𝟶𝟺

112 10 0
                                    

─ Y... ¿A donde iremos Sasuke-kun? ─cuestiona la pelirosa enarcando levemente la ceja aun afianzada en la mano de su novio. Sakura al costado de Sasuke era tan pequeña y muchas personas quedaban fascinadas ante la pareja, se juzgaban lindos y el típico cliché de una historia del chico fuckboy y una inocente bebé.

El caso era que Sakura solo lleva lo santurrona por fuera, bueno, también por dentro, digamos que en ciertas cosas.

Sasuke solo sonríe.

─ ¿A una heladería primero o prefieres comprar dulces?─pregunta y Sakura aún aferrada a su mano, entrelaza más los dedos haciendo una mueca.

─ ¿No puedo ambos? ─la omega ruega abultando los labios al vislumbrar que Sasuke parece también pensarlo.

─ El helado prácticamente es dulce, Sakura ─ le dijo el alfa obligando a la más pequeña abrir los ojos verdes teatralmente.

Sakura lo mira indignada.

─ ¡Qué dices! ─chilla la omega parando en seco ─, ¡el helado es dulce y frío, el dulce es solo dulce! ─Sasuke iba a protestar pero antes su novia lo fulmina con la mirada.─ ¡No he terminado, Uchiha!

El alfa siente tensar al ver a su novia tomar aire con las mejillas rojas mientras apretaba los puños, haciendo una rabieta.

─¡El helado es derretido y el dulce sólido! ¡El te puede dar gripe y el dulce n-

─ Esta bien iremos por ambos.

─ Y como decía, mi alfa es muy lindo ─culmina regalandole una de sus sonrisas bonitas que dejaban ver sus dientes, y por milésima vez en su vida, Sasuke se deja seducir mientras se despedía de una de las chaquetas negras de cuero que vio el otro día por el centro comercial y decidió ahorrar para este.

Pero valdría la pena por tan solo lograr que Sakura levante sus comisuras de tal manera que demuestre solo felicidad.

Para él se trataba de la mejor paga de todas.

Cuando una vez más deciden continuar el recorrido después del pequeño emblema, la menor se apega más al cuerpo de Sasuke buscando su aroma y relajándose ante el hecho, le fascinaba ese olor a sándalo que solo desprendía seguridad y protección. Sakura lo sentía embriagador, sentía a su alfa predestinado como esa figura de superhéroe que en vez de salvar al mundo, salvaba al suyo.

Suena un poco egoísta, pero a ella le encanta que las cosas sean así.

Le gusta ser la pequeña de Sasuke, aunque a veces llegue a exagerar con su comportamiento y el drama pegando en el.

Al momento en que se pararían en frente de una heladería, ambos, alfa y omega se adentran haciendo resonar la campana de bienvenida a los clientes, la pelirosa lanzandose ansiosa ante las vitrinas pegando los ojos en ellas y mirandolas con adoración. Sasuke piensa que la menor se ve como un pequeño gatito tomando leche.

Gatito tomando leche.

Traga saliva endureciendo el semblante ante la repentina idea, se abstiene a seguir introduciendo aquellos indecentes pensamientos en el cerebro y decide botarlos a un agujero negro.

El lugar estaba atestada de gente y con una larga cola, que por lo que pudo perseguir Sasuke con el olfato se tratan de betas y omegas, también presencia de alfas pero menores y de rango bajo.

Así que decide actuar.

Él se alista, con el par ojos oscuros y expulsando una aura molesta, arrugando un poco la nariz en el camino. De pronto, uno de sus zapatos negros da un lento paso con tal brusquedad emanada que el resto se detiene a verlo con un susto, hasta los mismos trabajadores jurando que aquel chico les degollaría el cuello con la más mínima molestia. Y eso era lo que buscaba, que le tengan más miedo que respeto.

El gentío de la heladería decide separarse para darle permiso a Sasuke y cederles lugar como si dependiera de sus vidas, temerosos y obedientes como un perro, pero todo aquel sentimiento disipa al la hora que ven unos converse rosados con los cordones desatados aparecer en su atrás con la boca formando una sonrisa fascinada y tierna.

Las personas cambian sus expresiones a unas enternecidas y continuando con lo suyo como si no hubiera pasado nada, confundiendo enormemente a Sasuke, se supone que le tendrían hasta pavor.

Él vuelve a la Tierra cuando siente que alguien le jalonea por busca de atención, así que baja la mirada encontrándose con los ojos suplicantes de su novia señalar sus zapatillas, y ahí fue donde el rudo alfa comprendió todo.

─ Tengo flojera, no alcanzo ugh...─fingió no poder agacharse hasta sus talones.─ por fi.

─ Pero Saku-

─ Por favor ¿si?

─ Es que estaba intentando que la cola apre-

─ ¡Sasuke-kun! ─exclama esta vez muy fuerte que hasta jurarían que llegaría a romper el vidrio que colgaba en una de las paredes, girando en par los cuellos hacia ellos. Todos atisban expectantes como el siniestro gran alfa se hallaba, con una inmensa exasperación, atando los cordones ajenos de una pequeña chica pelirosa.

De ahí deducieron que la cruel era la omega, y no el alfa. Así que aterrados, se apartan una vez más despejando el camino, hasta algunos dejaron dinero sobre las mesas y se retiraron con exaltación, otros yacían tomando rápidamente su helado acompañados de los que venían pero ya se fueron.

Sasuke al levantar la mirada bufa un poco bajo, Sakura siempre ha sido un perezosa hasta para amarrarse los zapatos.

─ Listo, Sakura. ─le dice por fin dejando a simple vista un lazo en un nudo, lo que hace a la pelirosa sonreír enormemente otra vez en el día.

─ ¡Te salió bonito!─ lo alaba parándose de puntitas y regalándole un beso en la mejilla ─ Eres un pedacito de mi cielo, gracias~

La oye canturrear, y Sasuke se siente más que satisfecho. Levanta la mirada hacia el mostrador, sorprendiéndose que ahora este casi vacío. El alfa crispa los hombros, debería aprovechar antes de que vuelva a llenarse.

─ ¿Qué sabor quieres?

─ ¡Fresa!

Aquella emoción en los ojos de su novia, lo hacía vivir.

Si bien dicen que Sasuke nació por una omega y morirá por otra y su linda sonrisa.

Porque tal vez, Sakura haga latir más su corazón que cualquier otra cosa en el mundo.

Amar era vivir, siempre y cuando sea con su caprichosa omega.

sᴏғᴛ sᴇx | sᴀsᴜsᴀᴋᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora