para shoto todoroki el amor es una gran incógnita en su vida, o eso era hasta que comenzo a sentirse extraño con la presencia de su compañero.
para katsuki bakugo el amor es una perdida de tiempo, o eso creía hasta que cierto bicolor comenzó a entr...
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— ¡Bakugo! — grito el bicolor mientras lanzaba una llamarada de fuego hacia el robot que estaba a punto de atacar al ojirubi.
El cenizo sintió frustración al ver que Todoroki lo había defendido, él no necesitaba la protección de nadie, mucho menos de ese niño prodigio.
— ¿¡Qué?! — grito con molestia, mientras creaba una explosión con la nitroglicerina de sus manos para expulsarse en el aire, dispuesto a explotar a otro de los robots. Al explotarlo una gran pieza de metal salió volando a dirección del bicolor. — ¡Todoroki! — fue su turno de vociferar el apellido de su compañero, mientras caía de pie en el suelo.
— ¿Qué? — dijo el de ojos azules con grises, mirando el pedazo de metal que se dirigía a él, rápidamente creo un muro de hielo, evitando el golpe —. Ten cuidado — se quejó Todoroki, sin sentirse molesto realmente.
Los ojos del cenizo se entornaron, mirando con irritación a su compañero de combate: — No me digas que hacer, mitad mitad — reprendió, mientras corría hacia el último robot que quedaba de pie.
Todoroki al mismo tiempo lanzo una llamarada de fuego para acabar con el robot desde la distancia, el de quirk explosivo dejo de correr al ver a su objetivo prenderse en llamas, rápidamente giro frustrado al ver a ese chico. La señal de que habían finalizado el entrenamiento sonó.
— ¿Qué se supone que haces, idiota? — cuestiono el rubio, acercándose a Todoroki con una mueca de molestia, lo tomo por el cuello de su uniforme.
— Ganar — respondió, sin darle mucha importancia al temperamento del explosivo. Ya estaba acostumbrado a sus rabietas.
Katsuki se molestó aún más con su respuesta. Odiaba a ese maldito dos colores con personalidad insípida solo creyéndose el mejor por ser un maldito prodigio de mierda, no era justo. Las personas con talento solo hacían las cosas a la primera, mientras las personas como él tenían que esforzarse, tropiezo tras tropiezo para lograr obtener buenos resultados, o eso era lo que pensaba el rubio. Ahora viendo como el bicolor derribo al último robot, le dejaba un mal sabor de boca.
— ¡Pero era mi objetivo! — grito, sacudiéndolo —. Eres un maldito, solo queriendo figurar.
Todoroki coloco sus manos arriba de las de Bakugo, alejándolas del cuello de su ropa.
— No entiendo porque te enojas, estamos en el mismo equipo los dos hemos ganado — dijo el bicolor sin darle tanta importancia.
Katsuki negó: — Ganar no es lo mismo que obtener la victoria — dijo con frustración —. Que ganarás por ambos no me hace sentir victorioso.
— Bakugo, deja de pelear con Todoroki, suban a la cabina — se escuchó la voz de su maestro por el parlante.
Ambos subieron a la cabina. Shoto iba al frente, lo que irrito aún más al cenizo.
