Capítulo 3

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Las piernas de José no soportaron más, y el joven cayó al suelo, respirando de manera errática, sintiendo que su corazón parecía salirse de su pecho. La experiencia de estar al borde de la muerte lo llevó a reflexionar: una pregunta emergió en su mente... ¿Por qué? ¿Por qué no lo había matado si solo le faltaba morderlo? Se preguntó qué habría ocurrido en ese instante.

- ¡D-dios! ¿Qué diablos era esa cosa...? -

- Creo que, mejor... debo salir de aquí... -

Decidido a abandonar ese lugar, comenzó a avanzar lentamente y en silencio por los pasillos, en previsión de encontrarse con alguna de aquellas criaturas.

- Vamos... Debe de haber una salida por aquí... -

No tardó mucho en encontrar lo que parecía ser una puerta. Al acercarse, comenzó a golpearla en un intento de abrirla, sin embargo, no tuvo éxito.

- ¡Sáquenme, maldita sea! ¡Saquenme! -

*Hasss* *Hisss*

Varios rugidos y gruñidos comenzaron a resonar detrás del joven. Al voltear, se percató de que varias de aquellas criaturas se acercaban, exhibiendo sus enormes garras. De sus mandíbulas, emergían unas más pequeñas y le apuntaban con las puntas de sus colas, las cuales terminaban en afiladas puntas.

- ¡No... NO, NO, NO! ¡Maldita sea! -

Intento escapar corriendo en la misma dirección por la que llegó, pero es atrapado por la cola de una de las criaturas. Éstas comienzan a adentrarse en la colmena, y el joven no puede resistirse. Cada vez que lo intenta, es golpeado contra el suelo y las paredes del lugar, lo que provoca la aparición de varias heridas debido a la fricción.

- ¡Agh! ¡Maldición! -

Las extraterrestres arrojaron al joven en medio de la colmena. José, con esfuerzo, se levantó del frío suelo y notó cómo una versión gigantesca de las extraterrestres lo observaba con expresión seria, mientras las demás mantenían una vigilante atención, dispuestas a reaccionar ante cualquier movimiento sospechoso que pudiera hacer el chico.

 José, con esfuerzo, se levantó del frío suelo y notó cómo una versión gigantesca de las extraterrestres lo observaba con expresión seria, mientras las demás mantenían una vigilante atención, dispuestas a reaccionar ante cualquier movimiento sospe...

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- ¡P-pero, ¿qué mamada es eso?! ¡D-dios! Sé que no te hablo mucho, pero por favor, hazme el favor de ayudarme! -

La imponente alienígena tomó al joven con una de sus cuatro extremidades, mientras él luchaba y trataba de liberarse. Sin embargo, un tremendo rugido de la criatura hizo que el chico se paralizara por el miedo y, además, por la clara advertencia implícita de la alienígena: si hubiera querido devorarlo, ya lo habría hecho.

- ¡Agh! ¿Qué diablos estás haciendo con mi ropa? -

La reina Alien, utilizando una de sus garras, rasgó la camisa que cubría al chico sin que este pudiera oponerse. Al observar las cortaduras y raspaduras en su cuerpo, comenzó a lamer las heridas de José con su saliva espesa. Él se quejó debido al ardor, pero fue rápidamente reprimido por la reina, quien lo obligó a permanecer en calma hasta que ella finalizara. José observó la zona donde había sido lamido y notó cómo la saliva había formado una especie de cobertura que protegía la herida.

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⏰ Última actualización: Sep 29 ⏰

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Atrapado en Xenomorph PrimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora