Hace algún tiempo mis papás se separaron, de pronto mi mamá y yo nos habíamos quedado solas. Mi papá le daba algún dinero, pero no alcanzaba para mucho.Así mi mamá batallaba y no lograba conseguir empleo, fue que empezó a quedar a deber la renta y a pedir fiado en las tiendas para poder comer, las cosas cada día estaban más difíciles y desgraciadamente nadie nos ayudaba.
Un buen día una amiga le comento a mamá de un trabajo donde mi mamá podía ofrecer sus servicios, ya que era muy buena en la administración y podría cobrar un buen dinero para ir solventando los gastos, sin embargo, aún con el sueldo de su trabajo no podía solventar nuestros gastos y se la pasaba llorando, desesperada, se le notaba totalmente angustiada por la situación. A mí me dolía mucho verla así por no poder ayudarla. Tenía que encontrar la forma de ayudarla ya que ella no quería que yo descuidará mis estudios.
Recordé que cuando yo era amante de mi profe de mate en la prepa el me daba todo lo que yo necesitaba, hasta en una ocasión me quería comprar un depa. Así que yo sabía que con mi cuerpo podía conseguir lo que quisiera, pero no quería que mamá se enterará como conseguiría dinero y la manera para ya no batallar con lo económico.
Al siguiente día me levante muy optimista, no sabía mamá de lo que podría lograr la Put1t@ n@lgon@ de su hija, se me había ocurrido una brillante idea que podría ayudarnos a salir de problemas.
Así que me puse mi uniforme de Colegiala, ese que tanto enloquecía a los hombres que me piropeaban en mi prepa, especialmente a los señores mayores, ya que mi faldita era tan cortita que les permitía verme mis hermosas piernas y suculento cul0te, que si me agachaba tantito o separaba las piernas se me veía todo jiji. Ese uniforme y además mis tanguit@s que hacian verme muy put1sexi.
Vestida de put1colegiala me veía impresionante, súper cachond@, además que de por si, a mis 18 años ya era tremendamente atractiva, morena, cul0n@, pelirroja. Decían que era la morena de fuego.
Me enteré sin querer que mamá tenía un adeudo con la renta de la casa donde vivíamos. El señor que le rentaba la casa había citado a mamá para arreglar la situación, no había de otra o pagaba o nos sacaban de nuestra casa. Sin más, me dirigí al departamento del casero dispuesta a como diera lugar a pagar ese adeudo. Al abrir la puerta el señor se quedó boquiabierto, totalmente impresionado, no esperaba verme a mi y mucho menos vestida así de put1colegiala.
Yo - Buenas tardes señor, Vengo a pagar la renta que le debemos, le dije lanzándole una de esas miradas put1ta tiernas que me salían muy bien, además de mi lindísima sonrisa provocativa y seductora.
El señor se quedó sorprendido, nervioso, se puso colorado y me invito a pasar. Yo muy segura pase a sentarme al sofá de su salita, mostrando todos mis encantos, al sentarme levanté mi faldita con las piernas un poco separadas. El enseguida no pudo dejar de mirar mi tangu1t@ y deleitarse con este este suculento manjar que tenía frente a sus ojos y que podría comerse.
Enseguida note al señor que no dejaba de mirar mis piernas torneadas, sorprendido, admirandome con mi uniforme de put1colegiala y mi tanguit@.
Pude notar como de forma disimulada se tocaba y escondía el bulto que se veía ya en su pantalón al morbosearme, se hacia el disimulado para poder observar discretamente, pero no conseguía apartar la mirada de mis piernas por mi faldita tan corta que dejaba ver la parte delantera de mi tanga.
Asi se acercó el señor a mí con un papel donde escribió el total de la deuda. Yo sin hacerle caso me senté en la orilla del sofá y le empecé a tocar el bulto rico de su pantalón, esa rica vrga erect@, con una mirada y una sonrisa de lo más put@.
El señor parecía a punto de desmayarse de la impresión. No podía creer lo que estaba sucediendo, ver a esa hermosa colegiala acariciando su vrga rica. Sintiendo mi manita en su trozo delicioso de carne.