𝐌𝐘 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃.ᐟ..⃗ bellamy blake

𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐄𝐆𝐈𝐍𝐍𝐈𝐍𝐆 𝐎𝐅 𝐇𝐄𝐋𝐋

Un año atrás.

Podía jurar ver su cara de traición, culpándola por no haber hecho nada. Su corazón se aceleró, pero se obligó a apartar la mirada de manera inmediata.

¿Por qué había sido tan cobarde? No hizo nada para evitar que lo echaran tal cual animal. Su rostro estaba lleno de moretones, la sangre que pudo ver corría por una parte de su frente y una gran mancha de rojo cubría su camisa.

Había visto a su madre humillar a su hermano, dejando que lo golpearan, echándolo del castillo y la aldea. Y Selene no había hecho absolutamente nada. Lo último que vio fue la expresión de decepción.

Y en ese momento supo que nada volvería a ser igual entre ellos.

No pudo seguir soportando esto, así que dio media vuelta e ignoró todas las miradas de los guardias sobre ella. Incluida la de su madre. Caminó a paso rápido entre los túneles rocosos de la prisión de Azgeda, escabulléndose para ir a su propia cabaña en la aldea.

Sus manos temblaron cuándo azotó la puerta a su espalda, pasándose una mano por su cabello dorado. Fue a sentarse en el borde de su cama, sintiendo las lágrimas picar en sus pestañas rizadas.

Había dejado ir a su hermano. Había dejado que su madre lo golpeara, lo hiciera sentir menos. Nia sabía cómo manipular a todos, era experta en eso.

La había amenazado para quedarse en el castillo, por supuesto su hermano se opuso al saber lo que su madre quería de ella. Al ser una Natblida, quería que Selene se convirtiera en comandante, destruyendo a Trikru para que Azgeda liderara los doce clanes.

Ella nunca quiso eso, considerando que tenía gran respeto por la actual comandante. Roan se opuso y su madre decidió que era un estorbo en su plan. Selene quiso decir, quiso evitar la situación. Pero Nia la amenazó.

"Te vas con él, mueren los dos. Te quedas aquí y lo dejo vivir."

Esas fueron sus palabras. Cazarían a su hermano si ella no aceptaba las reglas de Nia.

Tenía que aceptar su propuesta, por el bienestar de su hermano, de su pueblo y de ella misma.

A pesar de la sensación de que su vida era un desastre, lo cierto es que apenas era el comienzo de todo.