Capítulo 8 #QQDMi

39 4 2
                                    


Otra vez el jodido pasado



Hace cinco años atrás...


Levante la vista hacia las paredes blancas que estaban a mi alrededor, luego observé los gastados cerámicos de color negro que pisaban mis zapatillas.

Me encontraba sentado en un banco de madera, mientras veía ir y venir a las personas.

Pasado la media hora estaba con la cabeza mirando fijamente el suelo de cerámico donde se ve que alguien había pisado un chicle y esté quedó pegado ahí.

El hospital apestaba a desinfectante, también se sentía el leve olor a comida, creo que a sopa o algo así.

No recuerdo como llegué a este lugar, solo recuerdo la llamada diciéndome que la habían atacado, me dijeron que ella estaba inconsciente y que había recibido un fuerte golpe en la cabeza.

No sé en qué momento salí de mi casa, ni siquiera se cuanto tiempo me tomó llegar.

Cuando pregunté qué pasaba, una mujer con acento español dijo que esperara en el maldito banco mientras que algún doctor salga de la puerta que tenía a mi izquierda.

Estaba tan metido en mis pensamientos que jamás lo sentí llegar hasta que su mano estuvo en mi espalda.

— Hijo... — Dijo en un susurro. — ¿Sabes algo acerca de cómo está? —

Apenas escuché su voz me levanté quitando su mano. — ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Acaso te importa? ¿Eh? — Dije mientras lo miraba a los ojos.

— Tú y tu madre son muy importante para mi y lo sabes...—

— No lo creo. —

Luego de unos minutos que parecieron años, un doctor salió rompiendo el silencio que nos envolvía en el pasillo.

— Solo debemos esperar a que despierte. — Dijo antes de que nosotros podamos decir alguna palabra. — No sabemos la gravedad del asunto, ya que recibió un fuerte golpe en la cabeza, nosotros hicimos todo lo que teníamos que hacer, solo nos queda esperar a que despierte y ver su evolución. — Dijo el doctor de cabello gris.

— De acuerdo, ¿Podemos quedarnos junto a ella?— Preguntó mi padre.

— Tú no te quedarás aquí. — Gruñí. El doctor nos observaba sin saber que decir.

— Lucas por favor, olvídalo por un momento. Tu madre necesita que nos quedemos con ella, nos podemos turnar, no seas inmaduro. — Habló serio y supuse que tenía razón pero no pretendía dársela.

El doctor habló. — ¿Señor Dubois hizo la denuncia? —

— Si. Acabo de llegar. —

Yo estaba en silencio, y miraba de reojo a mi padre y al médico.

Sentí nauseas al recordar la pelea que tuve con mi madre, prácticamente la eché de casa cuando ella me contó que sabía que mi padre le era infiel y ella jamás había dicho o hecho nada.

Recordé como afirmé mi idea de que el amor apestaba, nunca dura. Siempre alguien arruina todo, que nadie lo logra porque las circunstancias o problemas parecen ser más grande que el sentimiento que sienten las personas. Yo jamás sería uno de ellos, y si llego a equivocarme me alejaré de la persona que me haga dudar de mi posición.

Sentí un mareo y recuerdo haberme desplomado contra el suelo.



¿Qué quieres de mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora