Prólogo

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Sarah Elizabeth Rogers Stark había crecido en un mundo de héroes, ciencia y tecnología. Desde pequeña, su vida estaba marcada por la influencia de sus padres: Steve Rogers, el icónico Capitán América, y Anthony Stark, el brillante Iron Man. A pesar de ser físicamente la viva imagen de Steve, con su cabello rubio y sus ojos azules, era Tony a quien más se parecía en personalidad: alegre, extrovertida y curiosa por la tecnología, siempre dispuesta a aprender y a explorar nuevas ideas. Pero, como suele suceder con las grandes tragedias, su vida dio un giro irreversible el día que Thanos apareció.

Cinco años antes, cuando tenía apenas once años, vio cómo todo su mundo se desmoronaba. En la batalla final contra el titán loco, sus padres y hermanos lucharon con todo lo que tenían, pero el poder de Thanos fue abrumador. Con un chasquido de dedos, la mitad de la vida en el universo desapareció, incluyendo a su amado padre Tony y a sus hermanos, Peter y Harley. Sarah quedó destrozada, su corazón se rompió al perder a casi toda su familia. Steve o Pops como solía llamarlo, fue su único consuelo. A partir de ese momento, la niña que solía ser alegre y extrovertida se convirtió en una adolescente fría y distante.

La niña que siempre había sido la luz de la vida de Tony y Steve ya no sonreía. Steve intentaba todo para mantenerla a flote, pero el dolor y la tristeza la habían encerrado en una burbuja que parecía impenetrable. Solo se mostraba mínimamente cariñosa con su padre y su tía Pepper, las únicas personas en las que aún confiaba. A los trece años, cuando sus poderes comenzaron a manifestarse, las cosas se volvieron aún más difíciles. Telepatía, telequinesis y la capacidad de controlar los cuatro elementos: esos dones, otorgados por Odín al nacer, comenzaron a aparecer sin control. A menudo, su dolor y frustración los activaban de manera destructiva, lo que llevó a noches enteras sin dormir para Steve, quien velaba por su hija y la ayudaba a estabilizarse.

Dirigir Stark Industries se convirtió en una responsabilidad temprana para Sarah. Aunque Pepper le ofrecía toda la asesoría necesaria, Sarah sentía la presión de llevar el legado de su padre mientras aún lidiaba con la pérdida. Su frialdad y la máscara emocional que había construido se mantenían intactas en su vida cotidiana, impidiendo que cualquiera se acercara realmente a ella. Sarah se refugiaba en el trabajo, evitando enfrentar el vacío que había dejado su familia.

Sin embargo, debajo de esa fachada distante, seguía siendo la chica inteligente, brillante y con un corazón fuerte que alguna vez había sido. Aún guardaba en su interior un profundo amor por la tecnología y una curiosidad insaciable por el mundo, pero su tristeza la mantenía atrapada. Su poder, cada vez más fuerte, también le recordaba constantemente que estaba destinada a algo más grande, una amenaza que aún no comprendía pero que sabía que algún día llegaría.

Steve, por su parte, nunca dejó de intentar llegar a su hija. Sabía que, en el fondo, aún quedaba la niña que amaba la vida y reía a carcajadas con sus bromas. Solo esperaba que, cuando el día llegara, Sarah pudiera encontrar la fuerza para no solo salvar a los demás, sino también para salvarse a sí misma.








Personajes

Chris Evans

Steve Rogers; Capitán América
"Podría hacer esto todo el día"

Steve Rogers; Capitán América "Podría hacer esto todo el día"

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Hija de HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora