La persecución fue implacable. Mientras Nixi y Luca huían de Vallara, el suelo temblaba bajo las explosiones y las ráfagas de disparos que resonaban en el aire. Habían logrado salir de la ciudad, pero sabían que la sombra de la guerra los seguía de cerca. Los Dalverna y los Rosetti no se detendrían hasta encontrar a los traidores que habían osado desafiar el legado de odio entre las familias.
En su huida, Nixi y Luca se refugiaron en una pequeña cabaña en los límites de un bosque. La cabaña estaba deteriorada, pero ofrecía algo de protección contra los elementos y, quizás, un breve respiro. A medida que las noches se volvían más frías y las estrellas se escondían tras las nubes de humo, Nixi y Luca compartían historias de sus infancias, tratando de recuperar fragmentos de normalidad en medio del caos.
Sin embargo, la tranquilidad era efímera. Una noche, cuando el viento ululaba con una furia descontrolada, un grupo de soldados Dalverna y Rosetti apareció en los alrededores del bosque, alertados por las señales que Luca y Nixi habían dejado sin querer. La tensión se cortaba en el aire, y Nixi y Luca sabían que su tiempo se estaba agotando.
Decidieron enfrentar a sus perseguidores, en un intento desesperado por ganar algo de tiempo para escapar hacia un lugar más seguro. La batalla que siguió fue brutal. Las llamas de los disparos iluminaban el bosque, creando un paisaje infernal. Nixi y Luca lucharon con valentía, pero sabían que la victoria no era probable.
En medio del conflicto, una bala perdida alcanzó a Luca, derribándolo con un grito ahogado. Nixi, con el corazón en un puño, corrió hacia él, empapada en sudor y sangre, tratando de detener la hemorragia con sus manos temblorosas. "No, Luca, no te vayas", rogó mientras el mundo a su alrededor se desmoronaba.
El amanecer llegó, pero no trajo esperanza. Nixi logró llevar a Luca a un refugio improvisado en una cueva cercana. A pesar de sus esfuerzos, las heridas de Luca eran graves, y la sangre seguía fluyendo. Con el corazón roto y la desesperación envolviéndola, Nixi trató de hacer todo lo posible para salvarlo, usando lo que podía de sus escasas provisiones.
El tiempo en la cueva se desvaneció en una pesadilla de angustia y dolor. Mientras Luca luchaba por mantenerse consciente, Nixi estaba atrapada entre la esperanza y la desesperación. Cada momento era una tortura, con el eco de sus respiraciones entrecortadas resonando en la oscuridad.
Luca, con un esfuerzo final, tomó la mano de Nixi y la miró a los ojos. "No llores por mí", dijo con voz débil. "Mi vida no ha sido en vano si pude amarte". Nixi sintió las lágrimas corriendo por sus mejillas mientras el calor de Luca se apagaba lentamente.
Con el último suspiro de Luca, Nixi quedó sola, con el peso de la pérdida aplastando su corazón. Sabía que debía continuar, que el sacrificio de Luca no podía ser en vano. Pero también sabía que nada volvería a ser igual. El amor que una vez había sido una llama ardiente ahora era solo cenizas, y el futuro parecía desolado.
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AMOR EN LA GUERRA
RandomEn la ciudad de Vallara, el conflicto ha desgarrado a sus habitantes durante décadas. Familias que alguna vez convivieron en paz ahora se enfrentan con una brutalidad que parece no tener fin. La guerra ha dejado cicatrices profundas, no solo en la t...