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No podía creer que estaba besando a Flex.

Que bendito sean los que han besado esos labios porque son perfectos, son deliciosos.

Jamás imaginé estar así pero agradecía cada segundo de estarlo.

Lo tome de la cintura levantando su suéter y Flex soltó un jadeo que me deleite al escuchar.

Yo estaba creado esos sonidos, los hacía para mí¿Así de poderosos se sentía los drogos?

Maldita sea¡DEJA DE PENSAR EN LOS DROGOS!

— ¿Te confieso algo?— le susurré nervioso mientras Flex pasaba sus manos por mí pecho y me sonreía.

—¿Qué?— dijo con curiosidad.

— Muzi y yo jamás lo hicimos, Muzi te quería poner celoso — lo que dije salió de mi boca instantáneamente.

Creo que no me aguante a decirlo, yo no iba a poder vivir con esa mentira.

Flex me miró serio unos segundos y rodó los ojos.

— Ay, la verdad te creo más a tí, Muzi no creo que se hubiera acostado contigo, es muy llorón — dijo riendo y yo también reí.

Sonreí de medio lado y acaricie su mejilla.

Había otra cosa que Muzi me había dicho y todavía no me lo creía pero deseaba fuera verdad, lo deseaba muchísimo.

— Yo también estoy enamorado de tí, Flex— Susurré.

Flex me miró a los ojos y pestañeo.

Se quedó callado y me miró nuevamente, llevo una mano a su pecho y se lanzó a abrazarme.

— ¿Enserio?— preguntó y mire sus ojos llorosos.

Lo abracé fuerte y tome sus mejillas para besarlas.

— Sí, te amo— dije sin titubear.

Flex sollozó y me tomo de las mejillas para darme un pico.

— Yo también te amo, te amo mucho — dijo emocionado, yo lo entendía.

Yo también me moría porque aceptara.

— yo te amo más — chille dándole otro pico.

Flex me empujó de golpe y me miró molesto.

— YA, yo te amo y tú me amas y punto¿¡Te lo dijo Muzi!?— exigió molesto y yo me quedé callado.

Flex se levantó de golpe y tomo el bate de su pared y corrí rápidamente detrás de él.

—¡Flex!¡Flex no lo asustes!— grité asustado yo.

Flex llegó a la puerta de mí cuarto y comenzó a tocar.

— Muziiii, Muzi lindo por favor abre la puerta — dijo cambiando por completo su tono de voz a uno más dulce.

— ¿Para?— preguntó Muzi.

— Flex

Flex me cubrió la boca con su mano y suspiré o lo intente, pobre Muzi.

— Quiero hacerte unas preguntas — respondió Flex.

En unos segundos escuché los pies de Muzi en el suelo y Flex levantó el bate.

Muzi abrió ls puerta y asomo su cara y Flex saltó sobre él.

—¡¿POR QUÉ LE DIJISTE A SILVIO QUE ME GUSTA!?¡ERES UN CHISMOSO, MALPARIDO!— le gritó Flex mientras Muzi se lo intentaba quitar de encima asustado.

Bueno, al menos no lo estaba golpeando con el bate.

Me acerque lentamente y tome el bate del suelo para evitar un posible asesinato a mí jefecito y me mantuve abstente del conflicto.

Roomies [ Silvex] [ Historia corta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora