A partir de ese momento, Harry cumplió su promesa de ser más cariñoso y atento con Louis. Le dejaba notas en la mesita de noche, alguna flor, lo invitaba a caminar o por un helado. El fin de semana estudiaban abrazados y el alfa había vuelto a ser posesivamente sexual con su omega, re abriendo su marca todos los días, para felicidad de Louis.
Pronto llegaron los siete meses de embarazo, todo un hito para ser trillizos, pero que tranquilizaba a todos ya que sabían y estaban advertidos de todas las posibilidades de complicaciones de un embarazo de esas características.
Estaban todos durmiendo, cerca de las dos de la mañana cuando Louis despertó asustado. Pensó que se había orinado en la cama, por lo que se levantó lo más rápido posible, mareándose hasta caer al suelo.
—¡Alfa! —gritó con dolor.
—¿Amor? ¿Dónde estás?
—¡Ayúdame! Me duele...
Harry se puso de pie y prendió la luz. Ayudó a Louis a sentarse en la cama y se dio cuenta rápidamente. —Mi dulce omega, ya es hora, ¡rompiste fuente!
—Ay no, ¿y ahora? ¡Aaaahhh! ¡Me duele...!
Harry salió corriendo. —¡Tío Jhon! ¡Tía Ryne! ¡Es hora! —Gritaba mientras tomaba el bolso que ya estaba preparado y llamaba a un taxi.
Apenas llegó el auto, Harry se subió y le dio orden de ir lo más rápido posible al hospital, y llegó en apenas siete minutos. El gran problema, es que estaba solo, se le había olvidado Louis. Se pegó en la cabeza con la mano y se maldijo diez veces por bruto, torpe y mal alfa. Por fortuna en el taxi que llegó dos minutos después, venía su omega acompañado de sus tíos.
—Lo siento amor, lo siento, ¿cómo te sientes? ¿te duele? Háblame, por favor, dime algo, aunque sea insúltame, por favor, amor, por...
—¡Ya cálmate alfa! —Pidió Louis apenas respirando de tanta risa.
—No ha dejado de reírse porque lo olvidaste, —contó Ryne, también muy divertida.
La doctora Reells estaba esperándolos y recibió a Louis y a Harry mientras Jhon hacía el ingreso.
—Vamos a hacer una última ecografía de urgencia para saber cómo vienen estos pequeños o pequeñas, dijo observando la imagen en el monitor. —Bien, está todo perfecto, te vamos a preparar para la cesárea. Harry, anda con una enfermera, ella te dará una bata y lo demás para que puedas entrar.
Quince minutos después ya estaban juntos, con sus manos tomadas, mirándose con todo el amor del mundo, felices por la nueva etapa que iban a comenzar y que esperaban con ansias.
Anestesiaron a Louis y procedieron a cortar la piel hasta llegar a los bebés, que rápidamente fueron llevados a una incubadora porque les faltaba maduración a sus pulmones, pero estaban en perfecto estado. Eran dos niños y una niña, completamente hermosos y sanos.
Mientras llevaban a Louis a recuperación, Harry se fue con sus cachorros. Pudo tocar sus pequeñas manitos y hablarles con todo cariño.
Cerca de tres horas después, pudieron reunirse los cuatro en la habitación de Louis.
—¿Cómo te sientes? —Preguntó Ryne, preocupada, dándole de beber un té helado.
—Fatigado, creo que tengo hambre, pero bien. Aún queda efecto de la anestesia, así que no me duele.
—Tienen unos bebés hermosos, son tan chiquititos... —dijo Jhon emocionado.
Louis y Ryne sonrieron cómplices y con un dejo de dolor, entendiendo.
—Creo que lo mejor es que se vayan, —ofreció Harry señalando la puerta y no entendiendo por qué lo miraban así. —Mi omega debe descansar, y estar tranquilo.
—Pero en la mañana cuando lo olvidaste... No eras tan posesivo, —molestó Ryne, riendo y contagiándolos a todos.
—Te entendemos, y sí, nos vamos, necesitan quedarse a solas. Volveremos mañana Lou, ¡muchas felicidades!
—Hasta mañana tío, hasta mañana tía... —se despidió Louis somnoliento.
Cuando se quedaron solos, Harry se sentó al lado de Louis, y comenzó a acariciar su mano y su pelo. —Duerme bebé, yo te cuido...
—Haz... Mi alfa... Te amo...
—Te amo el doble cariño, duerme...
Un mes estuvieron los bebés en incubadora, mes en que los cuatro se turnaron para acompañarlos en el hospital. Louis había tenido una excelente recuperación, y seguía estudiando y trabajando, aunque menos días.
Fue un momento muy bonito cuando llegaron los siete al departamento. Iban a estar apretados, pero felices. Habían armado una cama pequeña al lado de la de los chicos, porque tres cunas era algo imposible, pero nadie se quejó.
Esos primeros momentos fueron todo un reto, ya que los bebés no estaban acostumbrados a estar fuera de la incubadora, por lo que estaban inquietos. Ese día, Louis y Ryne se quedaron solos con los bebés, mientras Harry iba a trabajar y Jhon andaba haciendo compras para todos.
—¿Han pensado en nombres?
—La verdad es que sí, pero no nos decidimos.
—¿Puedo escuchar las ideas? —Preguntó meciendo a uno de los pequeños, con toda la delicadeza del mundo.
—Para los niños nos gusta Oliver, Alexander, Lucas, Matías... Y para nuestra princesa, Martina, Emily, Mia... Creo que son todos muy bonitos.
—Me encantan todos realmente, aunque mis preferidos son Alexander, Matías y Emily.
—No sé cómo lo vamos a definir, —dijo riendo muy tiernamente. ¿Cómo te sientes con ellos aquí?
—¿La verdad? Jamás pensé que iba a decir esto, pero estoy loca de ganas de ser mamá. Espero que se me quite, aunque en realidad no... Ay no sé, —dijo poniendo cara de nada.
—Creo que ya está dicho, y no me equivoco si digo que serías una hermosa mamá.
Ryne sonrió grande, estaba más que feliz.
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My Beta, My Destiny. History Omegaverse Larry Stylinson (Colaboración)
FanficA veces las cosas entre alfa y omega pueden ser complicadas, ¿pero qué pasa cuando un alfa se enamora de un dulce beta? 12 Capítulos muy cortos, Harry alfa, Louis Beta.