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Esa misma noche, luego de que la policía llegara a la escena del crimen y Soyeon fuera trasladada con urgencias al hospital más cercano, el oficial a cargo del caso fue hasta la casa de la familia Kwon a dar la información respecto a lo sucedido.

Conocía a la familia de la víctima hacia años y rápidamente pudo reconocer el rostro golpeado de Soyeon y ñara su nada sorpresa, los pilares de la familia abandonaron la casa tan rápido como sus palabras salieron de su boca. La madre de la víctima gritaba descontrolada corriendo hacia los autos.

De las escaleras bajaron tres jóvenes totalmente confundidos por la repentina visita del hombre.

— Muchas gracias oficial —agradeció el señor Kwon antes de salir detrás de su esposa con intensión de ser él mismo quien condujera hasta el hospital.

— ¿Quien es usted? —pregunto Nayeon, la menor de los tres jóvenes quienes no tenían más de 20 años. El hombre mayor se acercó a ellos tendiendoles la mano como saludo.

— Soy el oficial Shin Jiesu. Estoy a cargo del caso del reciente ataque a la señorita Kwon Soyeon.

Nayeon se llevó la mano a la boca.

— ¿A qué se refiere? ¿Cómo que Soyeon fue atacada? —preguntó la otra muchacha acercándose al policía.

— Es un caso algo complicado y comprendo que sea aterrador, pero debo hacerles algunas preguntas —los tres asintieron llevando Jiesu hasta una sala apartada, dónde no había nadie más que ellos.

La primera en ser interrogada fue Nayeon, hermana biológica de Soyeon. Yerin, la madre de ambas hermanas, contrajo matrimonio con el señor Kwon luego de haberse conocido en un viaje de negocios en París.

El hombre saco una libreta junto a un bolígrafo de tinta azul, para ir tomando notas a medida que la joven iba hablando, pero antes colocó la grabadora de su celular con el fin de tener mejor memoria por si algo llegaba a suceder.

— Soyeon siempre fue amable, la más amable de todos nosotros —dijo Nayeon luego de que los hermanos hayan abandonado la sala para más privacidad.

— ¿Sabes si ella tenía problemas con alguien o si... —fue interrumpido rápidamente.

— No, todo el mundo la adoraba. Es imposible que tenga enemigos o algo así —respondió jugando con sus manos.

Jiesu tomaba notas prestando cuidadosa atención a cada palabra que salía de ella. Cuando sintió que la conversación no estaba llegando a nada y que Nayeon no sabía absolutamente nada respecto a la víctima, llamó a uno de los otros dos hermanos.

Hyejun entró en el lugar con tanta confianza como una tormenta que arrasaba con todo a su pasó.

Comenzó a hacer las preguntas que fueron respondidas rápidamente y sin titubeos.

— Soyeon podía ser desagradable algunas veces, incluso podría ganarse el desprecio de los demás de un momento otro —Shin quedó confundido respecto a las palabras que contradecían a la hermana de la mencionada.

— Eso no fue lo que su hermana me dijo —informo. Hyejun bufó dejándose recaer en el respaldo del sofá.

— No sé que fue lo que le haya dicho, pero Nayeon siempre defiende a Soyeon, al igual que su madre; se protejen unas a las otras —dijo acomodándose mejor en su lugar—. Si en verdad quiere saber respecto a la vida de Soyeon, está en el lugar equivocado.

El hombro asintió. Volvió a tomar notas remarcando las palabras más sonadas en su mente.

La última en pasar fue Hyojin. Entró en la sala con toda la pereza del mundo, pareciendo que el hecho de que su media hermana hubiera sido atacada no le afectará en lo absoluto.

Los Hermanos KwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora