El Dragón entre Shinobis

Prologo: "Mundo Shinobi"

- ¡Haaah...! –

La primera bocanada de aire fresco, enfrío mi cuerpo y trajo claridad a mi mente aturdida.

El agua que había tragado era lo de menos, los llamados alarmados de la niña y sus padres, tampoco lograban que mi mente logre despertarse de la cruda iluminación, que esos 5 minutos bajo el agua trajo a mí.

Esta es mi 2° vida... creo.

Conocimiento que no reconozco, información que jamás habría aprendido, lenguas que jamás escuché, y una figura reflejada en el espejo, que no se parecía en nada a mi rostro reflejado en el rio.

Sin embargo, lo reconocí como YO... pero, al mismo tiempo, no era yo.

Recuerdos vagos que no terminan de encajar, un ego que no pertenecía a mí, todo comenzó a ahogarme.

La respiración comenzó a fallarme, pese a ya no tener agua en mis pulmones.

La desesperación por no saber qué era real, o qué era falso, hizo que mi cabeza diera vueltas.

Mi visión se nubló, cuando una dura revelación golpeó mi mente semiconsciente con la intensidad de un rayo.

Reencarné en el mundo de Naruto.

- Maldita... sea... –

Mi mundo se nubló cuando la inconsciencia me atrapó.

.

..

...

Naruto.

Un manga y anime de "shinobis", ninjas capaces de proezas sobrehumanas y habilidades tan absurdas, que te harían pensar si más que una serie de ninjas, no son magos, en realidad.

Era curioso como tal información permanecía tan vívida en mi cabeza.

No recordaba mucho de mi "pasado", incluso ahora, no entiendo si tiene mayor beneficio o no. Comprendo el concepto de "reencarnación", incluso comprendo otras palabras más, pero no entiendo "cómo" puedo saberlas.

¿Es así como siempre era en las otras historias?. Un detonante hizo que despertaran tus antiguos recuerdos, y así logras hacerte paso en el mundo, aprovechando tus conocimientos del mundo moderno, ¿no?.

Creo que esa era siempre la premisa.

Pero, la mía estaba mal. El conocimiento que poseo es confuso, ni siquiera recuerdo el nombre o rostro del hombre que "fui", pero en su lugar, recuerdo cosas tan útiles, como inútiles.

El color de cierta flor, el sabor de un postre, la tarea que tuve que hacer para la escuela, el trabajo de medio tiempo, el ruido de la lluvia un día de verano.

Era recuerdos TAN inútiles, que no tenía más remedio que mirar con desdén, a los otros tipos de las novelas o series de fantasía.

Pero luego, habían otros tan... convenientes, que me parecía extraño.

- Este es el mundo de Naruto –

Repetí esas palabras, confundido y consternado.

No sé que me llevó a esa conclusión, pero una vez estuve medianamente cuerdo, lleve mi pregunta al hombre amable que me salvó, y que permitía que pueda comer comida con su familia.

- ¿Dónde está Konoha? –

- ¿Hm?, ¿Y cómo sabes de Konohagakure, Ryutaro?, ¿Acaso el Anciano Shisu te dijo algo? –

El hombre me miró confundido un segundo, antes de responder sonriendo.

- Konohagakure... Konoha, es la Aldea Ninja de nuestra nación, está al Este, lejos de nuestra aldea... espera, ¿No me digas que quieres ser Shinobi?, mejor olvídalo, chicos como tú no están hechos para ser ninjas –