en el granero

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Hace un año llegamos a paradis para cumplir nuestra misión, tras la muerte de Marcel, reiner tomó el papel como el líder del grupo, además contando el hecho de que sin Marcel el es el mayor del grupo. Reiner me gusta desde que tengo seis años pero nunca me he animado a declararle mi atracción por él, pero últimamente nos hemos estado volviendo muy cercanos. Algunas veces mientras cenamos con los demás refugiados lo pillo mirando mis senos, o algunas veces me abraza por la espalda y siento como apoya apropósito su paquete contra mi culo.

Hoy es un día de mucho calor, estamos haciendo trabajo de campo en las nuevas tierras que limpiamos, reiner esta poniendo palos grandes, puedo ver sus grandes músculos marcarse por debajo de la camiseta que lleva puesta, el sudor hace que la prenda se pegue a su cuerpo. El cuerpo de reiner cambió demasiado al llegar a la isla, ahora tiene el cuerpo de un hombre; sus brazos son grandes y duros como un tronco, su torso está bien formado con unos pectorales sobresalientes. Todo en el es perfecto. En un momento él se quita la camiseta por el calor, haciendo que me quede embobada viéndolo.

-¿Te gusta lo que ves nena?- me sonrojo como un tomate cuando el noto que lo estaba viendo y me quedo muda, este se ríe por mi silencio y solo sigue trabajando. Después de una hora reiner termina de hacer su parte, pero todavía falta media hora para el almuerzo, por lo que decidimos ir al granero a pasar el rato. Nos sentamos sobre dos atados de heno y cautelosamente empezamos a hablar sobre nuestra vida en marley, nuestras familias y que haríamos al regresar, de repente él saca el tema sobre nuestro crecimiento.

- Y mierda, como has crecido nena, para tener 13 años te ves como toda una mujer.-espeto reiner mientras miraba detenidamente mi cuerpo, sus palabras me dejaron helada, el ser una adolescente y que el chico que te gusta te diga que te ves como una mujer, es el sueño de cualquiera. - En serio ¿tu crees?- pregunto emocionada. -Claro que lo creo linda.— aseguro este para darme una sonrisa pícara — Tu también te ves muy bien reiner.— admito algo tímida, la sonrisa de reiner se ensancha y las sus labios. — Me veo bien, y también puedo hacerte sentir muy bien cariño.

Quedé atónita por sus palabras, no esperaba que se insinuara tan abiertamente, estaba por replicar, pero de repente el me toma por la cintura y el rostro y une sus labios con los míos. Continue el beso con pasión, reiner baja su mano hacía mi culo y aprieta este fuertemente, abro mi boca dando paso a su lengua y nuestras lenguas danzan entre si, hasta que nos separamos por la falta de aire. Reiner se levanta para agacharse frente a mí, levanta mi falda y se muerde los labios al ver mi entrepierna descubierta. — Vamos a ver si sabes tan bien como te ves nena.—

Sin esperar más hunde su rostro entre mis piernas y pasa su lengua a lo largo de mi vulva, es una sensación nueva pero fantástica, involuntariamente un gemido bajo sale de mis labios. Reiner empieza a succionar fuertemente mi coño mientras se ayuda con su dedo índice frotando mi clítoris, no puedo evitar empezar a gemir como una loca por el placer. Al pasar un momento siento como mi vagina se contrae para llegar al orgasmo, mis gemidos lo anuncia, pero a él no le importa y sigue lamiendo mi coño, da un último lenguetazo para levantarse.

Hace que me levanté para acostarme en el piso, sin mucho esfuerzo me pone en cuatro y me da una nalgada, puedo oír como desabrocha su pantalón, siento su pene alinearse contra mí entrada, él frota su verga con mí coño y lo comienza a meter despacito, mis ojos se abren por el dolor, su polla es muy gorda, comienzo a lloriquear haciendo que el se detenga de repente. —Si te duele podemos parar, no te obligarte a hacer nada.— exclamó preocupado —No, está bien, solo hazlo más despacio.— el se queda quieto por unos segundos para volver a meterlo despacio, las lagrimas caen por mis mejillas, el se detiene al oir mis sollozos, pero yo le digo que siga y así lo  mete por completo, me siento demasiado llena.

Pasa un momento y empieza a dar embestidas suaves y lentas, el ardor poco a poco va desapareciendo y es remplazado por placer, mis senos se mueven en circulos por el choque de su piel con la mía, mis gemidos se van haciendo más sonoros, el aumenta la velocidad de sus embestidas en un vaiven rapido y violento, mis gemidos se convierten en gritos por lo que el cubre mi boca con su mano, el único ruido en el lugar es el de mi culo chocando contra su pelvis, siento como su verga se hincha en mi interior para venirse dentro mio, dejando mi coño lleno de su leche.

Cuando el saca su miembro me siento vacía, reiner vuelve a guardar su miembro en sus pantalones y se los abrocha, me acuesto en el piso por el cansancio, él me pone boca arriba y acomoda mi falda, me carga hasta una de las sillas y se sienta en esta y hace que me siente en su regazo, aprieta mis senos y luego mi coño. —Todo esto es ahora mío nena, recuérdalo, tu me perteneces.

Desde es día Reiner me coge en cualquier lado en el que estemos, besa mi cuello, manosea mi culo y aprieta mis tetas casa que puede, al pasar uno cuántos meses el me pidió ser su novia, cosa que acepto sin dudar, esa misma noche el por primera vez me hizo el amor, fue tan dulce y tierno conmigo, y así es todas las noches me hace el amor o me da sexo rudo.

( Cómo este es el primer capitulo de esta serie de one shots, quiero aclarar que acepto pedidos de cualquier tipo!!)

One shots reiner braun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora