La Boda

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Hoy es el día...-pensé.

Todo estaba preparado, con un enorme pastel lleno de flores, un gran salón y una decoración elegante.

Solo había un problema, un problema que me causaba temor, angustia.

-Goku...-susurre con nostalgia, imaginando que se encontraba enfrente mío-¿Cuánto tiempo a pasado desde que te conocí?-mi mirada se lleno de preocupación.

Me acerco al espejo, me veía perfecta, solo para él, el amor de mi vida. Vegeta, el hombre que me robó el corazón me había propuesto matrimonio, ¿Como eso era posible?... No sé. Ya habíamos tenido un niño pero, al igual que Yamcha, pensé que no era un hombre de compromisos. En el fondo siempre supe que él era diferente.

-¡¿Qué es lo que voy a hacer?!-dije tapandome el rostro con las manos, intentando no estallar en llanto- Yo... Yo le prometí que no estarías aqui Goku, para la boda. Pero cuando se entere que eres un invitado más de la lista... N-no quiero que la boda se arruine.

Milk entro de improviso en la habitación con una expresión alegre.

-¿Pasa algo?-preguntó viendo como me sentaba sobre el sofá, en una esquina de la habitación.

-No, solo deben ser los nervios...-dije tratando de ocultar lo que sentía.

-Bulma, eres mi amiga, te conozco, dime lo que te pasa, ¿Acaso te arrepentiste de casarte con Vegeta? Esta muy guapo...-dijo sentándose al lado mio. Ella siempre sabe como animarme.

-De veraz?-murmuré esbozando una pequeña sonrisa.

-No, Milk, no es eso-proseguí-, lo que sucede es que le prometí a Vegeta que no... Que no invitaría a Goku...

-Ah...-dijo con un notable tono de extrañeza.

-... y no quiero que la boda se arruine por mi culpa, sabes como es Vegeta, es esta capaz de cancelarla.

-Claro que no Bulma, he visto a Vegeta, esta entusiasmado, y tú también deberías estarlo.

-No te creo...

Podría esperar cualquier cosa de él, pero nunca una muestra de entusiasmo...-pensé avergonzada-¿Realmente me amaba? ¿Realmente me amaba tanto, que a pesar de su orgullo, demostraba entusiasmo en convertirse en mi esposo? ¿El esposo de "la mujer gritona", "una terrícola", "un ser inferior"?

-No seas tan dura contigo misma, Bulma...-dijo como si me hubiera leído la mente-...el te ama.

No pude evitar sonrojarme al recordar tantos preciosos momentos que viví y vivía aquel entonces con Vegeta. Milk tenía razón, él lo hacía. Yo lo hacía. No tenía de que preocuparme, yo confiaba en él...

El reloj marcaba las 12:00 de la mañana, momento que la ceremonia tenía que dar inicio. Milk se levanto del sofá apresurada mente y se despidió con un rápido "Adiós".

Me preguntaba como ella se había sentido en el momento de su boda... Respuesta que me daría años después en una reunión familiar, desagradable según Vegeta, con satisfacción.

Me acerque al espejo una vez más, arreglándome el cabello, era hora. Formé una sonrisa con la esperanza de que Vegeta no armara un escándalo en plena ceremonia...

La música dio inicio mientras los nervios se apoderaban de mi. Las puertas fueron abiertas revelando a mis amigos y familiares, quienes sonrieron al verme caminar. Goten y Trunks iban detrás de mí. No tenía el valor de mirar hacía el altar donde se encontraba Vegeta.

Cuando finalmente logré hacerlo, caí en cuenta que Vegeta estaba mirándome fijamente. Lo mire a los ojos. Al notarlo, él se sonrojo extendiendo su mano con dificultad. Había llegado.

-Vegeta...-dije notando los nervios que lo invadían.

Tomando su mano subí la pequeña escalinata hasta llegar a su altura. Empecé a sudar al recordar la razón de mi temor. Vegeta mostraba incomodidad, era notorio que no quería estar ahí, en ese momento. El sacerdote comienza.

-¿Qué hace aquí?- preguntó mirando de reojo a Goku. "Insensible"-pensé. Frunce el ceño ligeramente.

-Puedo explicártelo Vegeta...

-No. Bulma-me interrumpió-, te dije que no invitaras al insecto de Kakaroto-dijo con enfado, relaja su rostro- pero... eso ya no importa.

-Hmmm...?-dije extrañada. Esa sensación de nerviosismo se hiba desvaneciendo.

-Y-yo...-dijo nervioso-...t-te a-amo, Bulma...

Mi corazón empezó a latir fuertemente. Jamás me lo había dicho.

-... y no quisiera arruinar este momento.-soltó un pequeño suspiro, le había costado. Vegeta jugaba disimuladamente con la tela de su pantalón, intentando no llamar la atención con su actitud. Ahora miraba hacia el piso.

-Yo también te amo, Vegeta.

Me mira sonriendo de medio lado. Luego del procedimiento de anillos, el sacerdote anunció:

-...puede besar a la novia.

Miré a todos, estaban expectantes. Volteé y Vegeta con seguridad se acerco besándome dulcemente. Aquella sensación no le duró mucho, pues, cuando nos separamos estaba totalmente sonrojado. Reí. Todo era perfecto...

Lo jale mientras que corría, él como siempre, gruñó. ¡Felicidades!-se escuchaba. Me detuvo en el jardín del edificio.

-Mujer-dijo serio.

-Perdón-dije ruborizada-me deje llevar por el momen...-Vegeta me calla con un beso.

Lo jale de nuevo hasta que llegamos a una banca. Nos sentamos. Me percate de que Vegeta observaba detenidamente mi cuello, esa acción me estaba poniendo nerviosa.

-V-vegeta, ¿P-pasa algo?

-No, nada-dijo distraído, mientras que se acercaba lentamente.

-V-vegeta...

-Perdón, esto te dolerá...-ahogue un grito.

Vegeta tenía sangre en los labios, mientras un hilo de la misma recorría mi cuello. Él lo había mordido.

-P-po... ¡¿POR QUÉ HICISTE ESO?!-grite exaltada. Rió.

-Ya me había disculpado...-dijo en un tono arrogante.

-¡Maldito mono estúpido!-dije con lágrimas en los ojos.

-P-perdón-dijo al notar que me había dolido más de lo que él pensaba-suelo pensar que eres una mujer saiyajin. Es una antigua tradición de mi... planeta.

-Ahora eres mía-siguió-solo mía. Es una marca de compromiso.

Reí limpiando me los ojos.

-Siempre lo fui, Vegeta. Eres celoso y arrogante.-lo desafié.

-¡NO SOY CELOSO, MUJER!

Visualizo a Goku que se encontraba corriendo hacia nosotros.

-¡Uau!-grito cuando vio mi herida-¿Que hay contigo Vegeta? ¿Ahora eres un vampiro chupa sangre?

-¡¿Q-qué?!-se lame los labios-¡VETE DE AQUI, KAKAROTO!...

Definitivamente, el mejor día de mi vida...


La Boda, Vegeta y BulmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora