Capítulo dos

3 1 0
                                    

Crecí siendo testigo de un amor de ensueño, tan perfecto que parecía ser sacado de una fábula de cuentos de hadas, de esas en las que después de tantos obstáculos y un camino oscuro y peligroso, lograban permanecer junto al otro de forma incondicional, amándose, adorando al otro como si fuese el último día de sus vidas.

Así es el amor de mis madres, un amor que nunca se negaron en compartir conmigo y que con cada día que pasaba solo se volvía más fuerte.

Definitivamente era lo que quería para mí.

- "¿Mamá? ¿Crees que alguien me ame como tú amas a mi madre?"

- "No lo creo, estoy completamente segura de que así será mi pequeño cerezo. Alguien tan especial y maravilloso como tú merece el amor más hermoso y único que pueda existir"

En ese momento eso sonó real, pero no puedo culpar a mi mamá por eso, después de todo, ella no podía saber de quién me enamoraría y a quien le entregaría mi vida...Pero entonces ¿Fue mi culpa?

Nunca dejo de recordar ese día, cuando te conocí.

Tu rostro mostraba la molestia que sentías, lo desagradable que era para ti convivir con más personas o que alguien se te acerque pero...Tus hermosos ojos azules, intensos como el mar, solo me decían que ocultabas una gran tristeza y dolor dentro de ti ¿Me equivoqué al creer que eras una víctima más del horrible mundo que nos rodea? ¿Fui demasiado ingenuo al pensar que necesitabas un abrazo?

Me encantaría tener el valor de poder preguntartelo

- "Sentía que necesitabas un abrazo."

Mentiría si dijera que esa fue una excusa para acercarme a ti, pero yo nunca he podido ni he querido mentirte, sabes que jamás te lastimaría con mentiras.

Tú sabías que eras mi primer amor, la primera persona de la que me enamoré, por eso te gustaba verme nervioso, decías que me veía bonito.

"Bonito", así me llamaste una vez y nunca más te detuviste, esa simple palabra me elevaba al cielo, hacía que mis sentidos desaparezcan y que todo a mí alrededor desapareciera. ¿Extrañas llamarme así o solo soy yo quien extraña oírlo?

Es curioso que pese a mí ingenuidad y poca experiencia en el amor, fui quien te pidió que me besaras, siempre que lo recuerdo siento como mi estómago se llena de mariposas ¿Y como no? Fue nuestro primer beso, mi primer beso ¿Aún puedo decir con certeza que para ti fue igual de mágico que para mí?

- "Jun, si vuelves a provocarme no voy a soportar más."

- "Solo quiero saber cómo se siente besar."

Y un segundo, me tenías acorralado, tus ojos mostraban el deseo que tenías de besarme, ni siquiera te molestabas en disimularlo, siempre fuiste descarado y eso jamás me disgustó.

- "Pídemelo."

- "Bésame, por favor, quiero que me beses."

Y después de eso solo pude sentir tus suaves y cálidos labios sobre los míos. Estaba tan sorprendido pero tan maravillado al poder verte y sentirte así de cerca que mis labios no tardaron en relajarse para corresponder a tu necesitado beso con la misma intensidad. La manera en la que me colocaste tan cerca de tu pecho que tu simple tacto me hizo creer que moriría porque todo mi cuerpo solo buscaba derretirse en tus brazos, mi corazón pedía a gritos sentirte más cerca, mi mente sólo podía concentrarse en ti y en la forma que me besabas, todo alrededor desapareció y fue reemplazado con la explosión de emociones más hermosa que he tenido jamás. Desde ese día le di nombre a mis sentimientos, estaba enamorado y no de cualquier persona, me enamoré del hombre de mi vida, del hombre más maravilloso del mundo y ese beso sólo fue el comienzo de un amor hermoso y único que parecía que jamás se acabaría.

PerpetuoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora