MUAH | KIVI

Intensa.

Si Violeta hubiera tenido que describir los dos días anteriores trabajando seguramente no podría haberlo hecho en una palabra sola, ya que habían sido bastante intensos. Quizás la palabra más acertada sería esa. Intensa. Algunas horas tirando para un intenso bien, otras para un intenso regular.

El trabajo en general no dejaba de ser un trabajo en hostelería, osea que sí era intenso. No le disgustaba para nada, ya que ella había decidido estar ahi y pensaba que sabía sacarle la parte bonita y buena, y en general le estaban tratando muy bien. Todos eran muy amables con ella, educados y la ayudaban esas horas puntuales donde se empezaba a hacer cuesta arriba. Todos excepto Chiara.

De hecho la única cosa que pediría Violeta es que no abrieramos ese melón.

Le daba rabia, porque veía como la inglesa era majisima con todos y siempre regalaba sonrisas amables, que Violeta solo veía cuando no iban para ella. Eso le molestaba de sobremanera porque ella no habia hecho absolutamente nada para que le tratara con tanta indiferencia.

No le había dado tiempo por favor que hoy haría el tercer día trabajando juntas.

Tampoco podía enfadarse porque no es que Chiara le tratara mal, es que directamente no le trataba, que para ella es mucho peor. La Indiferencia.

No lo entendía de verdad, porque eran compañeras de trabajo y se pasaban el día pegadas, literalmente. Creía fielmente que eso podría pasarle factura laboralmente. Si ella no quería que fueran amigas fuera le parecía bien, no le hacía falta, pero si eso le iba a afectar en su carta de presentación en su posible nuevo trabajo entonces sí que tendría que ponerse más seria. Ella tambien sabía ser una sosa e ignorarla si se lo proponía.

Por supuesto esta situación la había comentado con Denna nada más terminar su jornada el lunes donde ella había empezado a notar los cambios de Chiara, los cuales Denna había relacionado a una vuelta a la rutina intensa como era aquella que por mucho que le gustara su trabajo como le gustaba a Chiara, siempre era más apetecible estar en algún sitio más entretenido.

Ya el martes Violeta se lo confirmó un 200% más enfadada cuando llegarón las dos juntas a casa hablando sobre la indiferencia de Chiara. La rubia la escuchaba atenta mientras preparaban la cena.

-Violeta cariño quizás si te sientas y dejas que ponga yo la mesa acabamos antes, porque te estás moviendo muchisimo y me estás poniendo nerviosa.

-Pues igual de nerviosa que me pone ella a mi joder -le respondió la pelirroja mientras se sentaba de malas formas en la silla, mirando a su amiga -es indiferencia total Denna, como vas a ser tan estúpida de tratarme con indiferencia, que somos dos compañeras de trabajo y para más inri, soy una compañera nueva.

Denna dejó un plato central con una ensalada y le puso un plato con los cubiertos en frente suya dando unos segundos de tregua para otra vez volver a la carga.

-Sabes lo peor de hoy? es que no te creas que he terminado.

-No amor tranquila ya me lo iba imaginando desde que te has subido en el coche y has empezado.

-Lo peor es que -siguió Violeta ignorando a su amiga- hoy podríamos haber ido el doble de rápido pero a la señorita se le ha ocurrido que sería mucho más eficiente estar en medio, todo el rato.

-Estar en medio -repitió Denna soltando una risa.

-¡Si! Ni se te ocurra reirte porque me pone negra, vamos.

-Puedes explicarte un poquito más?

-Quiere hacer todo ella. Si yo sirvo una copa de vino la escucho renegar de que la echo mal, si sirvo una bandeja de cerveza se queja de la espuma, a todo le saca algo. -bufó la motrileña- y ya hoy, cuando ha venido esa reunión familiar rara de repente -Denna asiente sabiendo a que se refería. Ese día una familia de unas grandes dimensiones de gente habían entrado en el restaurante a hora punta, exigiendo por una mesa de bastante malas maneras, lo que hizo que Denna doblara los ojos acordandose.