to roll - TFP

Uno

— Entonces... ¿Se van? ¿Así nada más?

— Cybertron nos necesita, es nuestro planeta y no podemos dejarlo así como así. La tierra no es nuestro hogar.

Hablo el prime con seriedad. Sabía lo brusco que podía llegar a ser, pero era necesario. Era un líder y necesitaba manejar la situación con seriedad, y más si hablaba de su planeta.

— Cybertron necesita volver a su máximo esplendor; como lo fue siempre. Espero y lo entiendan, niños.

Dijo la fembot mientras les sonreía, estos no dijeron ni una palabra por orden del Agente Pauler.

— No seas tan duro, Optimus, al final de cuenta son solo niños que se encariñaron con algo que no debían.

Susurró la fembot para el prime. Él lo entendía, entendía ese sentimiento humano, porque ellos también lo sentían... pero eso no iba a detenerlos, no iba a detenerlo.

El mayor vio como cada uno se despedía de los niños, él también lo hizo, pero fue muy corto.

Una vez que el médico de la base abrió el portal espacial, sin decir una palabra el prime entró, siendo el primero. De ahí lo siguieron los demás, cerrando el portal.

El silencio abundó el lugar, prácticamente era ahora un nuevo indicio en la vida de todos.

Los tres adolescentes se quedaron ahí, viendo la miserable pared.

La de coletas quería llorar, pero le había prometido a su amigo de 27 pies que sería fuerte.

El de lentes quería gritar, hacer un berrinche, quería a su amigo, a su abejorro, a su lindo carro de carreras amarillo.

El mayor, por lo tanto, mostró seriedad. No le dolía, sabía soltar cuando era necesario; la madurez lo había consumido por completo después de haber estado con Arcee y Optimus mucho tiempo. Entendía mejor la situación que los dos contrarios.

Él tal vez podría ayudarlos a soltar, sería difícil, porque a él también le costó.

Pero ayudaría a sus amigos cuando más lo necesiten.

— Deberían irse. Ya va a anochecer.

La voz robótica sobresaltó a los tres presentes, que los mismos habían estado parados sin hacer un solo movimiento por minutos.

— ¿Cuánto tiempo estuvimos sumergidos en nuestros pensamientos?

— Unos minutos. Tu madre y el agente Pauler esperan afuera. Vayan antes que se haga más noche.

Como si fuera una orden, Jack empujó a los dos presentes, que ellos sin ánimos de quejarse se dejaron.

— Jack, tú quédate.

Y como si hubiera sido un baldazo de agua fría, se detuvo.

Los dos contrarios miraron a Ratchet y luego a Jack. Estos miraron a Jack y éste asintió, los dos salieron y los dejaron solos.

— Yo también quería hablar contigo.

— Quiero empezar yo primero.

— Adelante.

— Bueno, ya eres grande y tiene una madurez suficiente como para entender lo que acaba de pasar; pero Rafa y Miko no. Por lo visto van a sufrir con esto. Ahora, cuando te pida esto, quiero que sepas la responsabilidad que vas a cargar desde ahora, y es que quiero que cuides a Rafa y Miko en este proceso, solo para que entiendan que amar también es dejar ir. Les va a costar, te va a costar y lo entiendo, pero yo no voy a poder ayudar en eso. Es una práctica personal en la que tú podrás colaborar demasiado, y yo sé que podrás en esto.

El pelinegro quedó en silencio, sabía que era una gran, GRAN carga que sería llevar todo ese proceso de soltar y dejar ir, ya que dejar ir y soltar eran cosas muy diferentes.

— ¿Lo harás? ¿Sí o no?

— ... Lo intentaré.

El médico suspiró, al menos aliviado que no tendría que charlar con dos adolescentes inmaduros.

— Ahora, ¿qué era eso que querías contarme?

Jack suspiró y vio al suelo, empezó tartamudeando.

— Bueno, es una duda, pero no quería que lo escuchara Rafa y Miko... ¿estamos a salvo?

— ¿A salvo?

— Pues, si. Digo, mataron a Megatron y todos sus aliados abandonaron el planeta o ya no habitan aquí.

El médico quedó en silencio, no sabía qué responderle; pero debía ser franco con él, ya que él sabía que no siempre estarían a salvo.

— Jack, escucha, no porque se hayan ido significa que no vuelvan. A veces es muy difícil matar algo que ya está muerto. No te aseguro a ti ni a nadie que estén a salvos, pero puedo decir que están en protección por ahora.

Jack escucho atentamente lo que dijo, iba a decir algo más, pero...

— Jack, vete. Te están esperando.

No podía protestar por ahora. Le costó moverse, pero lo hizo y caminó hacia la salida.

¿Pensaba en cómo hacer que Miko y Rafa siguieran su vida como lo era antes?

No.

Analizo las últimas palabras de Ratchet, y no quedo satisfecho. Con Autobots o sin Autobots, no estaban a salvo.

(...)

La carretera estaba en total silencio, nadie había iniciado una conversación en todo el camino, y el único sonido era el fuerte aire que hacía por la velocidad.

Rafa y Miko ya se habían dormido, pero Jack estaba más que al tanto, viendo la ventana, esperando por si algo que no era normal en su mundo apareciera.

La señora Darby ni siquiera se dio cuenta de eso.

Jack estaba más que despierto, estaba inseguro y ahora se sentía más desprotegido que antes.

Pasaron las horas, y dejaron a cada uno en casa, para luego ir a su hogar.

No dijeron ni una palabra; ni uno de los dos. La señora Darby estaba cansada, mientras que Jack estaba más pensativo de lo inusual.

Ni siquiera cenaron, fueron directo a la cama.

Jack se sentó en su cama que estaba apegado a su ventana, y entonces vio el cielo nocturno. Las cálidas y abundantes estrellas en el cielo fue un buen distractor por horas, quitándole de la mente la inseguridad y el miedo.

Y entonces, despertó. Se quitó los zapatos y se acostó en su cama, pero sin quitarle la vista al cielo.

Podía resolver sus dudas con tan solo ver, hasta que...

— ¿Y si Megatron no murió?

Se dijo a sí mismo, haciendo una mueca de solo pensarlo.

— Solo imagínate, una guerra, una nueva era...

Y como si las estrellas fueran la única prueba de lo que decía, rio.

— Solo un idiota pensaría así, ¿no?

Y entonces se cubrió con su sábana, quedando cómodo, y lentamente agarraba el sueño.

Bostezo, y pestañeó con una débil fuerza que aún le quedaba.

— Megatron vivo... Que estupidez.

Y sin más, el pelinegro quedó profundamente dormido, pensado que solamente las estrellas fueron testigos de su corta charla.

Pero quien hubiera pensado, que otra cosa también lo escucho.