Back to Hogwarts

1 de septiembre de 2026

··· Abby ···

En la estación de King Cross, entre personas, rostros, carritos y baúles, se encontraba Abby, con su brillante cabello rubio recogido en una coleta baja y sus ojos azules observando a su alrededor con alegría, estaba deseosa por empezar su tercer año en Hogwarts, aquel lugar acogedor en el que se encontraba rodeada de plantas y criaturas mágicas. Abby vestía una camiseta de flores y su característico peto vaquero en el que había pintado enredaderas y que tantas veces la había acompañado, la primera vez que había ido a la estación de tren le quedaba grande y había tenido que remangarlo, sin embargo, ahora, tres años después, el peto le llegaba un poco por encima de los tobillos. Abby empujaba el carrito en el que se encontraba su baúl y su lechuza con energía, mientras su madre la veía con una sonrisa y pensaba en cómo el tiempo comenzaba a avanzar, y en las pruebas que dejaba a su paso, como aquel peto vaquero.

—¿Emocionada por volver a Hogwarts, Abby? —preguntó su madre.

—Desde luego, tengo muchísimas ganas de la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas. —respondió Abby sonriente.

Al final de su segundo año, todos los alumnos habían tenido que elegir mínimo dos asignaturas optativas para el año siguiente y Abby no había dudado ni un segundo en elegir Cuidado de Criaturas Mágicas, aunque si había dudado un poco al elegir Adivinación, sin embargo, Daisy, Charlotte y Emma, con quienes solía pasar tiempo cuando no se encontraba en los invernaderos, estudiando y leyendo sobre plantas, habían escogido Adivinación, y su madre decía que se lo pasaría mejor en clase si estuviera con amigas, aunque Abby no tenía muy claro aquello, a ella en clase le gustaba estar en silencio y atender a las explicaciones, Emma, Charlotte y Daisy se pasaban todas las clases hablando, y, aunque no se lo dijera, aquello la incordiaba e irritaba enormemente.

Por suerte para Abby, ninguna de ellas había escogido Cuidado de Criaturas Mágicas, hecho que la alegraba, ya que si bien había asignaturas en las que no le molestaba mucho el hecho de no atender, Abby quería poner todas sus atenciones en las criaturas que les enseñarían en las clases, Abby amaba las criaturas tanto mágicas como no mágicas, sin embargo, al haberse criado en el mundo muggle las criaturas mágicas la intrigaban y le producían cierta admiración.

Durante el verano, Abby no había parado de hablar sobre las posibles criaturas que verían en clase, intrigada por saber todo lo que aprendería y deseosa de observar de cerca a aquellas criaturas que parecían invenciones de cuentos de hadas, Abby había fantaseado con la idea de ver de cerca a algunos hermosos unicornios, traviesos escarbatos, o, quizá, a algún orgulloso hipogrifo. Las ganas de aprender y de poder acercarse a aquellos increíbles seres se había apoderado de la mente de Abby.

Abby había leído infinitas veces en el transcurso del verano el "El monstruoso libro de los Monstruos" que era el libro que pedían para la asignatura y que no había hecho más que aumentar su curiosidad. También, había leído "Animales Fantásticos y Dónde Encontralos", libro que había escrito el ilustre y controvertido magizoólogo Newt Scamander.

Newt Scamander se había convertido en una de las personas que Abby más admiraba, había oído sobre sus proezas tanto en la guerra contra Grindelwald como en el campo de la magizoología, en el tiempo del señor Scamander las personas no sentían mucha simpatía por ciertas criaturas y él jamás había discriminado a ninguna, alegando aquella frase que a Abby tanto le gustaba y que había escrito en un papel que después pegó en una de las paredes de su habitación: "No hay criaturas extrañas, solo gente estrecha de miras".

Por supuesto, Abby admiraba a muchas más personas además del señor Scamander, admiraba a su madre, a la excéntrica magizoólogia Luna Lovegood que afirmaba que existían ciertas criaturas que nadie había visto jamás pero que Abby concordaba con ella, y al profesor Longbottom, que siempre la dejaba estar en los invernaderos y le recomendaba libros sobre plantas.