Prólogo

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El viento soplaba con fuerza entre los densos árboles de Whale Island, y Gon se sentía más perdido que nunca.

Perder su Nen lo hacía sentir inútil. A causa de esto, su tía Mito le había pedido que, si quería volver a viajar, debía al menos terminar la escuela.

Hacer las tareas era muy aburrido, contrario de las aventuras que solía tener con Killua meses atrás, antes del desastre. Cada vez que abría un libro, la memoria de sus hazañas pasadas lo atormentaba. Se preguntaba si alguna vez volvería a ser el cazador que conocía.

No estaba seguro. ¿Siquiera tenia motivación?.

A menudo, el moreno evitaba pensar en su mejor amigo, porque cada recuerdo lo hacia sentir mal. Aunque intentaba distraerse, la verdad era que Killua siempre ocupaba un lugar importante en su interior, y cada intento de no pensar en él solo lo hacía sentir más solo.

Mientras su mente divagaba, no pudo evitar acordarse de cierto mago obsesionado con él. La promesa que Hisoka le había hecho sobre volver a verlo le erizó la piel. La mezcla de miedo y curiosidad lo invadió; nunca había podido entender por completo la fascinación que ese extraño hombre sentía por él.

Recordó la forma en que Hisoka siempre aparecía en los momentos más inesperados, con esa sonrisa intrigante y esos ojos brillantes que parecían querer devorarlo. Aunque sabía que debía temerle, una parte de él se sentía atraída por el peligro que representaba. Puesto que el joven Freecs no era alguien de temerle a los desafíos.

Gon sacudió la cabeza, tratando de deshacerse de esos pensamientos. No podía permitirse distraerse con alguien como Hisoka. Pero la promesa seguía resonando en su mente, un eco persistente que lo mantenía alerta. ¿Qué trataba de decirle? La incertidumbre lo llenaba de ansiedad, y al mismo tiempo, le recordaba que su vida nunca dejaba de ser emocionante, incluso en los momentos más oscuros.

Simplemente cerró su libro de matemáticas y se recostó en su cama, frustrado. La complejidad de los números lo abrumaba y su mente solo seguía divagando. Al rato, cayó en los brazos del morfeo, sumido en un profundo cansancio.

En su sueño, se encontró en un vasto campo lleno de flores, donde el sol brillaba intensamente. Pero, entre la belleza de flores rojas, apareció la figura familiar de Hisoka, sonriendo de manera sombría.

- Despierta, pequeño Gon - Susurró el mago, sus afilados ojos dorados brillaban con una mezcla de diversión y picardía que no podia descifrar. - Esto todavía no termina.

Hisoka tomó su rostro entre sus manos abruptamente, mientras sus afiladas uñas se clavaban en su piel. Su sonrisa crecía aún más.

Gon despertó de golpe. Su corazón latía con fuerza mientras la imagen del mago seguía fresca en su mente. Se dio cuenta de que solo había sido un mal sueño, pero la sensación del contacto ajeno lo dejó inquieto. Luego se incorporó en la cama, tratando de calmar su respiración. ¿Por qué aquel mago seguia frecuentando su mente? Ya estaba bastante abrumado.

Con un suspiro profundo, se levantó y miró por la ventana, los rayos de sol pegaban contra su habitación. Había que hacer algo para despejar su mente. Quizás un poco de entrenamiento o una caminata por la isla lo ayudarían a olvidar esa extraña sensación. Así que, decidido, se preparó para enfrentar el día, dejando atrás los ecos de su extraño sueño.

No pensaba volver a pensar en él durante el día, o sí? La duda lo acechaba mientras caminaba los muelles de la isla. De repente, una presencia familiar detrás de él lo hizo parar en seco. No podía ser. No quería dar la vuelta.

Su corazón latía con fuerza, y el aire se volvió denso...

...

Nota: se situa casi al final del manga, donde Gon quedó en Whale Island. Hisoka fue a molestar un poco hahah

𝐂𝐡𝐢𝐜𝐥𝐞 - 𝐇𝐢𝐬𝐨𝐠𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora