Sueño

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Elisa jugaba con su hijo en la pradera mientras la hora mágica corría, todo a su alrededor estaba pintado de un hermoso dorado, transformando aquella pradera en un paisaje onírico.

La vista era hermosa, sí, pero también era una señal para volver a casa, en especial para el pequeño Eddy, quien sabe que al ver a su madre girar tanto la vista hacia el sol, significaba el fin del juego.

—Otro rato más mami, por favorrr —decia mientras se colgaba de su mano.

Antes de responder, el sonido de un Claxon llamo su atención: era Edward.

El pequeño Eddy salto de emoción y corrió ladera abajo para encontrarse con su papá, arrojándose a sus brazos en cuanto pudo y siendo abrazado por este.

Elisa por otro lado, bajo con calma, mirando fijamente al auto de su amado y firmando su llegada con un suave beso en los labios, al que el pequeño Eddy hizo cara de asco.

—Iugh... Mamá no se ha lavado la cara.

Edward se ríe, limpiando un poco la mugre que tiene en la mejilla de Elisa.

—No esperaba verte tan... Pronto —decia mirando de reojo el auto, con una mueca de preocupación.

Edward al notar su expresión la toma del mentón, haciendo que lo vuelva a ver.

—Pasaron muchas cosas está semana; así que vine a verlos para darles una gran noticia.

—¡¿Ya no vas a trabajar papi?!

Edward le acaricia la cabeza a su hijo sonriendo.

—Ojala pudiera mi ángel, pero necesito seguir trabajando.

—Es que yo te extraño mucho cuando te vas... Trabajas muy lejos papi...

—Bueno, creo que ya no me vas a tener que extrañar tanto

Elisa lo mira con espectacion.

Edward los toma de la mano a ambos y mientras mira a Elisa lo confiesa.

—Renuncie.

Elisa se congelo ante las palabras de Edward, mientras sus ojos comienzan a lagrimear.

—¿Estás bien? —dijo Edward.

—Sí, yo estoy... Estoy muy bien, es solo que... —Elisa mira a su hijo, cuya mueca de felicidad por la noticia, ahora denotaba preocupación por su madre.

—Yo sé que hemos tenido problemas, sé que he estado lejos de ustedes, pero te pido que me dejes arreglarlo.

Edward vuelve a tomar el rostro de su mujer, está vez poniendo sus palmas de forma suave sobre su mandíbula.

—Buscare un trabajo aquí, ahorraré para comprarte un anillo, un vestido bonito y casarnos como es tu sueño.

Elisa rompe en llanto sin decir nada, aferrándose a la mano de su hijo.

—Le contaré cuentos a mi hijo, le daré todo el tiempo que merece, lo limpiare y lo amare tanto como te amo a ti, yo...

Elisa lo interrumpe, cayendo en sus brazos, abrazándolo con mucha fuerza y besando su mejilla.

—No podría pedir nada más, por favor... Nunca más te vuelvas a ir.

Eddy abraza a sus papás mientras llora, casi sin saber porque, tal vez solo fue contagiado por aquellas lágrimas de felicidad de sus padres.

—Los amo mucho, los amo mucho.
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“Te odio".

El auto fue encontrado sumido entre los árboles cerca del río al final de un barranco.

Había una urna rota a nombre “Edward" que esparcía sus cenizas por el agua.

Botellas de licor en todo el auto y un celular lleno de sangre, se podía ver entre las manchas una conversación con un hombre llamado “Edward" cuyo último mensaje era “Te odio".

El auto quedó prensado al chocar contra los árboles, asesinando a la única pasajera.













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⏰ Última actualización: Sep 28 ⏰

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