Parte dos.

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Gon siempre había visto a Hisoka como un enigma, un oponente formidable con un aire de peligro inminente. Cada encuentro había sido una mezcla de temor y fascinación, pero nunca había logrado descifrar las verdaderas intenciones detrás de su sonrisa y afilada mirada.

Mientras entrenaban en el bosque, Gon reflexionaba sobre su propia percepción. “A veces creo que lo entiendo”, pensaba, “pero hay más que esconde”. Su mente se llenaba de preguntas sobre los deseos de Hisoka, su sed de lucha y la extraña conexión que parecían compartir.
                  
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Mientras Gon descansaba tras el intenso entrenamiento, se preguntaba por qué había aceptado la ayuda de Hisoka. La respuesta siempre era la misma “Porque no tengo de otra”. Tal vez era cierto, pero Gon sabía que esa no era la única razón.

Había perdido tanto en su búsqueda, y quizás la llegada de Hisoka no era tan mala después de todo. La reciente atracción que sentía por el mago despertaba algo distinto en él.

Hisoka se acercó de forma juguetona, con una sonrisa ladina. Realizó un movimiento rápido, utilizó su bungee gum para atrapar las muñecas de Gon, pegándolas a las ramas de un árbol, por encima de donde el moreno descansaba. El hilo elástico lo mantenia en su lugar.

—¿Qué te parece esto, Gon? Un pequeño entrenamiento diferente— dijo, con su voz llena de diversión. Gon dio un salto de sorpresa y su cuerpo se tensó.

—¿Qué planeas hacer?— preguntó, tratando de liberarse, pero su bungee gum era más resistente. El mago se acercó hacia él, y sus respiraciones chocaban. Gon se puso nervioso, sintiendo la cercanía del mago y el pulso acelerado de su corazón.

Esta vez era diferente.

Entonces, Hisoka se inclina para besarlo. El toque casi suave de sus labios rápidamente se convierte en un beso húmedo y codicioso, Gon abre la boca con un gemido y Hisoka desliza su lengua allí, aprovechando la oportunidad. Sigue siendo tan extraño, nuevo, y sus mejillas se tiñen de color rojo cuando Hisoka toma su rostro con la palma de su mano y profundiza su beso. Básicamente empuja su lengua contra la suya, presionándolo cada vez más cerca, y Gon gime necesitado cuando Hisoka de repente se aleja. Dejando un rastro de saliva colgando de su boca.

—Tú...— jadea por aire cuando Hisoka se aleja, —¿es esta la única razón por la que me buscaste?— De repente, todo en su cabeza cuadra.

— Oh, ¿por qué crees eso? —Hisoka responde, ladeando su cabeza de costado. —Cumplí mi promesa y te estoy ayudando, ¿no?.— Agrega

Incluso si esto no era tan emocionante como una pelea, lo excitaba.

Antes de que el moreno pueda quejarse, se deshace rápidamente de sus pantalones cortos y ropa interior. La reciente exposición de su piel le envia escalofrios a su espalda dorsal, y el mago acaricia sus muslos para después amasar sus redondos glúteos. Gimiendo en protesta.

Ante esto, Hisoka podia sentir como su erección se apretaba contra sus pantalones negros.

Gon se mueve en su lugar, inquieto al sentir una humedad en su interior. Los dedos del mayor se movian entre si, con la intención de prepararlo. Sin poder evitarlo, el cuerpo del menor se contrae por la sención y mueve sus caderas.

Hisoka susurra palabras que el moreno no alcanza a escuchar, puesto que la nueva intromisión lo distraia demasiado. Después de unos momentos, el pelirrojo alcanza aquel punto más placentero y no se detiene.
—A-aah Hiso—.. ¡Es... Es demasiado, no puedo!..— antes de que pueda terminar, el moreno se descarga sobre su propio pecho y el mago retira sus dedos de su interior.

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⏰ Última actualización: Oct 02 ⏰

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𝐂𝐡𝐢𝐜𝐥𝐞 - 𝐇𝐢𝐬𝐨𝐠𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora