Ruina {Khaled}

Capítulo 3.-

Al entrar al salón, Halim pone los ojos en blanco.

—Joder hermana, ¿no te llega con los de España, también quieres quitarme los amigos de aquí?

—Necesito hablar contigo y luego con él.

—No, no. —Niega con la cabeza—. Yo no pienso liaros, que aquí me matan por cómplice.

Le miro frunciendo el ceño y le doy en el brazo.

—¿Eres tonto o te lo haces?

—Entonces, ¿para que coño nos necesitas?

—Ahora lo veremos, ponte cómoda, yo voy a hacer más té. —Interviene Khaled y desaparece rápidamente en la cocina.

Me siento junto a Halim y le miro.

—¿Tú sabías que era amigo de Amin y Yas?

—Yo también iba con ellos de vez en cuando, tú te quedabas en casa porque todavía eras una mocosa. —Sonríe divertido y me da un codazo fuerte, aunque ya estoy más que acostumbrada a sus golpes.

—Cuidado eh, que solo me sacas dos años.

—Si, pero tu eras más mocosa aún así.

—Y tú sigues siendo igual de inmaduro, pero te quiero igual eh... —Paso la mano por su pelo con fuerza, echándole la cabeza hacía atrás, lo que hace que Halim explote en carcajadas. Poniéndome seria de nuevo, aparto la mano de su cabeza—. ¿Cuántos años tiene Khaled?

Halim resopla y mira el cigarro pensativo.

—¿No te sabes la edad de tu amigo? —Sonrío divertida burlándome de él.

—Sí. —Me mira serio—. Pero estoy dudando... estaba entre medias de Amin y Yas, creo que tiene 23, le confundo con Amin.

—No te sabes le edad de tu amigo. —Confirmo y sonrío divertida cuando me lanza una mirada asesina.

—Bueno, lo importante señorita, ¿por qué te interesa tanto?

—Solo me da curiosidad, conoció primero a Amin supongo.

—Si, pero ya sabes... Se supone que no nos podemos juntar entre sexos y eso, pero ellos lo hacían, y tú te acabas de saltar las reglas. —Al notar como me pincha el brazo con el dedo, chasqueo la lengua y le doy un manotazo.

—Esto es serio Halim.

—Tú a lo que vienes es a por un poco de choco, y no te voy a dar.

—Que quiero saber que les pasó a nuestros hermanos joder, Halim ponte serio por una vez en tu vida.

Veo como se le borra la sonrisa de repente y deja el cigarro sobre el cenicero colocándose mejor.

—A ver, a ver, ¿de qué estás hablando?

Le miro con el ceño fruncido. —¿Tú tampoco sabes nada?

—Mm... ¿Debería? —Me mira con expresión de dudas.

—Venga ya Halimo... ¿No te ha olido raro nunca? Los dos somos mayores y siguen sin querer contarnos nada, ni si quiera ni el cómo murieron.

Halim se queda pensativo y asiente lentamente dándome la razón.

—¿No te da curiosidad saber que les pasa a papá y al abuelo con Khaled? Al ser intimo de Amin deberían mantener al menos la cercanía.

—Igual fue una discusión con Amin o Yas... —Me mira, y por una vez en la vida veo a mi hermano completamente serio y preocupado—. ¿Crees que tiene algo que ver con la muerte?