Está historia está separada pero capitulos de la vida cotidiana de Carlos. Es un chico de E.E.U.U, que vive por una zona de pueblo. Ire utilizando este personaje para relatos cortos.
Era un viernes por la mañana, podía sentir el frío en mi propio cuarto, pues al suspirar, en el mismo se lograba observar aquel humo desvaneciéndose lentamente. Podía jurar que no tenía las agallas para levantarme de la cama con aquella sensación helada sobre mi propia piel morena.
Me deje de lloriqueos, y me concentre en las tareas que debía hacer ese día con cumplimiento obligatorio. Me enderece lentamente y mi espalda sonó con fuerza, un gemido de dolor se escapó de mis labios ante eso, pues nunca había sonado mi espalda de esa forma.
Me coloque mis pantuflas color menta y me dirigí hasta el baño, haciendo mis necesidades y cepillando me los dientes.
Mi mente divagó un poco, pues Ayer, antes de dormirme por tanto estudió luego de llegar a mi hogar, recibí una llamada de..un viejo amigo mío. El cual, había extrañado bastante, casi ni me acordaba de el o de su rostro.
Todo aquello pasó mientras estaba fuera de mi casa, ya que estaba llegando a mi hogar en aquel transcurso.
Al terminar, escupí la espuma agria y me lave la boca, pero una vez levanté la cabeza para mirar mi reflejo en el espejo, todo se volvió oscuro, y lo único que logré divisar, fue a alguien que se me hacía familiar...Si presencia era incómoda y me trae algo de culpa cada que aparece.
Me asusté obviamente, y retrocedí unos pasos, me fregue los ojos asombro, Pero al hacerlo aquella oscuridad y ente habían desaparecido sin dejar rastro alguno.
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Luego de salir de mi departamento, me subí a un taxi en dirección a la ciudad. Si, yo era de pueblo, entonces no teníamos muchas oportunidades educativas, así que tenía que pagar mucho dinero en vehículo, útiles y mucho más...
Estuve en aquel vehículo una hora entera, pensando en aquel suceso tan extraño... Al llegar, tuve que caminar bastante. Cuando era pequeño, me imaginaba una vida de lujos, sin preocupaciones y que tendría demasiadas cosas a mi favor. Pero la vida adolescente y casi adulta me golpeó en la cara con la realidad, y ahora todo es más difícil de lo que un niño de tan solo 5 años de edad puede imaginar.
Llegué tarde como cada día, y me senté en el pupitre, comenzando mi clase nuevamente.
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