Confusión

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"La confusión nace cuando todo lo que conocemos de nosotros y nuestros alrededores deja de tener sentido"
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Narrador protagonista
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¿Qué hago aquí?

¿Qué estoy haciendo en este lugar?

¿En estas condiciones?

¿Con esta gente?

¿Cuánto tiempo pase inconsciente?

Dios... Este debe de ser el peor dolor de cabeza que he tenido en toda mi vida, no puedo enfocar mi vista, no puedo mantener la vista fija del todo, mis ojos tiemblan como si hubiera tomado mucho café, las luces me queman los ojos y ni siquiera son muy fuertes, escucho un pitido muy agudo en mi cabeza.

Este lugar es asqueroso, se nota que es un sótano que no ha sido usado en años y solo lo usan para hacer asquerosidades. Las paredes están manchadas con sangre, el piso es mohoso, la única luz que hay es de una ampolleta vieja, el aroma es pesado y pegajoso.

Enfrente mío hay una cámara barata, una mesa con cosas que no puedo alcanzar a ver y a los tres hombres que me atraparon, uno sostiene la cámara y otros dos a sus lados. El que tiene la cámara parece de 30, con pelo corto marrón y piel algo tostada, otro tiene el pelo medio canoso, parece un viejo de 40-50 años, es levemente más alto que el treintañero. Y el último tiene el pelo negro trenzado y piel morena.

Dios, desearía que mis ojos estuvieran funcionando para verles bien la cara.

-No tan calmado ahora, ¿eh?- El de pelo marrón dijo, haciendo que esos otros dos se pusieran a reir

-Aún no puedo creer que enviaron a uno tan joven, en serio pensaron que esto no era la gran cosa- El canoso dijo

-Es mejor así, escuche que no se preocupan por los nuevos. Tal vez ni siquiera vengan a buscarlo- El de la trenza dijo

Bastardos... Voy a hacerlos pagar cuando me quite estas cuerdas

-Quítale la cinta, quiero oír su voz- El de pelo marrón le dijo al canoso.

El canoso vino conmigo rápidamente. Dios, nunca he tomado drogas o he conocido a alguien que las tome, pero juraría que este es el aroma de un drogadicto. Un aroma asqueroso y repugnante.

Sus manos esqueléticas acarician mi cabeza como si fuera un perro. Como estaba cerca, y mi visión se estaba recuperando, aproveche de darle un vistazo a su cara, sus ojos están dilatados y su sonrisa es grande, definitivamente un drogadicto

 Como estaba cerca, y mi visión se estaba recuperando, aproveche de darle un vistazo a su cara, sus ojos están dilatados y su sonrisa es grande, definitivamente un drogadicto

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Me arranco la cinta con fuerza, tanta fuerza que estoy seguro me arranco un trozo de labio.

-Que quieren, bastardos!? Déjenme ir de una puta vez!- Le grité, mientras forcejeaba cuenta las cuerdas.

Falsa alarmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora