El calor intenso de la lava hubiera derretido a cualquier ser mortal, sin embargo, no pasaría algo tan superfluo con Xueyu Tanhua, así que, en el momento en que se arrojó para intentar ayudar a Xie Lian, solo subió la temperatura dentro de él, pero nada que pudiera hacerle daño alguno.
En contraste, lo que no esperó fue que dos brazos enfundados en túnicas fúnebres lo tomaran para atraerlo a una oscura parte de aquel sitio que parecía más una trampa mortal que uno destinado al "nacimiento" de un nuevo ser como Supremo.
La visión de Hua Cheng se acostumbró pronto a la penumbra y evitó el primer ataque mortal de una espada afilada que se acercó peligrosamente a él, quien comandaba ese movimiento no era otro que Bai Wuxiang.
— ¿No te cansas de molestar, malnacido?
La lengua viperina del fantasma provocó una risa divertida debajo de la máscara, pero no obtuvo más respuesta que estocadas precisas que intentaban perforar su cuerpo mientras que la Calamidad Vestida de Blanco parecía ansiosa por sacar el ojo bueno que quedaba en el rostro pálido al que se enfrentaba.
Miles de chispas eran lo único que iluminaba el lugar, pues las armas chocaban en una danza frenética en la que los adversarios mostraban sus dotes en el enfrentamiento directo. A pesar de esto, Xueyu Tanhua podía sentir que estaba en desventaja, la rapidez con la que se movía su contrincante era abismal y él apenas podía seguirle el ritmo o se veía en la necesidad de utilizar a sus mariposas como protección para volver a equilibrar un poco el balance de poder.
El salvajismo del que vestía de rojo hacía contraste con la elegancia del que lucía un blanco perfecto, creando un paisaje lleno de manchones artísticos que emocionarían a cualquier dios marcial al deleitarse por la precisión con la que se enfrentaban y el miedo disuelto entre dos almas que se entregaban a la batalla sin ningún tipo de duda.
Los largos dedos de Bai Wuxiang se extendían en cada enfrentamiento directo para dirigirse al ojo bueno de Hua Cheng que se veía obligado a retroceder, sabiendo que si este ser lograba tocarlo, estaría perdido. No obstante, había algo más que lo estaba incomodando, pero no tenía idea de qué era, se preguntó en un momento por qué parecía sentir una extraña admiración emergiendo de su pecho por la forma en que el otro se movía en batalla y quiso arrancarse la cabeza por sí mismo ante tal perspectiva.
— Xueyu Tanhua, ¿sigues aquí?
La rodilla del que ocultaba el rostro conectó con el abdomen del Rey Fantasma que tuvo que tomar distancia de nuevo para reponerse, el poder de la Calamidad era extenuante aun para alguien como él.
— Claro que sí, solo que evito ver la horrible expresión que tienes en la máscara.
Nuevamente una risa divertida fue expresada por quien hacía referencia a la muerte con sus ropas y cedió espacio para el azabache que se sentía frustrado por esa velocidad asfixiante que lo ponía cada vez de peor humor cuando, de casualidad, su piel tocaba la ajena en algún movimiento descuidado sin conectar realmente algún tiro de gracia importante.
La incertidumbre seguía clavada en la garganta de Hua Cheng, tenía ganas de tomar a Bai Wuxiang por los hombros para sacudirlo y luego hacer que probara el polvo azotando su cabeza contra la pared hasta descubrir su identidad, aunque eso parecía más una ansiedad inusual en su ser que aún no lograba discernir.
¿Cuánto tiempo había pasado desde que empezaron ese encuentro mortal? Nadie podía saberlo, pero los pensamientos del Supremo vestido de rojo se dirigieron solo hacia una persona que lo llamó desde unos metros de distancia, Xie Lian estaba bien.
— ¡Gege, si te vuelves a arrojar así, no te perdonaré!
— ¡Ni yo a ti si te atreves a seguirme, San Lang!
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JunHua. Sigo siendo tu mayor devoto
FanfictionHua Cheng había estado persiguiendo el ideal de encontrarse con aquel príncipe que lo había salvado de su trágico final en el festival dedicado a los cielos en el reino de Xian Le. Una vez que lo consiguió, ningún problema podía disolver ese pequeñ...