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Angie se tensó un poco.

- Por favor.

Niego.

-Ahora entiendo porque te da miedo en conducir un auto.¡miedosa!.- hace pucheros

-ahh... tu no eras que cuando se iba la luz, aparecías bajo mis pies, y todavía pidiendo perdón ¿a quién? Ni idea.

-Eso fue cuando nosotras éramos pequeñas. - me saca la lengua.

Saco una risotada.

No me había negado de tener a Angie como mi mejor amiga de infancia y hasta ahora. Pero me pregunto ¿Cómo la soporte todo este tiempo? .

Me encogí de hombros.

-¿En que piensas?- Me pregunta Angie.
Miro la ventana y sin mirarla le respondo:

- Oye. Por cierto ¿donde esta mi muñeca de porcelana?

-¿quién?¿Jazmín?

-¡si! - la miro fijamente.

Se encoge de hombros.

-¡Angie!

-¡No lo sé! - insiste.

-Sigue manejando. -mi voz es suave.
Jazmín. Era una de mis muñecas que siempre estuvo conmigo y un día jugamos al "té". Ella se llevó por accidentalmente y hasta ahora no se nada de ella.

Era bastantes los recuerdos de ella y yo.

Hasta que al fin llegue a mi dulce hogar.

Al entrar a la casa, la luz de la sala estaba prendida me preguntaba ¿quién estaría allí? Ya eran las dos de la mañana, y yo le avise a mi mamá que no me esperé levantada.

Antes de dirigirme a la sala, abrí la refrigeradora y busco agua. Cogi un vaso, me serví el agua y tome un sorbo. Con el vaso me dirigi a la sala... pero antes de entrar, yo me quedó inmóvil al escuchar susurros de personas.

Con mi vasito de agua, entró sin temor y veo a mi mamá y a Christian conversando con ella.

Me arrimo al marco de la puerta y tomó otro sorbo de agua.
-¿Y?- le pregunto a christian.

Él se encoge de hombros.

Y miro fijamente a mi mamá.

- Mamá... ¿otra vez jugando a los espías? - Le digo.

-Está vez... el llegó Aquí... - Señaló a Christian.

Miro a Christian y el asintio.

Miro a mamá nuevamente y le digo que nos deje un momento a solas. Ella sin ningún problema acepto y se fue.
Me mordí el labio y lo miró fijamente, mis ojos ardían de rabia y el sabía porque. Deje el vaso en la mesa de nuestra sala.

- Okey, yo ya me iba...- Él se levanta pero lo impido con mis palabras.

-¿Que hablastes con mi mamá?- pregunté.

-Sólo le dije que tu necesitas un guardaespaldas

-¡¿Que?! -. Me quedo boquiabierta.- ¡Christian no creas que vas a ser mi guardaespaldas!.- Grito. Y al darme cuenta estaba haciendo demasiado ruido. Suspire.- Por favor, aparte de mi hay muchas chicas más hermosas que mi y mejores que yo...

-Tu eres única, toda persona es diferente. - Dice christian. Tomandome de la mano.

Pero por medio paso que da, yo también retrocedía con cada paso de él. Quite mi mano de él.

- Christian, por favor no hagas esto. - le advierto.

Por última doy un paso atrás, me tropiezo y caigo en el asiento del mueble toscamente.

- ¿Que estoy haciendo? - pregunta christian.

Se calma un poco y se sienta alado mío, acaricia mi labio inferior, pero yo quito su mano, me levanto, me dirigí a la puerta y la abrí dirigiendole a el hacía afuera.

Frunce el sueño y rodó los ojos.

sonrisas inolvidablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora