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No podía ver nada.
Pero todo era paz en su cabeza, una agradable sensación de silencio en su cabeza.
Abrió los ojos lentamente para evitar que le lastime la luz del sol…

Espera… el sol.

Se acomodó de tal forma que le permitiera sentarse y observar el lugar donde se encontraba… en el inframundo no hay sol…. A su padre no le gusta que el sol lo esté vigilando, así que no le permite la entrada.

A su alrededor estaba un campo completamente verde rodeado por árboles, el ambiente se sentía cálido y el abrigo que traía no se veía tan adecuado para el lugar donde se encontraba. Se puso de pie acomodándose el cabello y la ropa, se quitó el pesado abrigo guardándolo en la gran maleta que llevaba.
“No puedo creer que lo logre” dijo una vez que su mareo termino por completo acomodo su vestimenta “es más bello de lo que imagine” extendió los brazos recibiendo en su piel los rayos de luz, se quedó un rato más hasta que recordó que debe instalarse

“¿Dónde estoy?”

Abrió su mapa, indicando el lugar donde estaba... China. Eso significaba que las entradas al inframundo seguían abiertas, al menos para ella.
Empezó a caminar hacia donde se suponía que había una ciudad para ubicarse. Caminó un par de minutos, deteniéndose en seco al recordar que debía ocultar su cosmos para no ser encontrada por ningún caballero o dios cercano. Cerró los ojos, concentrándose, y sintió un fuerte mareo que casi la tira al suelo por la pérdida de fuerza; aun así, pudo llegar al lugar que su abuelo le contó: una de las cascadas más bellas que había visto, "Los cinco picos".
Le pareció que la corriente era muy fuerte, algo que la hacía especial.

"¡Oye!" se escuchó detrás. "¿Quién eres tú? ¿C-cómo llegaste aquí?"

"¿E-eh?" tartamudeó. Ese idioma lo había estudiado, pero su mente le jugó una mala pasada y no lograba recordarlo del todo.

Cuando la persona se acercó más, se dio cuenta de que era una chica con un atuendo completamente rosa. Ella también estaba nerviosa, pues su postura de "ataque" era inestable por la forma en que temblaba, aunque de lejos no se notaba. Para demostrar su inocencia, levantó las manos en señal de paz, respirando para tranquilizarse a sí misma y tratando de recordar el idioma correctamente.

"…Lo siento. No sabía que no se podía venir aquí."

"¿Te perdiste?" preguntó más tranquila. TN asintió en señal de respuesta.

"O-oh, lo siento si te asusté."

"No te preocupes, soy una turista." Volteó hacia la cascada, admirándola unos segundos más. "La verdad es que no me arrepiento... este lugar es hermoso."

"Me alegra que lo aprecies", respondió con una sonrisa. "Mi nombre es Shunrei."

"Soy TN", sonrió entusiasmada al notar que Shunrei la trataba con normalidad. "¿Podrías decirme cómo volver al pueblo?"

"Claro." Ambas caminaron lejos de las cascadas. "Si sigues este camino, te llevará directamente al pueblo."

El camino de tierra era bastante ancho, y a lo lejos se lograban ver las construcciones. TN juraba sentir el movimiento del pueblo. La emoción creció en su pecho y no pudo evitar despedirse eufóricamente antes de comenzar a caminar.

"¡TN!" Giró en un instante, y su maleta hizo un ruido algo preocupante. "¿Segura que no quieres que te acompañe?"

"Oh, mmm..." Se sorprendió ante la amabilidad. Dejó su gran maleta en el suelo y se acercó, poniendo su mano en el hombro de la chica. "Te lo agradezco, Shunrei, pero creo que puedo sola."

Destinos Cruzados (TnxIkki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora