Según una leyenda, en un pequeño pueblo olvidado, hace muchos años había una bestia sanguinaria que asesinaba por placer, cazando y acechando. Un monstruo con un corazón podrido.
El pueblo vivía en dolor y suspenso, una muerte tras otra, sin esperanza de poder ver la luz del día al amanecer. Todo siguió hasta que un valiente hombre se atrevió a enfrentarlo. Se batieron en una fiera lucha, pero fue en vano, la bestia era más poderosa y mucho más experimentada. Aún así, le dio una oportunidad al hombre.
Con una voz profunda y aterradora, le dijo: "Vuelve en tres días, al amanecer, y si para ese entonces no me has traído una cosa o ser más hermoso que el amanecer mismo, acabaré con todo el pueblo y mataré a tu familia de una manera tan dolorosa que te arrepentirás de haber jugado conmigo. Te convertiré en mi esclavo, hasta que tus huesos no aguanten tu peso y te desplomes sobre ti mismo, escupiendo tus entrañas. Por el contrario, si me das algo tan hermoso que rivalize con la luz del sol, me lo llevaré y dejaré a tu pueblo en paz, jamás sabrán de mí".
El hombre huyó al pueblo, anunciando la petición de la bestia. Todos en el lugar, niños, ancianos, mujeres y hombres, ayudaron para encontrar algo tan bello que cegara a la vista. La hermosa hija del hombre (que era tan hermosa, amable y frágil como un diente de león) también ayudó, pero era imposible ¿Que era tan hermoso en esta tierra que rivalizara con la luz del sol? Desesperanzados, todo fueron a dormir y prepararse para salir del pueblo apenas el sol pudiere verse.
Cansados por la búsqueda, todos (incluido el valiente hombre) se levantaron cuando el sol ya brillaba burlón en cada lugar visible. Creyendose victoriosos, todos armaron una fiesta escandalosa, pero un grito de dolor interrumpió el jubiló que los pueblerinos habían adoptado.
La hermosa hija del valiente hombre se ofreció a su misma como ofrenda para la bestia. Siendo tan hermosa por dentro como por fuera, superaba la belleza de cualquier cosa antes vista.
Todos acompañaron en el duelo a la familia, destrozados, preguntándose ¿Que le estaba haciendo la vil criatura a una joven como aquella?
Se cumplió el acuerdo, no se supo nunca más sobre la bestia, y la historia fue envejeciendo hasta convertirse en un simple cuento.
–Genial. Monstruos, simplemente increíble–Murmuró Missa, viendo la pequeña historia en el folleto informativo que le habían brindado.
Cuando el y sus amigos viajaron a Europa, pararon en cada pequeño pueblo, turístico o no, y ese en especial era muy interesante. Ahí había mucha historia, y una (tonta) leyenda de una bestia y bla bla bla, pero era lo mejor que podía hacer por ahora, sus amigos habían venido con sus respectivas parejas y se fueron a un viaje de amor muy tonto.
Missa se sentía traicionado, ¿De verdad? Lo habían abandonado, simplemente Horrible. No todo era malo, al menos, el iba a viajar a la "montaña de la bestia" (que recibía su nombre por el cuento) para inspirarse y pintar algo. Nadie se quería siquiera acercar al lugar, así que era perfecto. Trabajaría sin interrupciones y tranquilo. Después de todo, la "bestia" era solo un tonto cuento para niños ¿No?
Se sentó en el pasto, sintiendo el brillo del amanecer calentarle la cara. Todo era tan pacifico. Perfecto.
Sacó su libreta de bosquejo, para empezar a dibujar, pero la paz era demasiada y se quedó un rato más admirando el paisaje, con solo el murmullo del aire en los árboles, el sonido de los pájaros cantando, alguien caminando detrás de él.
Espera ¿Qué?
Bien bien, la montaña no era suya; y aunque todos evitaban acercarse eso no significaba que no había alguien inteligente que sabía que la leyenda era falsa.
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La montaña de la bestia •Mispreen•
FanficMissa solo quería disfrutar de sus vacaciones y relajarse lejos de la civilización. No esperaba encontrarse con una extraña criatura y mucho menos que está fuera tan... linda. Misspreen fanfic. |¡!Se shippean cubitos, no streamers. |Fanfic con fines...