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Piturrín era un elefante azul de peluche que no se conformaba con ser simplemente el juguete más colorido de la tienda. No, Piturrín tenía un sueño mucho más grande: quería ser cantante pop. Pero no solo eso, su personalidad era única y desbordante de carisma. Tenía un sentido del humor peculiar, con una habilidad especial para transformarse en personajes famosos y hacer chistes que dejaban a todos los demás juguetes riendo a carcajadas.

Todas las noches, cuando el Sr. Gustavo cerraba la tienda y las luces se apagaban, Piturrín cobraba vida. Se bajaba del estante con un gracioso salto, sacudiendo sus orejas grandes y su trompa flexible. En ese momento, sus ojos de botón brillaban con una chispa especial, como si el mundo entero estuviera a punto de ser su escenario.

—¡Atención, damas y caballeros, y muñecos de trapo! —anunciaba con voz profunda y teatral—. ¡Esta noche, en el Gran Teatro de la Tienda de Juguetes, el único e inigualable Piturrín... se transforma en... ¡Michael Jackson!

Y así, con un movimiento ágil, se ponía un sombrero fedora negro y una chaqueta brillante que, nadie sabía cómo, siempre aparecían de la nada. Piturrín imitaba perfectamente el famoso "moonwalk", deslizándose por el suelo con tal destreza que hasta los autitos de carrera, que normalmente eran los reyes del movimiento, se quedaban boquiabiertos.

—¡Woo-hoo! —gritaba, mientras hacía un giro dramático y señalaba a la audiencia de juguetes—. ¿Están listos para rockear esta tienda, amiguitos?

—¡Sí, Piturrín, eres el mejor! —gritaba Lisa, la muñeca de trapo, aplaudiendo con entusiasmo.

Pero no todo era diversión para Piturrín. A pesar de sus shows nocturnos, él sentía que le faltaba algo. Anhelaba poder cantar frente a una audiencia de verdad, no solo para los juguetes que, aunque eran su fiel público, no podían ofrecerle el reconocimiento que él deseaba. Una noche, después de su imitación de Michael Jackson, se dejó caer en el suelo con un suspiro.

—¿Qué te pasa, Piturrín? —preguntó Tom, el coche de carreras rojo, preocupado—. ¿Estás cansado?

—No es eso, amigo —respondió Piturrín, mientras se quitaba el sombrero y lo lanzaba a un lado—. Es solo que... quiero ser más que un imitador. Quiero cantar mis propias canciones, quiero que el mundo me conozca como Piturrín, el cantante pop.

—¡Pero si eres genial! —dijo Lisa, acercándose a él—. Tus imitaciones son lo mejor. ¿Recuerdas cuando hiciste de Amador Rivas la semana pasada?

Piturrín no pudo evitar sonreír. Aquella noche había sido memorable. Había sacado un pequeño peine y, con una camiseta ajustada que improvisó con un pedazo de tela, había adoptado la pose chulesca de Amador, con esa mezcla de picardía y humor absurdo.

—¡Claro que lo recuerdo! —dijo, poniéndose de pie y adoptando la voz del personaje—. "¡No es por criticar, pero esta tienda de juguetes se queda corta para mi flow, baby!".

Todos rieron de nuevo, pero la tristeza en los ojos de Piturrín no desapareció del todo.

—Gracias, chicos —dijo, con una sonrisa melancólica—. Pero quiero más. Quiero que el mundo me vea tal como soy, con mis propias canciones y mi propio estilo.

Fue entonces cuando a Lisa se le ocurrió una idea.

—¿Y si hacemos un concierto en la tienda? —sugirió—. Podríamos invitar a otros juguetes de las tiendas vecinas. He oído que en la juguetería de la esquina hay una banda de osos que tocan instrumentos.

Los ojos de Piturrín se iluminaron.

—¡Eso suena increíble! —exclamó—. Podríamos organizar el primer concierto de juguetes de toda la ciudad. ¡Sería una pasada!

Durante las siguientes noches, Piturrín y sus amigos trabajaron incansablemente para organizar el evento. Lisa se encargó de la decoración, colgando luces de colores hechas con papel de seda y cintas brillantes. Tom fue a hablar con los osos músicos, quienes, emocionados por la idea, aceptaron tocar en el concierto. Incluso el viejo oso de peluche, que rara vez se movía de su rincón, ayudó a construir un pequeño escenario con cajas de cartón.

Finalmente, llegó la gran noche. La tienda estaba decorada con cintas y luces, y todos los juguetes estaban presentes, no solo de la tienda de Piturrín, sino también de las tiendas cercanas. Había muñecos de acción, muñecas, trenes eléctricos, peluches de todos los tamaños y formas. El ambiente estaba cargado de expectación.

—¡Amigos y amigas! —anunció Lisa desde el escenario, actuando como presentadora—. ¡Bienvenidos al primer gran concierto de juguetes! Y ahora, con todos ustedes... ¡el inigualable, el único, Piturrín!

Los osos empezaron a tocar una melodía pegajosa y alegre, y Piturrín apareció en el escenario, brillando con luz propia. Pero esta vez no estaba disfrazado de nadie más. Llevaba un traje que Lisa había hecho especialmente para él, de color azul eléctrico, con detalles brillantes que resaltaban su pelaje azul. Tomó el micrófono con seguridad y empezó a cantar.

—♪ Sueño con un mundo, donde todos me vean, ♪
♪ Ser más que un juguete, mi voz desplegar... ♪

Su voz llenó la tienda, suave pero potente, con una melodía que hablaba de sueños y de creer en uno mismo. Los juguetes lo miraban, hipnotizados, sintiendo cada palabra, cada nota. Piturrín cantó con todo su corazón, poniendo en cada verso todo su deseo de ser más que un simple peluche.

Cuando terminó, hubo un momento de silencio absoluto. Luego, el lugar estalló en aplausos, gritos y vítores. Los juguetes saltaban, aplaudían, coreaban su nombre. Piturrín sintió una emoción que nunca había experimentado antes. Había logrado su sueño, al menos en ese pequeño rincón del mundo.

Esa noche, mientras la tienda volvía a quedarse en silencio y los juguetes regresaban a sus estantes, Piturrín se acostó con una sonrisa en su rostro de peluche. Sabía que aún había mucho por hacer, pero ahora tenía algo que nadie le podría quitar: el amor de su público y la certeza de que, sin importar cuán pequeño o grande seas, los sueños siempre valen la pena.

Y quién sabe, tal vez algún día, Piturrín el elefante azul, el gran imitador y cantante pop, llegaría más lejos de lo que jamás imaginó. Pero por ahora, estaba feliz con su primera gran victoria.

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⏰ Última actualización: Sep 25 ⏰

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