Kitty ; Daerin

02; Cabello lindo.

Las madres de las pequeñas tenían varios días llevándolos a la casa de la otra, y viceversa, para que estas de conocieran mas. Y hasta ahora todo iba bien, se comenzaban a hablar y hasta Haerin se llevo de la mano a Danielle para que esté viera sus dibujos.

Y esto era raro, a Haerin aunque amara dibujar y presumir su talento a su mami, era exclusivamente esta quien podía ver sus dibujitos. Aparte ¿Que la llevará de la mano a su habitación y se los mostrará ella personalmente? Eso ya era otro nivel. Haerin era muy reservada y tímida, y más con sus con sus cosas importantes, como lo son sus dibujitos.

Y según su mamá, eso era un avance bastante importante. Significaba una buena señal.

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Ahora estaban en casa de Danielle.

Justo en una casita del árbol - no tan "casita" ya que un par de adolecentes entran allí sin problema - en donde tomaron una pequeña rutina: Cada que iban a casa de la más grande, iban a ese lugar. Ya no tenían que decir cosas como "¿Vamos a la casita del árbol?" No, no, no, ellas ya sabían a dónde ir.

Según era porque todo se veía más bonito desde arriba. Pero secretamente era para ellas estar solitas sin que sus mamás las espiaran y les tomarán fotos.

Amaban a sus mamis pero a veces era estresante.

— Danielle ¿Por qué tu cabello es así? Con circulitos. — Pregunta Haerin. Con una voz infantil, mientras intentaba tocar las mismas hebras y seguir esa forma con sus deditos.

Y aunque la pregunta le incomodara, elaa sabía que esa pelinegra con ojitos de gato no la iba a juzgar ¿Si no lo hizo en esas largas dos semanas que llevaban conociendo, por qué lo haría ahora?

Muy muy largas dos semanas.

— No lo sé, así nací — Respondió unos segundos después mientras se dejaba tocar la cabeza por la infante curiosa.

— Y, ¿Por qué? — Vuelve a preguntar mientras comienza con sus mimos en la cabeza de la mayor.

— La verdad, no tengo idea — Y por casi un acto espejo comienza a cerrar sus ojitos, y se inclina un poco en el cuerpo de la otra.

— Son como un remolino. Vueltas y vueltas. — Tarareo, bastante entretenida dando mimos en la cabecita de Danielle.

Haerin al notar eso, se sienta y estira sus piernitas y recuesta la cabeza de Danielle en ellas con cuidado.

Al ver que este se sobresalto dijo — Tranquila, tontita, soy yo, yo nunca te haré daño. - Culminó con una sonrisa, la cual fue correspondida. — Y por cierto, es muy lindo, me gusta mucho su pelito, unnie.

Y captada desde la cámara del celular de la mamá de Haerin, quien iba a llevarles galletas y leche y estaba justo en la entrada de aquella casita del árbol que almacenaria muchos recuerdos.

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Ajá se que dije que iba a actualizar los viernes, pero es q está historia me emocionó y bue TT, de todos modos, voy a sacar caps así bien de la nada.