¡No es lo que parece!

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Hey! Aquí Isita presente. Sí, he renunciado completamente (por ahora) a desarrollar una historia larga. Me limitaré a pequeños arranques de inspiración, en esta ocasión otra vez de Bungo Stray Dogs. Quienes me siguen desde hace tiempo (¿qué hacen?), sabrán que solía escribir solo de Shingeki no Kyojin. De hecho, tengo proyectos planificados de ahí todavía, pero aún no verán la luz. ¡Mientras tanto, disfruten con esto! Amo al Shin Soukoku, es mi shipp favorito de BSD, pero últimamente he estado leyendo mucho del Soukoku. Los amo a todos, tengamos comedia porque para drama está el manga.

Espero que les guste, si es así no duden en dejarme su voto, y si notan algún error háganmelo saber sin pena alguna, porfa.

Kisisss!

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La espalda de Atsushi chocó violentamente contra los botones del ascensor mientras sus labios eran capturados por los de Akutagawa, envolviéndolos en un beso profundo y demandante. El detective gimió y se aferró al cuerpo del más alto, agarrándose de lo que fuera: su cabello negro, su cuello, sus hombros. Por su parte, el mafioso lo atrajo firmemente del cabello en su nuca con una mano, mientras que con la otra mantenía un férreo agarre en su cintura. Si alguien los viera, definitivamente no pensaría que eran dos vírgenes tan desesperados como inexpertos.

Probablemente se avergonzarían de sus acciones al día siguiente, cuando los efectos de una comida reparadora después de una misión inusualmente tranquila hubiesen desaparecido. Una comida que había incluido tragos, una mala elección para dos jóvenes no acostumbrados a beber. De cualquier otra manera, Akutagawa no le habría confesado a Atsushi cuán preciosos le parecían sus ojos como jodidas amatistas, haciéndole soltar una risita tonta mientras jugaba con su mechón de cabello más largo y sus mejillas se coloreaban. De no haber estado un poco ebrio, Atsushi tampoco le habría dicho a Akutagawa que creía que su estilo de niño emo victoriano podía ser extrañamente sexy. No se habrían lanzado a besarse como si la saliva del otro fuera oxígeno.

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A Chuuya le dolían las caderas después de dos rondas con suficiente intensidad, su cabello estaba disparado en varias direcciones y una mancha de semen adornaba su pantalón oscuro; aunque la gente que la viera no tenía que pensar exactamente que era eso. Las vendas del cuello de Dazai estaban sueltas como si fueran un collar, la piedra azul de su corbata había salido volando en algún momento y a alguna parte y la espalda le ardía de forma terrible; Chuuya debería cortarse las uñas de vez en cuando. Pero a pesar del aspecto de ambos y la situación, una vez que terminaron de follar y descansaron durante treinta minutos en el colchón, decidieron que si ninguno de los dos tenía sueño podían volver a salir, tomar más tragos hasta que les volviera el lívido y regresar a por una tercera ronda. Así que salieron de la habitación del hotel sin que les importara nada; después de todo, estaban alejados de territorio de la Port Mafia o de la Agencia, qué importaba si veían su desastre.

Caminaron entre risitas por el pasillo. De vez en cuando, Chuuya arrinconaba la larga figura de Dazai contra una pared y devoraba sus labios; a veces, Dazai le daba una nalgada al pelirrojo, haciéndolo saltar.

Se detuvieron frente al ascensor y se besaron una vez más antes de siquiera presionar el botón. Chuuya llevó las manos al inexistente trasero de Dazai y le propinó un generoso apretón, ganándose un gemido de su parte. Dazai le metió la lengua hasta la garganta y ambos estaban a punto de decidir telepáticamente que sus ganas habían vuelto sin necesidad de salir cuando fueron interrumpidos por el pitido del ascensor. Tomaron la suficiente distancia para girar sus cabezas y observar como sus puertas se abrían.

Entonces se encontraron con una escena... inesperada.

Atsushi y Akutagawa dejaron de succionarse el alma a través de la garganta al notar que el ascensor se había detenido. Pero antes de siquiera pensar en separarse, ambos pared de ojos se posaron en los mayores.

El silencio los inundó. Aunque no por mucho tiempo.

—Dazai-san...

—Chuuya-san...

—¡Akutagawa!

—¡Atsushi-kun!

A excepción de Dazai, que sonreía divertido, los otros tres abrieron sus ojos de más. Akutagawa y Chuuya, los dos a la vez, se alejaron bruscamente de sus respectivos acompañantes y los señalaron con las mejillas enrojecidas.

—¡No es lo que parece!

Mientras que Dazai hizo un puchero y fingió sentirse muy ofendido, Atsushi se encogió contra la esquina más lejana del ascensor, rojo como un pimiento y con el deseo visible de que Rashomon lo ensartara lo suficientemente profundo como para quedar inconsciente una semana.

—Entonces, ¿hacemos una orgía o qué?

Chuuya golpeó a Dazai lo suficientemente fuerte como para mandarlo a volar contra la pared más lejana.

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By: IsitaJaeger;
Septiembre 30, 2024.

¡No es lo que parece! ░ SKK/SSKKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora