahora puede captar hasta la más minima diferencia en el olor incluso de las celulas.