NARRADOR
El día de tu boda, uno suele sentir una mezcla intensa de emociones. La alegría y la felicidad son predominantes, ya que estás celebrando el amor y el compromiso con tu pareja. También puede haber un poco de nerviosismo, pensando en cómo saldrá todo y si todo estará en orden. La emoción de ver a nuestros familiares y amigos reunidos para compartir este momento tan especial puede ser abrumadora
Además, hay un sentido de gratitud por tener a esa persona especial a tu lado y por el apoyo de tus seres queridos. En resumen, es un día lleno de amor, risas, nervios y una profunda conexión con tu pareja y tus seres queridos.Pero para Ben, era algo que había estado esperando toda su vida: estar al lado de Jacob y pasar el resto de su vida juntos. Observaba con una mezcla de emoción y nerviosismo cómo los chicos iban cargando cosas y decorando todo para el día tan esperado. Cada detalle que se preparaba lo llenaba de alegría, imaginando cómo sería el momento en que finalmente se unirían en matrimonio
El bullicio y la energía a su alrededor hacían que todo se sintiera aún más real, y no podía esperar para dar ese gran paso junto a Jacob
BEN
Mi padre y Phil decidieron ayudarme con mi traje, mientras que Jacob le daba una mano a Billy, por supuesto. Seth, Paul y los demás también estaban involucrados en los preparativos. Después de probarme varios trajes, elegí un traje negro que me hacía sentir increíble. Jacob optó por un elegante traje gris que le quedaba perfecto
Ambos nos miramos y sonreímos, emocionados por ver cómo luciríamos juntos en ese día tan especial.Vi que los demás estaban hablando entre ellos y, cuando noté que Jacob se apartó hacia su camino, lo seguí sin que nadie lo notara. Entré en su camino y lo besé, sintiendo que era algo que había querido hacer todo el maldito día. Nos separamos solo por la falta de aire. Lo miré a los ojos y le dije
BEN>Te extrañé_Él sonrió y respondió
JACOB>Pero si nos vimos todo el día_Negué con la cabeza mientras le ayudaba a quitarse la chaqueta. Me acerqué y le besé el cuello, justo donde había dejado mi mordida. Jacob, sonriendo, hizo lo mismo conmigo, creando un momento lleno de complicidad y cariño.